Rafael Alba (ALN).- Te Boté, de Nicky Jam, Bad Bunny y Ozuna, con 1.450 millones de visitas ha sido el vídeo musical más visto en los últimos 12 meses. Los expertos del portal estadounidense Pitchfork, la gran referencia internacional de la música moderna, han seleccionado Malamente de Rosalía como mejor vídeo del año.
Pellízquense, si quieren, para comprobar que están despiertos después de leer lo que viene a continuación, pero sepan desde ya que los datos que les voy a proporcionar en las siguientes líneas provienen de una fuente de absoluta solvencia -la revista estadounidense Variety– y son oficiales y absolutamente objetivos. Así que no… no se trata de ningún sueño. Ni mucho menos. Lo que hay es lo que hay y, según las cifras oficiales hechas públicas esta misma semana por YouTube, en 2018 ocho de los 10 vídeos musicales más vistos en todo el mundo se corresponden con canciones cantadas en español. ¿Les resulta prodigioso? Sin duda lo es. Y mucho más de lo que parece. Sobre todo, porque se trata del segundo año consecutivo en que esto sucede y con una interesante novedad añadida: En esta ocasión, no podemos atribuir el éxito a la capacidad de arrastre demostrada por el fenómeno global en que se convirtió Despacito, el tema de Luis Fonsi y Daddy Yankee, que se mantiene todavía como el vídeo más visto de todos los tiempos en la plataforma de streaming de Google, que acumula a estas alturas más de 5.700 millones de visitas.
Según las cifras oficiales hechas públicas por YouTube, en 2018 ocho de los 10 vídeos musicales más vistos en todo el mundo se corresponden con canciones cantadas en español. ¿Les resulta prodigioso? Sin duda lo es. Sobre todo, porque se trata del segundo año consecutivo en que esto sucede
Ya saben que en 2017, los expertos analistas de las tendencias subyacentes en los mercados de la música pop consideraron que la fuerza imparable de este temazo rompepistas estaba detrás del sorprendente ascenso a las alturas de la música latina, cuyos intérpretes y creadores lograron entonces colocar seis grandes éxitos con letras escritas en español entre los 10 vídeos más vistos en todo el mundo. Era, o podía ser, una simple anomalía, el efecto coyuntural de una moda, probablemente pasajera. Pero, más de 365 días después, la explicación no puede ser la misma. De modo que o bien la tendencia no ha terminado de disiparse aún o estos sesudos analistas se equivocaron y estamos, en realidad, ante el nacimiento de un nuevo paradigma, puesto que las cifras correspondientes al consumo global de música latina aumentan. Y, aunque el epicentro del terremoto sigue situado en las pistas de baile, cada vez hay más artistas con capacidad acreditada de convertir sus canciones en éxitos globales.
Este año, el vídeo musical más visto ha sido el remix de Te Boté, la canción de Casper Mágico, Nio García y Darrell, realizado por Nicky Jam, Bad Bunny y Ozuna, con 1.450 millones de visitas, seguido muy de cerca por X (Equis), otro tema de Nicky Jam, en este caso en colaboración con J. Balvin, que ha sumado más de 1.403 millones de clicks. Pero, curiosamente, es el artista portoriqueño Ozuna, y no el mencionado Nicky Jam, el artista que más temas ha conseguido colocar en el Top 10. Nada menos que cuatro. Su presencia también ha facilitado el éxito de El Farsante, tema que interpreta junto al crooner neoyorquino Romeo Santos que ha alcanzado el quinto lugar de la lista con 1.150 millones de visitas; el de Me niego donde colabora con Reik y Wisin, noveno con 736 millones de visitas, y el de Vaina Loca, que interpreta junto a Manuel Turizo, que ocupa la décima plaza con 688 millones de visionados. Una cifra que casi resulta modesta en medio de esta orgía multimillonaria que marca la actualidad totalizadora y expansiva de la aceptación unánime que están obteniendo los ritmos calientes de raíz caribeña en todos los mercados disponibles en el planeta. Asia incluida.
Maroon 5 y Drake
Los otros tres éxitos latinos que se han colado en la lista anual de éxitos de You Tube son Dura de Daddy Yankee, en la cuarta posición con 1.130 millones de visitas; Sin Pijama de Becky G. y Natti Natasha, sexta con 1.110 millones de visitas y para acabar, tenemos una de las grandes sorpresas virales del pasado año: el vídeo realizado por Ultra Music, sobre el éxito de la década de los 90 del pasado siglo titulado Dame tu cosita. Una canción de El Chombo y Cutty Ranks, que se ha revitalizado y sumado 947 millones de visitas para llegar al séptimo lugar de la lista. Todo gracias a Popoy, un simpático muñeco extraterrestre bailarín, creado por la compañía francesa de dibujos animados ArtNoux. Y cuidado porque la popoymanía no ha hecho más que empezar. Y ya se ha visto reforzada desde varios frentes. Por ejemplo, otro vídeo con el mismo tema que ha acumulado unos 50 millones de visitas en tres meses, en el que intervienen Popoy, El Chombo, Pitbull y Karol G. Pero no es la única réplica de este movimiento sísmico que se abre paso. En España, por ejemplo, no debemos olvidarnos de los 4,5 millones de clicks que ha sumado la actriz Anabel Alonso gracias a la imitación del muñequito que realizó en el programa de televisión Tu cara me suena.
