Daniel Gómez (ALN).- Según el Pew Research Center, un 24% de los venezolanos y argentinos confía ciegamente en la democracia como sistema de gobierno. Más incluso que la media global, que se sitúa en 23%. En esta línea, el informe señala que en Venezuela el 81% de los ciudadanos rechaza de pleno los gobiernos autócratas o mesiánicos y en Argentina, el 71%.
Venezolanos y argentinos son los ciudadanos de Latinoamérica que más se inclinan a favor de la democracia. Según el último informe sobre tendencias democráticas publicado este martes por el think tank estadounidense Pew Research Center, el 24% de los encuestados en Venezuela y Argentina confía ciegamente en la democracia como sistema de gobierno. Más que en cualquiera de los otros países latinoamericanos encuestados (19% de promedio). Y más incluso que la media global, que se sitúa en 23%.
Venezuela y Argentina son también los países latinoamericanos menos proclives a un sistema no democrático con 15% y 18% de los ciudadanos encuestados, respectivamente. El dato es relevante. Y es que América Latina, encabezada por Perú y México, es la región del planeta que más se inclina por sistemas militares o regidos por líderes supremos. Que son justo los modelos que corresponden a la definición que el Pew Center ofrece sobre la opción no democrática.
Para reforzar esta data, se observa que el 81% de los venezolanos rechaza de pleno los sistemas mesiánicos y autócratas y el 71% de los argentinos también. En línea con esto, sólo un 24% -tanto en Venezuela como en Argentina- aceptaría un sistema de gobierno militar, casi la mitad de la opinión expresada por peruanos y mexicanos.
Antecedentes y realidades mesiánicas en Argentina y Venezuela
Aunque en la actualidad Venezuela y Argentina son países administrados de manera opuesta, en el pasado compartieron un sentimiento común: el socialismo que aún dirige el Palacio de Miraflores en Caracas.
Antes de que el presidente argentino Mauricio Macri llegara a la Presidencia en 2015, el kirchnerismo, un movimiento político de orientación populista-comunista, gobernó el país entre 2003 y 2015.
El 81% de los venezolanos rechaza los sistemas mesiánicos y autócratas
Primero Néstor Kirchner (2003-2007) y luego Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), hicieron de la nacionalización y los controles cambiarios todo un sistema de gobierno destinado al fracaso.
Dos años después, las consecuencias aún se notan. La economía avanza a ritmo lento y la inflación sigue alta. A las malas magnitudes económicas del kirchnerismo se añade la corrupción, difícil de juzgar porque la separación de poderes no es plena.
Mientras en Venezuela, desde que Hugo Chávez llegó al poder, la Revolución Bolivariana, socialista y antimperialista, tal como la definía el fallecido mandatario, sigue siendo el sistema con el que Nicolás Maduro ha conducido al país a la mayor crisis que recuerda. Una debacle que va más allá de lo económico, y que también cuenta con el aderezo de la corrupción.
Son antecedentes que bien podrían haber tenido en cuenta los ciudadanos que participaron en la investigación del Pew Research Centre. Hay argentinos que con Mauricio Macri se sienten en un gobierno regido por cauces democráticos y no quieren volver al pasado. Más de lo mismo en Venezuela. Muchos de los ciudadanos encuestados se muestran contrarios al régimen chavista, de claro color antidemocrático. Por lo que lo último que desean es vivir en un Estado regido por un líder supremo o por un sistema militar.