Leticia Núñez (ALN).- La agresividad de la Administración Trump lleva al país latinoamericano a un complejo juego de equilibrios. “Por un lado, México arriesga el orgullo y la dignidad nacional y, por otro, los intereses económicos”, señala Carlos Malamud, catedrático de Historia de América. Donald Trump ha sacudido la economía de México a base de amenazas e insultos. No solo llamó “violadores” y “criminales” a los mexicanos, también aseguró que pagarían el muro que pretende construir en la frontera “de una manera u otra”. La tensión se disparaba. En un arrebato de verborrea tuitera, el presidente estadounidense afirmó que si el país latinoamericano no estaba dispuesto a pagar el muro era mejor cancelar el encuentro. Enrique Peña Nieto, aunque tarde, reaccionó suspendiendo la reunión que tenía previsto mantener en la Casa Blanca para negociar el Tratado de Libre Comercio.
Nunca en las últimas décadas las relaciones entre ambas naciones habían atravesado un momento tan crítico. Tanto, que los expertos no desechan la idea de que la crisis acabe desembocando en una guerra comercial entre ambas naciones. “No se puede descartar. Eso sí, perderían ambas partes”, asegura Carlos Malamud, investigador principal del Real Instituto Elcano sobre América Latina, durante una entrevista con el diario ALnavío.
En este sentido, sostiene que, aunque “Trump está acostumbrado a manejar sus empresas inmobiliarias con un criterio de que hay perdedores y ganadores, éste no es un juego de suma cero”. Preguntado por lo que debería hacer México ante tal panorama, Malamud lo tiene claro: “Esperar y ver”. Y añade: “El país no puede darse el lujo de enfrentarse abiertamente a Estados Unidos. En este momento se juega el orgullo y la dignidad, por un lado, y los intereses comerciales, por otro”.
Trump está ladrando mucho, pero habrá que ver cuánto de lo que dice puede llevar adelante, apunta Malamud
El 80% de las exportaciones mexicanas tiene como destino final EEUU y Canadá. El país latinoamericano disfruta de un superávit comercial de 92.000 millones de euros (aproximadamente 100.000 millones de dólares) al año. Para un estado con un PIB per cápita cinco veces menor que su vecino, este ingreso representa el principal respiradero de su economía. Sin embargo, romperlo no solo tendría un efecto devastador para México: también afectaría a Estados Unidos, que tiene en el sur su segundo mayor socio comercial.
¿Efecto contagio?
Malamud, catedrático de Historia de América en la Universidad Nacional de Educación a Distancia, descarta que la actitud de Trump con México pueda desestabilizar a toda la región. “En principio no”. Las ofensas del republicano a los mexicanos, una constante en su campaña, parece que no traspasarán fronteras. “Por ahora es probable que haya cierta solidaridad con el país. La consigna ‘México somos todos’ tiene cierto impacto, pero salvo que el magnate arremeta de una manera todavía más dura contra México u otros países latinoamericanos, la situación va a mantenerse tal cual está”, apunta el experto.
De momento, la respuesta del resto de países de América Latina está siendo cauta. Sin precipitaciones. Como recuerda Malamud, “Trump está ladrando mucho, pero habrá que ver cuánto de lo que dice puede llevar adelante”. Entre los que guardan silencio se encuentra el presidente de Venezuela. “No olvidemos que Nicolás Maduro es un fiel aliado de Vladimir Putin. Ha habido palabras suyas diciendo que Trump no iba a ser peor que Obama. Además, Trump, por ahora, es ‘amigo’ de Putin y, de momento, tiene el beneficio de la duda”, explica.
“La retirada del NAFTA no será la puntilla para México”
Después de que Trump arrancara su primera semana en el poder firmando un decreto para retirar a EEUU del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP por sus siglas en inglés), promovido por Barack Obama, el presidente estadounidense anunció también que renegociará el acuerdo de libre comercio con México y Canadá. La retirada de Washington no supondría la puntilla para el país latinoamericano, según Malamud. “Será un duro golpe, pero no el remate. México debe iniciar una política de diversificación de mercados que lo haga menos dependiente del comercio con EEUU”.
Salvo que Trump arremeta de una manera todavía más dura contra México u otros países latinoamericanos, la situación va a mantenerse tal cual está
Finalmente, y en lo que respecta a España, Malamud cree que si se cumplen las previsiones sobre un aumento del proteccionismo en EEUU no solo habrá oportunidades para China en América Latina, sino también para este país y la Unión Europea. “Es una opción que no hay que menospreciar. España está muy interesada en que la UE cierre el tratado de asociación que está negociando con Mercosur y también en la actualización del tratado de asociación que tiene con México”, sentencia. España, según el investigador, debe realizar un gran esfuerzo didáctico para explicar en Bruselas por qué América Latina debe importar a los europeos, pero también a los latinoamericanos por qué les debe importar Europa.