Ernesto J. Tovar (ALN).- En la interminable novela criminal en que se ha convertido el caso Lava Jato, la declaración a fiscales peruanos del propio Marcelo Odebrecht, director ejecutivo de la empresa, relaciona con el lavado de dinero a las dos principales figuras de la política peruana: el presidente Pedro Pablo Kuczynski y la líder opositora Keiko Fujimori, quien sin embargo ataca duramente a Kuczynski.
El escándalo de Odebrecht y el caso Lava Jato, que implica a cientos de políticos y empresas en América Latina, parece no tener fin. Las declaraciones dadas por el mismo Marcelo Odebrecht, director ejecutivo de la constructora brasileña, a fiscales peruanos, apuntan a que incluso el presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK) también pudo haber recibido financiamiento de la ahora denostada empresa brasileña, según reseñan diversos medios peruanos.
De esta manera la posibilidad de que PPK recibiera algún tipo de financiamiento de parte de Odebrecht se convierte en munición para los ataques de la oposición fujimorista desde el Congreso, y para que desde la prensa se le exija al Presidente peruano más transparencia y empeño en rendir cuentas.
Pero el sacudón político de la declaración de Odebrecht a los fiscales también afecta a la líder de la oposición, Keiko Fujimori, cuyo partido Fuerza Popular domina el Congreso y ha emprendido una larga pugna con PPK, llevando incluso a retirar la confianza a todo el Gabinete de ministros.
“El presidente de la República debe responder por la salud moral de Perú”, dice Rosa Bartra, de la comisión Lava Jato
Odebrecht dijo que ordenó dar otros 500.000 dólares a la campaña de Fujimori en 2011, versión publicada por El Comercio y negada por la congresista, quien incluso amenazó con demandar al rotativo por presunta difamación.
Los detalles de la supuesta ayuda a la candidata fujimorista y otros personajes en Perú los tendría Jorge Barata, exnúmero uno de la constructora brasileña en el país y actualmente detenido en proceso de obtener beneficios judiciales al convertirse en un “colaborador eficaz”, proporcionando información sobre el pago de coimas a funcionarios y políticos.
Ayudas en Palacio
Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala gobernaron Perú desde 2001 hasta 2016. Y de acuerdo con Odebrecht de alguna manera todos fueron beneficiados por la empresa, a través de pagos con testaferros por adjudicación de obras, entrega de dinero para campañas electorales o, en el caso de García, por su contratación para conferencias cuando ya había dejado la Presidencia.
Toledo, acusado de recibir 20 millones de dólares, se encuentra en Estados Unidos prófugo de la justicia peruana. Humala y su esposa Nadine Heredia están detenidos esperando el juicio por supuestamente recibir tres millones de dólares (2,5 millones de euros) de la constructora brasileña. Y con García, cuyas iniciales confirmó el brasileño que estaban en su agenda de comisiones y coimas, hay una investigación por las adjudicaciones de obras del Metro de Lima durante su gestión.
Estas revelaciones han contribuido a cimentar el descrédito de la clase política peruana ante la opinión pública de su país, que considera que la corrupción es el segundo problema más importante, con 52% de menciones, sólo por detrás de la delincuencia, con 57%.
Y específicamente el problema resalta en políticos y policías, pues 64% de las personas considera que sus representantes y los agentes del orden público se benefician de pagos y comisiones ilegales.
La guerra de acusaciones y sospechas desatadas con Odebrecht parece que también se llevará por delante al fiscal de la nación peruana, Pablo Sánchez Velarde, pues la bancada fujimorista en el Congreso se prepara para destituirlo alegando malas prácticas en su investigación sobre Odebrecht y su relación con otras empresas locales, incluyendo a la principal constructora peruana, Graña y Montero, que fuera socia de la brasileña en proyectos milmillonarios.
Las denuncias contra Sánchez Velarde se presentaron en una comisión del Congreso después de que la Fiscalía anunció que se reabría una investigación contra Keiko Fujimori.
¿PPK ante el Congreso?
El presidente Kuczynski envió hace algunas semanas por escrito una serie de explicaciones a la comisión legislativa que investiga Lava Jato, sobre la supuesta vinculación con Odebrecht y su papel como ministro de Finanzas y como jefe de Gabinete de Alejandro Toledo.
Y aunque allí ya había negado cualquier relación con el empresario brasileño, esta misma semana, tras divulgarse la declaración de Odebrecht, la propia Comisión decidió en una votación reiterar la “invitación” al Presidente para que acuda a su seno.
PPK, que en sus últimos tuits ha resaltado que está “comprometido en la lucha contra la corrupción”, está siendo cuestionado desde la prensa y desde el espectro político por las respuestas escuetas que está dando ante un escándalo que ya una vez había provocado una investigación que fue desestimada por la propia Fiscalía de la Nación.
PPK: “Nunca he recibido aporte alguno de Odebrecht para mis campañas electorales del 2011 y 2016”
Odebrecht habría manifestado en su declaración a los fiscales sobre la posible donación de dinero a la campaña electoral presidencial de 2011, que si PPK estaba entre los favoritos, “le aportamos”, según los diarios El Comercio y La República.
La congresista Rosa María Bartra, presidenta de la Comisión Lava Jato del Congreso (y miembro del fujimorista partido Fuerza Popular), señaló a título personal que “el presidente de la República debe responder por la salud moral del país, por su misma situación, porque él es el líder de este país y debe tener ese liderazgo ejercido en la forma de dar el ejemplo y desvirtuar cualquier sombra de duda que exista sobre su participación en los hechos investigados”.
En aquella elección realizada en abril de 2011 -donde resultó elegido Ollanta Humala en un reñido balotaje con Keiko Fujimori- Kuczynski arribó tercero con 18,5 % de los votos, pese a tener sólo 5% de apoyo de los electores cuatro meses antes de los comicios.
Usando su cuenta en Twitter el mandatario peruano negó cualquier relación con Odebrecht (quien incluso dijo que contrataron a PPK como consultor hace un lustro). Kuczynski afirmó: “Nunca he recibido aporte alguno de Odebrecht para mis campañas electorales del 2011 y 2016. Tampoco he tenido vínculo profesional con Odebrecht”.
Y a ello agregó que en 2011 su candidatura “no estaba entre las favoritas”, al tiempo que hizo un llamado a que se permita que “nuestras autoridades fiscales y judiciales trabajen con autonomía, independencia y libres de presiones políticas”.