Redacción (ALN).- En las últimas semanas, miles de empleados públicos han tomado las calles en Venezuela en reclamo de un incremento sustancial de sus ingresos -muchos de ellos perciben apenas el salario mínimo-, que en la mayoría de los casos no supera los 30 dólares por mes.
Las manifestaciones no han dejado indiferente al Gobierno de Nicolás Maduro, el llamado «presidente obrero». Para atajar una posible crisis, voceros de su Administración han dicho que exploran soluciones para incrementar los ingresos de los trabajadores, aunque estas están tardando en llegar.
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¿Qué hay detrás de los rumores que apuntan a un aumento del salario mínimo?
Es tal la precariedad de quienes perciben el salario mínimo que incluso la mayor patronal de Venezuela, Fedecámaras, ha dicho que trabaja para que se haga efectivo lo más pronto posible el incremento de los salarios.
¿Es posible asumir el gasto?
Pero ¿Es posible un incremento sustancial del salario mínimo? ¿Podría el Estado venezolano con el gasto que esto significaría? Como referencia, el salario mínimo no supera en la actualidad los 7 dólares por mes.
De acuerdo con el economista y miembro del Comité Académico del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice), Oscar Torrealba, un aumento de sueldos en la actualidad “es técnicamente imposible”.
“Es técnicamente imposible realizar un aumento salarial sin discutir algunos asuntos”, apuntó Torrealba durante una entrevista concedida al programa En Este País, que se transmite a través de Radio Fe y Alegría Noticias.
“Primero, hay que identificar el orden de prioridades del gasto público: ¿cuál tiene mayor ponderación? Y en segundo lugar es necesario discutir la sustentabilidad del gasto; es decir: ¿el Estado cuenta con esos ingresos corrientes que le permitan asumir ese gasto?”, agregó.
Salario mínimo e ingresos extraordinarios
En este sentido, explicó que incluso si el flujo de caja del Estado aumentara producto de la recuperación milagrosa de la industria petrolera sería «un error» usar estos recursos para incrementar el salario mínimo y, en general, los ingresos de los trabajadores.
Y es que el experto señaló que hay una diferencia notable a la hora de sufragar gastos con ingresos ordinarios y extraordinarios. Los ingresos ordinarios vienen dados por la recaudación de impuestos, mientras que los recibidos por la exportación petrolera entran en el campo de los extraordinarios.
Y, a su criterio, “ha sido error fundamental financiar los gastos ordinarios con ingresos extraordinarios”. No obstante, reconoció que la inflación «sigue erosionando la economía» de las familias venezolanas.
«Poco queda para ahorrar o invertir. Es decir, se reduce el margen para que la familia venezolana mejore su calidad de vida”, apuntó.