Redacción (ALN).- La directora de Education Cannot Wait, Yasmine Sherif, pidió a los donantes y al sector privado que movilicen 116 millones de dólares para apoyar a los niños y jóvenes refugiados en los países de América Latina. “Los líderes mundiales deben dar un paso al frente para abordar esta acuciante crisis humanitaria”, dijo.
Education Cannot Wait (ECW), un fondo global que apoya a niños y adolescentes golpeados por emergencias y conflictos, ha puesto el foco en Venezuela.
Su primera acción fue inyectar 1,5 millones de dólares para “promover la movilización de recursos, el apoyo de políticas, la recopilación de datos y la promoción para acelerar el impacto de las inversiones” en Colombia, Ecuador y Perú.
Este dinero complementa los 27,2 millones en subvenciones anunciadas en diciembre por esta misma organización.
Aprovechando estos esfuerzos, la directora de ECW, Yasmine Sherif, pidió a los donantes y al sector privado movilizar 116 millones de dólares adicionales. El objetivo es apoyar los planes del fondo “con los niños y jóvenes refugiados en las comunidades de acogida afectadas por la crisis regional de Venezuela”.
“Los líderes mundiales deben dar un paso al frente para abordar esta acuciante crisis humanitaria. Más de 5,4 millones de refugiados y migrantes de Venezuela han huido de su país debido a la violencia y la inseguridad. Las niñas y los niños de este grupo corren el riesgo de sufrir explotación sexual, trata de personas, discriminación, hambre y desnutrición, y acceso restringido a la educación. Si no actuamos ahora, muchos nunca volverán a la seguridad y oportunidad que brinda la educación”, dijo Yasmine Sherif.
La directora de ECW insiste en que esta aportación extra de fondos es una “obligación moral”.
Lo dice porque la crisis del éxodo se complica con la pandemia. “Es probable que los venezolanos que buscan refugio en los países vecinos y más allá no puedan regresar a casa de manera segura en el corto plazo. Muchos niños y jóvenes refugiados carecen de documentación o estatus oficial y, a menudo, carecen de acceso a los servicios básicos, incluidos los servicios de salud, educación y servicios sociales. La crisis del covid-19 empeora aún más las cosas. En Colombia, Ecuador y Perú, 28 millones de estudiantes se han visto afectados por el cierre de escuelas”, apuntó.
Con los nuevos fondos, ECW quiere apoyar los esfuerzos de los países de acogida. Garantizar una educación inclusiva y de calidad para los migrantes. Pretenden implementar una plataforma para compartir lecciones y buenas prácticas en América Latina. Que promuevan el desarrollo de la educación en situaciones de emergencia, como la que viven los venezolanos.
En concreto, ECW quiere que los niños aprendan en entornos seguros y preparados. Con acceso “al aprendizaje remoto y tecnologías que reduzcan la brecha digital, y servicios psicosociales para ayudar a los niños a lidiar con el trauma de ser expulsados por la fuerza de sus hogares”.