Redacción (ALN).- Según explica la Clínica de Mayo, las alergias ocurren cuando el sistema inmune reacciona a sustancias que suelen ser inofensivas. Existen las más comunes, como el polen y el maní, pero también hay unas inusuales, como el agua.
Muchas personas afirman ser alérgicas al cambio de clima, pues experimentan estornudos, secreción nasal, picazón en los ojos, congestión y tos cuando las estaciones o ciertos factores climatológicos varían.
No obstante, de acuerdo con la ciencia, el clima no causa alergias. En realidad, estos síntomas son provocados por otras razones, como un incremento en el polen o moho en el aire.
«Las personas no pueden ser alérgicas a los cambios climáticos, como cambios de temperatura o humedad. Pero a medida que cambia el clima, también cambian los niveles de alérgenos en el medio ambiente, como el polen o el moho», explica un artículo de ‘MedicalNewsToday’, revisado clínicamente por la doctora Angelica Balingit.
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¿Qué factores del cambio de clima podrían detonar una alergia?
Quienes tienen alergias o rinitis alérgica pueden resultar expuestos a más alérgenos y presentar síntomas. En los lugares con estaciones, estos podrían ser algunos de los detonantes más comunes:
- Primavera: el polen de los árboles.
- Verano: el polen del pasto.
- Otoño: el polen de las malas hierbas.
Otra posibilidad es tener rinitis no alérgica, una condición que los científicos todavía no saben cómo es causada, pero provoca irritación y secreción nasal, y puede desencadenarse por factores como cambios en la temperatura o la humedad.
En estos casos, los siguientes cambios climáticos y ambiental podrían detonar síntomas:
- Temperatura: cambios bruscos, como pasar de un lugar cálido a un ambiente frío, pueden desencadenar síntomas.
- Humedad: niveles altos o bajos de humedad, así como sus variaciones, pueden provocar secreción o congestión nasal.
- Presión barométrica: cambios repentinos en la presión atmosférica, asociados con frentes climáticos como tormentas o olas de calor, pueden causar síntomas.
- Viento: vientos fuertes pueden resecar o irritar el interior de la nariz, desencadenando molestias.
- Aire frío: la exposición al frío puede hacer reaccionar los conductos nasales, generando secreción o congestión nasal.
Con información de El Tiempo