Daniel Gómez (ALN).- En la Cumbre de las Américas la corrupción se sitúa en el centro del debate. Cuatro de los presidentes invitados están implicados en algún escándalo. Además, se celebra en Perú, donde el caso Odebrecht se cobró la semana pasada a su primer presidente en ejercicio: Pedro Pablo Kuczynski. Y ante tanto morbo, subyace un mensaje: en América Latina nadie es impune.
La dimisión de Pedro Pablo Kuczynski como presidente de Perú es un aviso. Un alerta de que nadie se libra de la corrupción y de que en Latinoamérica luchan, de verdad, contra un problema histórico: la impunidad.
Restan menos de tres semanas para que se celebre la Cumbre de las Américas. Con la corrupción en el centro de la agenda, el morbo está servido. El evento, previsto para el 13 y 14 de abril, se celebrará en Lima, capital de Perú, país donde ningún expresidente vivo escapa de los escándalos. Además, hasta cuatro mandatarios invitados están cercados por la corrupción.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, llega acechado por la trama rusa; Michel Temer, mandatario de Brasil, por el caso Lava Jato; el colombiano Juan Manuel Santos por el escándalo de la constructora brasileña Odebrecht; y Jimmy Morales, presidente de Guatemala, por financiación ilícita.
Tampoco hay que olvidar a Nicolás Maduro. El presidente venezolano no está invitado a Lima, aunque él insiste en que acudirá “llueva, truene o relampaguee”. De cumplir con su promesa, sería el quinto presidente salpicado en Lima.
Nicolás Maduro recibió supuestos sobornos de Odebrecht por 35 millones de dólares
A Maduro lo acusan de formar parte de la red de sobornos de Odebrecht. Según el diario brasileño Estadao, recibió presuntamente 35 millones de dólares para la campaña de 2013 a cambio de conceder obras a la constructora por 4.000 millones de dólares.
Lo que está claro es que, con este escenario, cada palabra sobre corrupción en la Cumbre de las Américas será analizada con lupa. Sobre todo, después de que el pasado miércoles Kuczynski avivara las sensibilidades renunciando a la Presidencia de Perú.
El combate contra la corrupción
Perú
Los diputados opositores preparaban una moción de vacancia contra PPK. Le acusaban de incapacidad moral ya que en diciembre se supo que la constructora brasileña Odebrecht financió, presuntamente, su campaña presidencial en 2011.
Kuczynski logró librarse de una primera moción antes de Navidad, pero el Congreso se movilizó para una segunda vacancia este marzo. Acorralado por la presión del Congreso, ya sin escapatoria ni aliados, dimitió un día antes de que se celebrara el proceso de vacancia.
Guatemala
El caso de Kuczynski recuerda al de Otto Fernando Pérez Molina en Guatemala. El 21 de agosto de 2015, la Comisión Internacional Contra la Impunidad y el Ministerio Público señalaron a Pérez Molina, entonces presidente guatemalteco, como autor de delitos de cohecho pasivo, asociación ilícita y fraude aduanero por el caso conocido como La Línea.
Al descubrirse el escándalo, el Congreso se organizó para quitarle el fuero político a Pérez Molina para que pudiera ser juzgado. Así ocurrió el 1 de septiembre de 2015. Un día después, dimitió como presidente y el 3 de septiembre se presentó en la Torre de Tribunales para enfrentar el caso. Desde entonces se encuentra en la cárcel.
Jimmy Morales, actual presidente de Guatemala, también fue acusado por corrupción. Le salvó el Congreso, que mantuvo su afuero político en septiembre de 2017. La Fiscalía, tal como informó The New York Times, presentó un antejuicio en contra de Morales por financiamiento ilícito en las elecciones de 2015, cuando éste se encontraba en Naciones Unidas.
Colombia
En el verano de 2017, la Fiscalía colombiana confirmó que Odebrecht financió las campañas de 2014 del presidente Juan Manuel Santos y su rival, Óscar Iván Zuluaga. Por estos presuntos sobornos, el mandatario fue llamado a declarar –a través de un formulario privado-por la Corte Suprema, así como otros miembros de su gabinete.
Según informó el Diario Las Américas, la Justicia también pidió los testimonios del exvicepresidente Germán Vargas Lleras y de los actuales ministros Mauricio Cárdenas, María Ángela Holguín, Aurelio Iragorri, Mariana Garcés y Alejandro Gaviria.
Brasil
En Brasil la corrupción también está a flor de piel. El 31 de agosto de 2016, Dilma Rousseff, entonces presidenta del país, fue destituida por el Congreso tras recibir acusaciones por beneficiarse de fondos públicos para su interés personal, así como por presuntas implicaciones en la operación Lava Jato.
Por corrupción también fue señalado el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva. Sobre él pesa una condena de 12 años de prisión. Al líder de izquierdas lo declararon culpable de reformar una vivienda de lujo en São Paulo a cambio de contratos públicos. Recurrió a la sentencia, pero este lunes, la justicia brasileña rechazó su recurso, tal como informó el portal Notimérica.
La entrada en prisión de Lula da Silva queda pendiente del pronunciamiento del Tribunal Supremo Federal el próximo 4 de abril sobre el habeas corpus presentado por su defensa.
Michel Temer, presidente de Brasil, tampoco es ajeno a los escándalos. Su cargo estuvo en peligro dos veces el año pasado y ambas se salvó gracias a una resolución favorable por parte del Congreso.
El primer caso ocurrió en mayo de 2017 y está relacionado con la operación Lava Jato. Todo explotó cuando el diario O Globopublicó unas grabaciones en las que el presidente pedía a un empresario de JBS que mantuviera los sobornos a un exdiputado de su partido.
El segundo tuvo lugar en octubre del año pasado cuando la Fiscalía dijo que era “el líder” de una trama corrupta de lavado de dinero dentro de su partido, el Movimiento Democrático Brasileño, que supuestamente desvió 188 millones de dólares.
Estados Unidos
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también se las ha visto con la Justicia. El FBI, comités del Congreso y el fiscal especial, Robert Mueller, investigan una posible mano negra de Rusia para que Trump ganara las elecciones.
El mandatario, que niega las implicaciones, parece decidido a cesar al fiscal Mueller. Una actuación que podría desembocar en un proceso de destitución contra Trump impulsado por su propio partido, el Republicano.
El mensaje
“Le rogamos al presidente que no despida al fiscal especial. Que no cree una crisis constitucional. El Congreso no puede evitar ese despido. Nuestro único remedio constitucional sería a posteriori, mediante el impeachment”, dijo en Twitter Jeff Flake,senador republicano.
Debajo de todos estos casos subyace una realidad. En Latinoamérica funciona la justicia. Nadie es impune. Nadie se libra de la corrupción. Cayó el presidente Kuczynski como también cayeron Pérez Molina y Dilma Rousseff. Y como ellos, también podrían caer Santos, Temer, Morales y Trump.
Son los cuatro señalados, y serán los cuatro protagonistas en Lima. Cinco si Maduro se atreve a acudir aun no teniendo invitación. El morbo está servido en la gran cumbre contra la corrupción. Y el mensaje también.