Redacción (ALN).- La admiración es mutua. Se conocen y se admiran. Y se conocen desde hace años. Se trata de Sebastián Piñera, presidente de Chile, y Jair Bolsonaro, el hombre que a menos que ocurra un evento extraordinario, será el próximo presidente de Brasil.
Primero fue Sebastián Piñera. En la visita que realizara a Madrid la semana pasada, dijo que le gustaba el programa económico de Jair Bolsonaro. Que apunta en la dirección correcta. En lo personal, el presidente de Chile agregó que conocía poco a Bolsonaro “pero en lo económico apunta en la buena dirección”. “Sabemos poco de él pero hemos conocido su mensaje en el terreno económico y es el correcto para un país como Brasil, que lleva años en recesión”, dijo el mandatario.
Piñera es un dirigente de línea conservadora. ¿Y Bolsonaro? El ultraderechista. De hecho, al conocerse las declaraciones de Piñera en Madrid, en Santiago de Chile recibió críticas. Sobre todo de aquellos que intentaron vincular la confesión de Piñera con las expresiones ultraderechistas de Bolsonaro, que son dos cosas distintas. Piñera no comparte, aclaró luego, las posiciones discriminatorias de Bolsonaro pero coincide en lo que respecta a economía, integración y reformas.
Ahora resulta que a Brasil ha viajado la presidenta del partido oficialista de Chile, UDI, Jacqueline van Rysselberghe. De allí, Bolsonaro grabó un vídeo de salutación al pueblo chileno, y en el que además manifiesta su admiración por Piñera. O lo que es lo mismo. Un mensaje más personal que económico. De hecho, Bolsonaro expresa: “Un abrazo especial a Piñera. Lo admiro desde su primer mandato cuando lo conocí”. Piñera dijo que conocía poco a Bolsonaro; sin embargo, este dice que conoce a Piñera desde el primer mandato, hace más de un lustro.
Por qué Piñera apoya el programa económico del ultraderechista Bolsonaro
Ya tendrán los adversarios de Piñera argumentos para el ataque. En todo caso, la posición de Bolsonaro respecto a Piñera está más que clara, pues dice que “juntos, en el bilateralismo y los acuerdos, tenemos todo para traer el progreso y la felicidad para nuestros pueblos”.
A Chile y a Brasil les convienen relaciones estrechas y en el marco de una política económica coincidente. Ya lo adelantó ALnavío: “Hay, al menos, dos razones. Por un lado, la fuerte presencia de empresas chilenas en Brasil, que se dispararon en Bolsa tras el triunfo de Bolsonaro. Por otro, la visión económica liberal de Piñera, que fue empresario antes que político. También el ultraderechista cuenta con el aval de los inversores gracias a su propuesta liberal. Ha prometido privatizar empresas públicas y reducir el Estado y eso gusta a los mercados”.