(EFE).- Las discotecas siniestradas este domingo en una conocida zona de ocio de la ciudad española de Murcia, en un incendio en el que murieron trece personas, no tenían licencia municipal y sobre ellas pesaba una orden de cierre desde enero de 2022 que nunca se cumplió.
#Murcia | El humo y el apagón eléctrico que se produjo casi inmediatamente dejó atrapados a quienes ocupaban los reservados del piso superior de la discoteca@AtlanticoRTVC https://t.co/nya3TINtwS pic.twitter.com/a3AUPJiS25
— RTVC (@RTVCes) October 2, 2023
Un día después de la tragedia, los bomberos consiguieron acceder en su totalidad a los restos de los inmuebles afectados, ubicados en las Atalayas, un complejo de discotecas, restaurantes y locales de ocio nocturno muy frecuentado por la comunidad latinoamericana, y la policía forense trabaja en la identificación de los cuerpos.
También se conocen ya algunos datos sobre la situación legal de los locales incendiados, en concreto la de las discotecas Teatre y Fonda Milagros, donde se inició el fuego y se encontraron la mayor parte de los cadáveres, que no tenían permisos para abrir al público desde hace 20 meses.
En una rueda de prensa, los responsables de urbanismo indicaron este lunes que, a pesar de tener nombres diferentes, administrativamente ambas discotecas eran un único local, Teatro S.L., y que cuando se quisieron dividir en dos el consistorio les exigió a los empresarios una nueva licencia distinta a la que habían presentado en 2008.
Pese a ello, y aunque el ayuntamiento ordenó el cierre en enero de 2022 y envió meses después una inspección, según informaron sus representantes, la Fonda Milagros continuaba abierta al público un año después y anunciaba su actividad en redes sociales.
Dueño de discotecas dice que no fue notificado de la orden de cierre
El colombiano Juan Esteban Ramírez, dueño de Fonda Milagros, una de las discotecas de la ciudad española de Murcia donde murieron 13 personas en un incendio, aseguró este lunes que nunca le notificaron del «cese de la actividad» del local, pese a que las autoridades dijeron que tenía una orden de cierre desde enero de 2022.
«Nunca se me trasmitió que debíamos tener un cese de la actividad, un cierre, porque si a ti las autoridades o el propio dueño (del local) te dicen que debes cerrar, es ilógico que puedas seguir abriendo», afirmó Ramírez en una entrevista con la emisora colombiana Blu Radio.
Igualmente, recalcó que es «ilógico que las autoridades pertinentes permitan que un local que supuestamente no tiene licencia pueda seguir, abriéndolo un año y medio».
Juan Esteban Ramírez añadió que tampoco recibió visitas, antes del incendio, por parte de las autoridades.
Sobre las instalaciones de la Fonda Milagros, dijo que todo en el lugar estaba señalado como correspondía y que no era un “laberinto”, como muchos han denunciado.