Daniel Gómez (ALN).- La economía de Venezuela caerá más de 35% en 2019 y esto “es una verdadera tragedia”, dice a ALnavío Asdrúbal Oliveros, director de Econalítica. Una verdadera tragedia porque “nadie escapa”. Porque esta caída supone “una destrucción más acelerada de la riqueza, con cierres de empresas, reducción de márgenes y empobrecimiento de la gente”.
Venezuela acumulará seis años de depresión económica en un 2019 “dramático”. Lo explica el economista Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, en esta entrevista con ALnavío.
Es “dramático” porque a principios de año, su equipo estimó una contracción del Producto Interior Bruto (PIB) de 16%. Si esto ya de por sí es alto, cuando el 29 de enero Washington congeló los fondos que tenía en Estados Unidos la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) en un nuevo paquete de sanciones, la economía se hizo todavía más débil.
“El efecto de las sanciones petroleras tiene un impacto en Venezuela muy significativo, por lo que en Econalítica elevamos la previsión de caída al 29,6%”, comenta Oliveros.
Nada podía parecer peor y lo fue. El 7 de marzo Venezuela se quedó sin luz. El sistema eléctrico, afectado por siete años de falta de mantenimiento y por las prácticas corruptas del chavismo, colapsó. Casi un mes después, la energía viene y va. El día a día se convierte en un caos. Hasta el dólar está inflado. Una lata de atún es más barata en EEUU que en Venezuela. Los negocios no funcionan con normalidad, no hay agua, los electrodomésticos se han visto afectados…
“La crisis eléctrica estaría costando unos 2.100 millones de dólares entre pérdidas y daños sólo en marzo”, dice Oliveros. “La contracción será de 35-40%”.
– ¿Cómo llegó a estos números?
– En Ecoanalítica hicimos los cálculos del colapso del sistema eléctrico teniendo en cuenta cuatro elementos. Las mediciones a través del Producto Interno Bruto (PIB). El segundo factor son los datos del parque industrial venezolano, y las industrias básicas. El tercer elemento es la actividad petrolera, nuestra principal actividad económica. El cuarto dato viene de lo que los gremios y las cámaras regionales han reflejado en su balance de daños y pérdidas.
– Lo que no contabilizan es el daño que han sufrido los hogares.
– Efectivamente no hay un cálculo de los hogares. El análisis que hacemos va más ligado a la actividad empresarial porque son los datos que tenemos. Aunque indirectamente en el PIB el daño a los hogares aparece como un elemento indirecto que es el consumo.
– ¿A qué sectores impactó más la crisis eléctrica?
– Nadie escapa. El sector petrolero, que es medular, que es clave para el aporte de divisas, ha vivido una crisis importante en la producción en los últimos años por las sanciones, la pérdida de capital humano, los defaults… A todo esto, se suma la crisis eléctrica y la ruptura de los circuitos de almacenaje. Otro sector afectado es la manufactura. Aunque muchas industrias tengan estructuras y reguladores de luz para tener autonomía de electricidad, la operatividad no se pudo garantizar porque estos aparatos no están preparados para una crisis tan prolongada. Luego viene el sector comercial, que es con el que interactúan los consumidores. Las tiendas no podían vender. Además, con el problema eléctrico también se ve afectado internet, la telefonía, y por supuesto el sistema de pagos.
– ¿Cuán importante es el sistema de pagos en Venezuela?
– Venezuela tiene una crisis hiperinflacionaria. El uso del efectivo es muy complicado acá, y este se hace con puntos electrónicos, con tarjetas de débito, con transferencias. Sin electricidad no funciona bien internet, no funciona el móvil, no funciona el retiro de efectivo… Entonces se inicia una dinámica que el que compra no puede comprar y el que vende no puede vender.
– Pese a la crisis, en Econalítica dicen que la inflación ha caído en los dos últimos meses. ¿Por qué?
– Esto no es debido tanto a la crisis del sistema eléctrico, sino a la política de encaje legal que ha aplicado el Ejecutivo, controlando la cantidad de bolívares en el sistema financiero, y su capacidad para conceder préstamos. Por eso hay cierta estabilidad en el tipo de cambio. Porque no hay demanda. No porque el Gobierno esté resolviendo el problema económico de fondo. Hay una restricción muy fuerte del poder de compra, y esto está afectando la capacidad de los ingresos. En febrero, calculamos 60% de inflación. Esto, que es una calamidad en el mundo, no lo es en Venezuela, ya que veníamos de inflaciones mensuales por encima de 100%. Esto también lo vemos en marzo con inflación en torno a 50%.
– El apagón supuso un duro golpe para la economía venezolana, pero más duro fue el impacto de las sanciones de Estados Unidos.
– En principio estimábamos una caída de 15-17%. Es grave porque veníamos de una contracción acumulada de 54% en los últimos cinco años. Seguir cayendo por sexto año consecutivo a tasa de dos dígitos es una verdadera tragedia, porque es una destrucción más acelerada de la riqueza, con cierres de empresas, reducción de márgenes y empobrecimiento de la gente. La Administración de Donald Trump toma unas sanciones petroleras muy agresivas, que afectan a un sector medular de la economía, y acelera la caída con un efecto multiplicador. Se afecta el sector, el ingreso de divisa, el vehículo de las exportaciones, y se afecta el consumo. Esto, sumado al colapso eléctrico, también implica una paralización que le resta capacidad de dinamismo a la economía venezolana en términos de 35-40%. Esto, fuera de los números, es una verdadera tragedia.
– Usted es quien comparte los informes de Barclays sobre Venezuela, y en el último el grupo británico dice que sin Nicolás Maduro el país crecerá más de 20%. ¿Se cumplirán estos pronósticos?
– Puede que los números cambien un poco. Es la misma tendencia que tenemos los economistas. En la medida que tengas un cambio político, acompañado por los actores internacionales, los bancos multilaterales, la economía puede tener un crecimiento importante. Obviamente al principio va a crecer mucho porque hay un efecto rebote, porque vienes de una caída muy agresiva. Esto hace que el primer y segundo año tengas tasas elevadas, incluso por encima del 20% como lo está viendo Barclays.
– Barclays dijo que el fin de Maduro vendría en el primer trimestre de 2019 y este ya pasó… ¿Podrá resistir el régimen mucho más?
– Cuando a veces uno dice etapa final, como dijo Barclays, cree que es cosa de días. El proceso político de Venezuela es muy complejo, con un altísimo nivel de incertidumbre. Pese a todo, sí creo que Venezuela está en un proceso de cambio de un modelo a otro. Lo que no podemos visualizar es el cuándo y el cómo. Todos quisiéramos que fuera ya, pero sabemos que los procesos políticos y sociales no van al mismo ritmo que la gente quisiera. El cómo, la forma de salida, puede tener elementos que los economistas no hemos consultado.