(EFE).- La democracia en Perú está bajo asedio por «las actitudes y la forma de operar del Congreso y del Ejecutivo», a juicio del expresidente Francisco Sagasti, que padeció de primera mano esa coyuntura y lideró un gobierno de transición tras el que llegó a una conclusión: su país se tiene que aplicar la vacuna contra el autoritarismo.
«En este momento hay un planteamiento muy claro, son las actitudes y la forma de operar del Congreso de la República y del Ejecutivo, ayudado por otros poderes del Estado (las que tienen a la democracia peruana bajo asedio)», explicó Sagasti, presidente entre el 17 de noviembre de 2020 y el 28 de julio de 2021.
Para Sagasti, que encabezó el país durante ocho meses en lo que denominó «Gobierno de transición y emergencia», el Congreso ha aprobado «un conjunto de normas y leyes que desvalorizan el equilibrio de poderes entre los poderes del Estado» y ha puesto en marcha «una serie de normas que dan un retroceso de varios años en la regulación de la educación superior para tener una educación superior de calidad».
«Y así, uno tras otro, hemos visto una serie de trabas al ejercicio de la democracia en nuestro país por parte del Congreso», afirmó Sagasti, quien llegó a la Presidencia tras la renuncia de Manuel Merino por las manifestaciones en las que fallecieron dos personas y cedió el testigo a Pedro Castillo, vencedor en las elecciones presidenciales de 2021.
«Estamos viendo el surgimiento de extremismos»
Parte de las conclusiones de ese tiempo las plasma en «Gobernar en tiempos de crisis» (Planeta), que presentará el próximo jueves en la Feria del Libro de Lima y en el que traza una imagen de esa democracia bajo asedio que, alerta, es una amenaza global.
«Estamos viendo el surgimiento de extremismos, de un tipo u otro que desvalorizan y que desprecian las prácticas democráticas. Eso lo vemos en todas partes, lo vemos en Estados Unidos, además, ya de los otros países que ya están claramente definidos, como Venezuela, como Nicaragua y ahora más crecientemente en Guatemala», comentó.
Y agregó: «Lo que hemos visto también en Turquía, lo que estamos viendo ahora en Israel, o sea que es un tema generalizado y creo que lo que se requiere es revitalizar la concepción democrática en esta era de la desinformación y de las ‘3 P’: polarización, posverdad y populismo».
Las vacunas para el autoritarismo que propone Sagasti
Para el expresidente, miembro del centrista Partido Morado, en Perú «existe la posibilidad de una reforma autoritaria», un peligro compartido con otros países ante el que es necesario «estar en guardia continuamente».
«Hay muchísimos países en los cuales se está tratando de hacer y se trató de hacer en los Estados Unidos, en Turquía, en Israel o en la India; o sea, que no somos el único país que está afectado por este virus del autoritarismo», explicó.
Este es un virus que, para Sagasti, siempre ha estado presente en la historia peruana, pero «el problema es si tenemos las defensas o no» para prevenirlo y si los peruanos cuentan con «las vacunas contra el virus autoritario».
«Yo creo que esta vacuna proviene de la participación de esa inmensa mayoría de ciudadanos honestos que cree en el país y su futuro, que, por el momento, no se animan a intervenir de una manera directa en la vida política por todos los problemas que están presentes», remarcó.
Por eso concluyó: «las vacunas están allí, lo que falta es aplicarlas».
«¿Cómo gobernar en un Perú tan complejo?»
Su libro termina con una pregunta que, hasta hoy, parece no encontrar respuesta en el actual Ejecutivo, «¿cómo gobernar en un Perú tan complejo?», que recuerda a la que abre Conversación en la Catedral, obra maestra de Mario Vargas Llosa: ¿Cuándo se jodió Perú?
Esa pregunta que trazó Vargas Llosa por boca de su personaje Santiago Zavala, «Zavalita», parece acompañar con su lastre pesimista cualquier análisis sobre el país andino.
Sin embargo, Sagasti lo rechaza y destaca que «Perú tiene la posibilidad y la voluntad de salir adelante, y lo puede hacer (…) para descartar ese pesimismo de cuándo ‘se fregó’ el Perú».
«Para no utilizar otras palabras que son más exactas, yo diría que el Perú ‘se fregó’ cuando Zavalita se hizo la pregunta de cuándo ‘se fregó’ el Perú, y seguiremos fregados si nos hacemos esa pregunta una y otra vez, en vez de preguntarnos cuándo podremos y cómo podremos salir adelante», concluyó.