Este año, el vídeo musical más visto ha sido el remix de Te Boté, la canción de Casper Mágico, Nio García y Darrell, realizado por Nicky Jam, Bad Bunny y Ozuna, con 1.450 millones de visitas, seguido muy de cerca por X (Equis), otro tema de Nicky Jam, en este caso en colaboración con J. Balvin
De modo que el pasado año, sólo dos artistas anglosajones han podido resistir ante el empuje irrefrenable de las hordas latinas, en la lista de honor de YouTube. Aguantaron el tipo Maroon 5, con el apoyo de Cardi B, que lograron la medalla de bronce gracias a los 1.390 millones de visitas que obtuvo el vídeo de Girls Like You y también el canadiense Drake, líder incuestionable sin embargo en todas las plataformas musicales de streaming de pago, que tuvo que conformarse con la octava plaza del ranking, porque su tema más visionado del año, God’s Plan consiguió sólo 890 millones de visitas. Aunque quizá, la armada estadounidense vuelva a tener opciones ganadoras el próximo año. Por lo menos, eso podría indicar la irrupción de Ariana Grande en el escenario con Thank U, Next, su último single de éxito. El vídeo, publicado el 30 de noviembre, batió el récord de clicks en un solo día al sumar 55,4 millones. Casi seis millones más que los conseguidos en 24 horas por el tema Idol de la banda coreana BTS, el gran supergrupo del Kpop, que ostentaba anteriormente la mejor marca. La impresionante cifra obtenida por la pieza audiovisual de Grande le dio, además, el impulso suficiente para convertirse también en el primer vídeo de la historia que consigue alcanzar los 100 millones de visitas en menos de cuatro días.
Pero el triunfo de las piezas audiovisuales que promocionan la música latina en las plataformas de streaming globales ha alcanzado un hito más este año. Un triunfo inesperado que, cómo no, ha llegado de la mano de la cantante española Rosalía. La auténtica artista revelación del año, por mucho que sus cifras de visionado estén aún a años luz de todos estos ocupantes del Top 10 de YouTube que hemos mencionado aquí. Sin embargo, a pesar de haber sumado apenas 41 millones de clicks, Malamente, el vídeo de la cantante catalana rodado por la productora Canadá, ha conseguido un galardón que, muy probablemente, hubieran deseado para sí todos los multivendedores hispanos, al convertirse en el mejor de 2018, según la opinión de los críticos de la revista especializada Pitchfork, publicación del grupo Conde Nast, cuya influencia y prestigio la han convertido en lider mundial entre las revistas dedicadas al pop de vanguardia. Este inesperado título lleva a la música latina a un lugar que pocas veces ha conseguido ocupar, puesto que a diferencia de las estrellas del r&b como Beyoncé, Kanye West o el propio Drake, ningún artista hispano había logrado hasta ahora compaginar sus éxitos de ventas con el aprecio de las élites intelectuales de guardia.
La dependencia del reggaetón
No obstante, superada esta barrera, y a pesar del clima soleado, no estaría de más atender algunas señales inquietantes que también pueden apreciarse en el horizonte. Por ejemplo, la casi total dependencia del reggaetón que puede detectarse en este listado de grandes éxitos que avala el buen momento internacional de la música latina. Y también, el hecho de que este predominio innegable conseguido en las listas de YouTube no se extienda, como explicábamos antes, a las plataformas de streaming de pago como Spotify o Apple Music. Al fin y al cabo, el modelo de YouTube, incluso tras el lanzamiento de su nueva plataforma premium YouTube Music, está completamente basado en el consumo gratuito de música, lo que demostraría que el público de los hits latinos no está demasiado dispuesto a pagar para disfrutar de la música de sus artistas favoritos. Por lo que, tal vez, si tuviera que hacerlo, las cifras de visitas acumuladas serían mucho menos impactantes de lo que son ahora.
Pero el triunfo de las piezas audiovisuales que promocionan la música latina en las plataformas de streaming globales ha alcanzado un hito más este año. Un triunfo inesperado que, cómo no, ha llegado de la mano de la cantante española Rosalía. La auténtica artista revelación del año
Según los cálculos de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI, por sus siglas en inglés), la rentabilidad anual media por usuario que ofrece la plataforma de videos de YouTube a la industria discográfica no supera la cifra de un dólar (0,88 euros). Y eso que cuenta con cerca de 1.000 millones de consumidores repartidos por todo el mundo. Unos cinco veces más que los sumados, de momento, por los servicios de pago de las plataformas de streaming de audio, cuya rentabilidad anual media por usuario alcanza los 20 dólares (17,60 euros). Estas cifras, que configuran la llamada brecha de valor, de la que tanto se ha hablado en los últimos años, condicionan las posibilidades de que los artistas latinos ganen peso real en el banquete de los beneficios globales que proporciona el negocio de la música grabada. Cuando menos para que la porción de tarta que les corresponda tenga una correlación real con la popularidad de la que ya gozan y el uso masivo de sus productos que realizan los consumidores mundiales de música de baile.
De hecho, la bajísima remuneración abonada por YouTube a los propietarios de los derechos de la música grabada que se utiliza en los vídeos en que se basa su modelo de negocio ha dado lugar a un frente, que aún sigue abierto, económico y legal, entre la plataforma de vídeo y la industria musical global, cuyo último capítulo por el momento sería la batalla perdida en Europa por las tecnológicas estadounidenses en torno a los derechos de autor. Desde que los europarlamentarios se pusieron del lado de los artistas en esta batalla, en una votación ajustadísima, las compañías del lobby de Silicon Valley han mantenido la presión y siguen intentando tumbar el artículo 13 de la recién aprobada Directiva Europea sobre Copyright, al que consideran el principio del fin de internet. O del tipo de internet en el que han basado unos modelos de negocio muy poco cuidadosos con la propiedad intelectual. Y, la verdad, es que las espadas siguen en alto y que, desgraciadamente, gran parte del futuro de la música latina podría depender de esta pugna económica y jurídica. Por lo menos, si los grandes artistas del género no son capaces de convencer a su público de que hay que rascarse más el bolsillo para seguir bailando. O algo parecido a eso.