María Rodríguez (ALN).- El escritor nicaragüense y premio Cervantes Sergio Ramírez desmonta el discurso de Daniel Ortega. Critica que se haya inventado una realidad paralela en la que supuestos grupos terroristas han dado un golpe de Estado en el país. Al contrario: “El verdadero golpe de Estado se ha dado contra los ciudadanos, contra su condición de personas libres”, afirma Ramírez y denuncia que las garantías constitucionales siguen suspendidas en Nicaragua por el régimen de Ortega.
El escritor nicaragüense Sergio Ramírez, premio Cervantes 2017, desmonta la excusa que esgrime el régimen de Daniel Ortega para acusar y procesar a cientos de ciudadanos críticos con la deriva del Gobierno y para asediar al periodismo independiente de Nicaragua. El escritor afirma en un artículo en El País que el régimen de Ortega se ha inventado una realidad paralela: la de que supuestos grupos terroristas de profesión, “movidos por el odio”, han dado “un golpe de Estado” en el país. Al contrario.
“El verdadero golpe de Estado se ha dado contra los ciudadanos, contra su condición de personas libres”, subraya Ramírez, haciendo alusión a la supresión de derechos por parte del régimen de Ortega.
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La Organización de Estados Americanos (OEA) ya ha amenazado al gobierno de Daniel Ortega con la expulsión de Nicaragua del organismo por su deriva hacia la dictadura. Una medida de presión para forzar a las autoridades nicaragüenses a respetar la institucionalidad en un país con una profunda crisis política.
La represión en Nicaragua deja ya 325 muertos desde abril, según cifras de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. El secretario general de la OEA, Luis Almagro afirmó ante el Consejo Permanente del organismo que “buscará” la Justicia internacional para que sean juzgados los responsables de los crímenes contra civiles en Nicaragua.
Garantías constitucionales suspendidas
Y mientras tanto, las garantías constitucionales en el país siguen suspendidas. Ramírez lo constata en varios puntos:
– “Está prohibido manifestarse”
– “El derecho a la privacidad ha quedado abolido”
– “Está prohibido exhibir o portar la bandera [de Nicaragua]”, convertida en un símbolo subversivo. Tampoco se permite llevar globos azules y blancos, los colores de la bandera.
– “Está suspendido el derecho ciudadano de informar libremente y recibir información”. Prueba de ello es el asedio del régimen de Ortega contra el periodismo independiente. Hace varias semanas, los antidisturbios golpearon en Managua a reporteros que protestaban por los registros y el allanamiento de tres medios de comunicación y el cierre de nueve ONG que promovían la libertad de expresión y la democracia.
La policía nicaragüense había asaltado días atrás la redacción del diario Confidencial y la de los programas de televisión Esta semana y Esta noche, de Carlos Fernando Chamorro, confiscando bienes y equipos. También asaltaron las instalaciones de la televisora 100% Noticias y detuvieron a su director, Miguel Mora, por cometer supuestos “delitos impulsados por el odio como consecuencia de la provocación, apología e inducción al terrorismo”. Pero, ¿qué terrorismo? Ramírez les contesta con sarcasmo: “El terrorismo de informar”.
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Pero esto no se acaba ahí. En las aduanas se retiene el papel y los insumos para los periódicos escritos, “al estilo Venezuela”, subraya Ramírez. Por ello, La Prensa y El Nuevo Diario sólo tienen existencias para mes y medio. “Luego, les tocará desaparecer”, lamenta el escritor. Pero mientras, la prensa no se calla. Y como muestra estos titulares de La Prensa: “Régimen asesina, encarcela y persigue” y “Crímenes de Ortega se escucharán en la OEA”.
Precisamente Ramírez se apoya en un informe de la OEA elaborado por un grupo de expertos independientes para constatar la supresión de derechos que se vive en Nicaragua. En el informe “se desmiente de manera rotunda” la invención del régimen de Ortega de ese supuesto golpe de Estado. “No existe evidencia” alguna para mantenerlo, sostiene el reporte. De ahí que la OEA quiera dar un paso más y aplicar la Carta Democrática Interamericana a Nicaragua, un proceso que, como ya se citó, podría llevar a la expulsión de Nicaragua del organismo.