Daniel Gómez (ALN).- El gobierno de Chile no señala a Nicolás Maduro. Habla de una “guerra” contra un “enemigo poderoso”, pero no va más allá. Sin embargo, un dirigente de la oposición en Caracas está convencido de que el chavismo y Cuba son los que incendian las protestas y que trazaron el plan en el Foro de Sao Paulo, organizado por Maduro en julio. Sin embargo, hay un hecho objetivo, y es que la crisis se venía cocinando a fuego lento. No desde Venezuela. Sino en el propio Chile.
Dice el presidente de Chile, Sebastián Piñera, que su gobierno “está en guerra”:
– Contra un enemigo poderoso e implacable.
– Que no respeta nada ni a nadie.
– Que está dispuesto a usar la violencia sin ningún límite.
– Con un grado de actuación propio de una organización criminal.
Piñera no citó nombres ni responsables. Pero en Venezuela señalan a Nicolás Maduro y sus aliados cubanos como los causantes de las protestas en Chile. Protestas con un alto grado de violencia y vandalismo y que hasta el momento han dejado un saldo de ocho muertos y más de 1.400 detenidos. También se han visto imágenes impactantes, como el supermercado incendiado con gente dentro este sábado. Hubo tres fallecidos.
Para señalar a Maduro se refieren a las reuniones que tuvieron lugar este julio en Caracas, como el Foro de Sao Paulo. “Es la maquinaria que utiliza el crimen organizado para desestabilizar la democracia en el hemisferio”, denunció por su parte el Tribunal Supremo de Justicia en el exilio, designado por la Asamblea Nacional que preside Juan Guaidó.
Este organismo no se limitó a Chile, sino que atribuyó a Maduro otros episodios de protestas en Latinoamérica como los vistos en Colombia, Argentina y Ecuador. El Tribunal Supremo de Justicia no es el único, sino que lo mismo han hecho el presidente encargado Juan Guaidó; su canciller, Julio Borges; el ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Carlos Holmes; el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro; el presidente de Argentina, Mauricio Macri; y el mandatario de Ecuador, Lenín Moreno.
El plan de Maduro y Cabello
Un dirigente opositor en Caracas se suma a este discurso. Explica al diario ALnavío que este 2019 “so pretexto de solidaridad con Venezuela y repudio al bloqueo se hicieron varios eventos internacionales en Caracas con gastos pagados por el gobierno de Venezuela, desde tickets de avión pasando por hospedaje y comida 3.000 jóvenes vinieron del interior de Venezuela y de todos los países de América y el mundo”.
– Se refiere al Foro de Sao Paulo.
– A los varios días que pasó el expresidente de Ecuador Rafael Correa en Caracas “justificándose” con la entrevista que hizo a Maduro para RT.
– A la “extraña visita” del número dos del chavismo, Diosdado Cabello, a Cuba en junio. Cabello también organizó el Foro de Sao Paulo.
Este dirigente político habla de “chantaje-trampa” por parte de Maduro y de Cabello. Una “apuesta audaz y riesgosa” de desestabilización que cuenta con el altavoz mediático, dice, de Telesur. ¿Y cuál es el chantaje?
“Es una apuesta estratégica de advertencia sobre lo que puede ocurrir si Maduro es sacado del poder. Es un chantaje a la región. Es una advertencia a Estados Unidos. Y es un mensaje que refuerza el sometimiento de la población venezolana. Si a Maduro lo tocan habrá sangre y fuego”, agregó el dirigente.
El propio Maduro lo advirtió, diciendo que si a él lo sacan del poder lo de Ecuador sería “un niño de pecho” en comparación a lo que sucedería en Venezuela. El propio chavismo ahora echa leña sobre el fuego de quienes le acusan de incendiar las democracias de Latinoamérica.
“Al Foro de Sao Paulo le puedo decir, desde Venezuela, estamos cumpliendo el plan, va como lo hicimos, va perfecto, ustedes me entienden… Foro de Sao Paulo, el plan va en pleno desarrollo, victorioso. Todas las metas que nos hemos propuesto en el Foro las estamos cumpliendo una por una”, declaró Maduro el domingo.
“La brisa bolivariana que recorre la región se convertirá en huracán”, agregó Diosdado Cabello.
¿Una teoría de la conspiración?
Otro dirigente venezolano de la oposición que se encuentra en Madrid también habló con el diario ALnavío. Dijo que relacionar a Maduro con estos episodios de violencia en Latinoamérica son “teorías de la conspiración que no llevan a ningún sitio y se alejan del problema”. Del “verdadero problema”.
En Chile se habla del aumento del precio del metro como el detonante de las protestas. “Pero esto es sólo la punta del iceberg”. Este dirigente sostiene que en Chile se venía cocinando un caldo de descontento en contra del gobierno de Sebastián Piñera por varios motivos:
– Los servicios públicos. Todo se venía encareciendo: el transporte, la gasolina, la electricidad, los medicamentos, la educación. Las pensiones, privatizadas y con una tarifa que supera los 220 dólares mensuales, son un viejo reclamo de los chilenos. En septiembre vieron cómo la factura de la luz subía 10% y para 2020 calculaban un incremento de hasta 30%. Luego fue la subida de 3,7% al billete de un metro que ya de por sí era caro.
– La desigualdad. Hoy el ingreso medio de los más ricos supera los 6.000 dólares mensuales mientras que en la población más pobre es de apenas 554 dólares, según el Ministerio de Desarrollo Social de Chile. Sube el costo de la vida, pero no los salarios.
– La economía. Se prometió un crecimiento económico de 3,5% en 2019 y será de 2,5%, según el Fondo Monetario Internacional.
– La desafección política. Tras un año y medio en el gobierno, el presidente es rechazado por la mitad de la población. La desaprobación fue de 50% en junio, según el Centro de Estudios Públicos, 11 puntos más que en marzo. No funciona la economía y los chilenos tienen la sensación de que se gobierna para los ricos. Para los más ricos.
Todo lo anterior explica que en Chile el enfado contra el gobierno es generalizado. “Los chilenos están descontentos, sin distinción política se nota una mayoría disgustada”, explica una fuente en Santiago.
Esta fuente vive en un barrio de clase media-alta de la capital, en Providencia, donde también resuena el sonido de las cacerolas en tono de protesta contra Piñera. El domingo las seguía escuchando.
Cabe recordar que Piñera levantó el decreto sobre el precio del metro el sábado. Pero siguieron las protestas. Y siguió la violencia. Quizá eso sea lo más llamativo. La virulencia con la que se expresan los chilenos.
“A diferencia de lo que vimos en Ecuador, donde las protestas fueron duras, pero no con el grado de violencia que se ve en Chile. Es que en Ecuador está el movimiento indígena, experto en organizar manifestaciones. En Chile no hay un movimiento así. Este alzamiento fue más bien espontáneo. No hay una cabeza visible entre los manifestantes chilenos. Piñera no tiene un interlocutor con el que hablar y que llame a suavizar los actos”, explica el dirigente venezolano en Madrid.