Daniel Gómez (ALN).- En Tegucigalpa la noche del miércoles estuvo marcada por las llamas y las protestas. Es el pueblo hondureño que -ahora con el apoyo de más de 300 policías, el 10% de la Dirección Nacional de Fuerzas Especiales- exige la dimisión del presidente, Juan Orlando Hernández. Una figura “conflictiva”, dice al diario ALnavío el investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Alcalá de Henares, Rogelio Núñez, por su cuestionada elección, un caso de narcotráfico que le salpica y la división existente en el país.
El pueblo de Honduras se echa en contra del presidente, Juan Orlando Hernández. También muchos policías, más de 300, quienes se declararon en paro y se pusieron del lado de los protestantes para exigir la dimisión de un mandatario controvertido.
Controvertido por su legitimidad. Por si su relección en 2017, la cual necesitó de una reforma constitucional, fue limpia. Controvertido por una investigación de la agencia antidrogas de los Estados Unidos, la DEA, que afecta a su hermano, Juan Antonio Hernández, y le salpica a él de forma colateral. Y controvertido por la polarización que agita a Honduras desde la crisis política que se abrió en 2009.
En Tegucigalpa, capital de Honduras, la noche del miércoles estuvo marcada por las llamas, el humo, la violencia, los piquetes, y los saqueos. Las protestas, lideradas por estudiantes, profesores y médicos, comenzaron en tono pacífico a finales de abril. Se originaron en rechazo a dos decretos del presidente que pedían la privatización de los sistemas de salud y educación. Dos decretos que Hernández derogó en junio sin que esto sirviera para detener a los protestantes.
Los hondureños se quejan ante la falta de medidas sociales del gobierno. Desde este miércoles, las fuerzas policiales se suman a estos reclamos ante “la negación de sus derechos laborales” y las malas condiciones en las que realizan su trabajo. Según declaró a la agencia Reuters Orlin Cerrato, comisionado de la Policía, 10% de la Dirección Nacional de Fuerzas Especiales, la cual suma cerca de 3.000 miembros, “están de brazos caídos”.
Los motivos del descontento con Hernández
Rogelio Núñez, investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Alcalá de Henares, declara al diario ALnavío que el germen de las protestas son las elecciones generales de 2017.
“Siempre ha rondado la sombra de que no fueron excesivamente trasparentes. Fueron, por así decirlo, unas elecciones extrañas, por lo que la legitimidad del presidente quedó dañada”, apuntó.
Rogelio Núñez sobre los comicios de 2017 en Honduras: “Siempre ha rondado la sombra de que no fueron excesivamente trasparentes. Fueron, por así decirlo, unas elecciones extrañas, por lo que la legitimidad del presidente quedó dañada”
Núñez habla también de la división que existe en el país, y cómo esta contribuye al clima de crispación que se está viviendo en Honduras. “Desde 2009, cuando el presidente Manuel Zelaya intentó reelegirse convocando un referéndum para aprobar una reforma constitucional, cosa que no podía hacer, y el Ejército intervino, el país queda muy dividido entre los simpatizantes de Zelaya y los que no”.
Luego está el escándalo que saltó en noviembre de 2018 y afectó colateralmente a Hernández. La detención de su hermano Juan Antonio en Miami por supuestamente introducir cocaína a EEUU, delitos relacionados con armas de fuego y mentir a agentes federales estadounidenses.
Por estos mismos delitos también fue investigado el mandatario, pero “nunca se encontró evidencia”, dijo el propio Hernández. No se sabe si esta investigación sigue abierta o ya se cerró. El medio CNN consultó a la DEA y esta se negó a responder.
El caso es que escándalos como este dañan la popularidad de un presidente que, como dice Núñez, “es conflictivo”, pero no mediático. No al menos como sí lo son otros dirigentes latinoamericanos igual de conflictivos como Nicolás Maduro y Daniel Ortega. ¿Por qué se libra Hernández: porque es de derecha?
“Honduras nunca ha tenido un papel muy relevante en el contexto internacional. Venezuela, y también sus aliados, tienen tanta repercusión porque, guste o no, Hugo Chávez fue un líder mundial y regional que consiguió marcar una agenda propia”, apuntó Núñez.