Redacción (ALN).- El terror regresa a Colombia. El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz notificó más de 240 muertos en lo que va de año a causa de 63 masacres, asesinatos múltiples provocados por disputas entre grupos criminales que luchan por rutas de la droga, la minería ilegal y el contrabando de gasolina.
“En Colombia las masacres de 2020 se equiparan a las de hace 20 años”, dice el más reciente informe del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz).
Esta ONG, creada en los 80 para monitorear los conflictos en el país, sostiene que 2019 y 2020 “son los años más violentos en Colombia” desde el periodo entre 1998 y 2006, cuando tuvo lugar el auge y caída de los grupos paramilitares de extrema derecha.
Los datos de Indepaz muestran que en lo que va de 2020 han tenido lugar 63 masacres, responsables de más de 240 muertes. La última masacre, definida como “asesinato múltiple” por el gobierno, tuvo lugar este domingo en el departamento de Chocó, donde fallecieron tres personas.
Chocó es un territorio rural de Colombia situado al oeste. Y como explica un reportaje de la agencia AP, en las zonas rurales es donde están ocurriendo la mayoría de los problemas. Estos lugares anteriormente eran controlados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), disueltas tras el acuerdo de paz. Y sin las FARC, estas zonas se han convertido en campo de batalla en el que operan grupos criminales, incluidos disidentes de la guerrilla, que luchan por las rutas de la droga, la minería ilegal y el contrabando de gasolina.
Indepaz indica que el departamento más golpeado en 2020 ha sido Antioquia, en el noroeste de Colombia, con 14 masacres. Le siguen las regiones del suroeste Cauca y Nariño, con nueve asesinatos múltiples.
Según la ONG, la desmovilización de las FARC ha fortalecido a otras estructuras, como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Ejército Popular de Liberación (EPL), así como a aquellos combatientes que no se han querido acoger al proceso de paz. También han tomado fuerza otros grupos paramilitares como el Clan del Golfo y Los Caparros.
El fortalecimiento de estos grupos, sumado a la “connivencia del Estado”, ha provocado que los territorios rurales de Colombia hayan retrocedido 20 años. Y es que para Indepaz el actual gobierno también tiene culpa del auge de la violencia: “El gobierno del presidente Iván Duque no tiene rumbo, no hay claridad conceptual, le echan la culpa todavía a Juan Manuel Santos, al proceso de paz, y además no se ocupan los territorios”.