María Rodríguez (ALN).- El candidato izquierdista a la Presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador, selló la paz con empresarios y dijo que hasta estaría dispuesto a reunirse con el presidente estadounidense Donald Trump y proponerle una alianza para el progreso. Es el nuevo rostro que luce López Obrador, favorito en las encuestas, a dos semanas de las elecciones. No obstante, los analistas consultados por el diario ALnavío lo ven más como una estrategia electoral.
El candidato populista Andrés Manuel López Obrador, al frente de la coalición Juntos Haremos Historia y favorito en todas las encuestas para vencer en las elecciones mexicanas, luce nuevo rostro. Selló la paz con los empresarios, con los que se reunió hace una semana para limar asperezas. En un encuentro con la prensa mexicana, también dijo que estaría dispuesto a mantener un encuentro con el presidente estadounidense, Donald Trump, y proponerle una alianza para el progreso.
Vista la actitud conciliadora del candidato, cabe preguntase si es creíble. “Evidentemente es una estrategia electoral”, apunta al diario ALnavío David Redoli, miembro del Consejo Directivo de la Asociación de Comunicación Política (ACOP). “Le permite posicionarse, destacarse. Es una jugada ganadora”, insiste Redoli. “Si finalmente es rechazado por Trump o por la élite empresarial puede decir que al menos lo intentó”, puntualiza el experto.
López Obrador tiene planeado un proyecto de desarrollo que incluye a EEUU, Canadá, México y Centroamérica
En la misma línea se manifiesta a este diario Jorge Santiago Barnés, director del Máster en Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política de la Universidad Camilo José Cela. “No hay que olvidar que estamos en campaña. Esto es la poesía. En el gobierno se hace la prosa, un texto literario más enrevesado”, apunta Barnés.
Asimismo, subraya que, para México, “acercarse a EEUU es inevitable, y más en campaña” y que en el caso de los empresarios es una manera de tranquilizarlos. “López Obrador está empezando a ejercer de presidenciable, hablando de una forma muy directa”, afirma Barnés.
López Obrador aprovechó un mitin esta semana en la localidad de Tapachula para adelantar que tiene planeado un proyecto de desarrollo que incluye a EEUU, Canadá, México y Centroamérica. Sería similar al que se firmó en 1961, impulsado por el entonces presidente estadounidense John F. Kennedy, y denominado Alianza por el Progreso. El objetivo de esta alianza es impulsar actividades productivas y económicas en todos esos países, en especial para resolver el problema migratorio, tal como publica el diario mexicano El Economista.
Tras el mitin y preguntado por periodistas si asistiría a una reunión con Trump, López Obrador afirmó que “si hay condiciones, si se puede establecer un diálogo respetuoso, sí acudiría”. No obstante, el candidato a la Presidencia mexicana subrayó que no será una cuestión fácil, pero confía en tener la paciencia suficiente para entenderse con Trump y mantener la relación, según informa El Universal.
En el ámbito empresarial, López Obrador también luce nuevo rostro. La relación entre el candidato y los empresarios del país dio un giro radical en los últimos días. Tras la reunión entre López Obrador y el Consejo Mexicano de Negocios (CMN), la plana mayor empresarial del país, el candidato apuntó que “se aclararon todas las dudas, se limaron asperezas y se estableció un compromiso de trabajar juntos” en el caso de que López Obrador sea elegido presidente, según recogió Forbes México.
En nombre del CMN, Alejandro Ramírez, primer ejecutivo de Cinépolis, apuntó que, si López Obrador es electo, “lo vamos a respetar y apoyar”, y añadió: “Queremos ayudarlo a cambiar México con una visión de país compartida”, tal como informó el periódico mexicano El Universal.
Las grandes fortunas contra López Obrador
Ahora bien, la reunión no estuvo exenta de reproches. Según recogió la prensa mexicana, los empresarios hablaron alto y claro y mostraron su preocupación por algunos planteamientos del candidato, como la posible derogación de la reforma educativa y energética y el futuro del nuevo Aeropuerto de Ciudad de México, un proyecto faraónico en el que participa el magnate Carlos Slim, el hombre más rico del país. En abril López Obrador aseguró que de ser electo cancelará la construcción de esta infraestructura porque lo ve innecesario, excesivo, además de “un nido de corrupción” (Leer más: Carlos Slim fabrica un sueño y López Obrador lo convierte en pesadilla).
Este encuentro supuso un punto de inflexión en la relación entre López Obrador y la élite empresarial. Las semanas anteriores el ambiente era otro. Incluso se sucedieron distintos ataques entre empresarios y el candidato de Juntos Haremos Historia.
El segundo hombre más rico del país, Germán Larrea -presidente de Grupo México– envió una carta a empleados y accionistas advirtiéndoles sobre los riesgos de que se instale un gobierno populista, en referencia implícita al izquierdista López Obrador (Leer más: La segunda fortuna de México advierte sobre los riesgos del populismo).
La relación entre López Obrador y los empresarios del país dio un giro radical en los últimos días
“Recientemente hemos escuchado con preocupación propuestas de estatización de empresas, derogación de las reformas energética y educativa, entre otras ideas que significarían un retroceso de décadas y el regreso a un modelo económico que está más que probado que no ha funcionado en varios países: Venezuela, Argentina, Cuba, la extinta Unión Soviética, entre otros, son testigos de ello”, insistió Larrea en la carta.
Alberto Baillères, presidente del Grupo Bal y tercer hombre más rico del país, según Forbes, también se unió a la ofensiva. Tal como informó El Financiero, Baillères reunió al personal de la empresa Palacio de Hierro para darles un mensaje de 40 minutos en el que pidió el voto útil para aquel candidato que pueda vencer al izquierdista.
López Obrador tampoco se quedó a la zaga y acusó en repetidas ocasiones a esta élite de hacer “negocios al amparo del poder” y de ser traficantes de influencias.
“Estas descalificaciones nos hieren y nos ofenden profundamente, porque, al igual que usted, amamos a nuestro país”, aseguró Alejandro Ramírez en la reunión, tal como recogió El Universal.
Ahora, enterrada el hacha de guerra, López Obrador se aproxima a las elecciones de julio con el apoyo -aunque sea indirecto- de algunos empresarios.