(EFE).- La ciudad de Nueva York amaneció este viernes cubierta de blanco tras la primera nevada del invierno y del año, aunque ha sido relativamente moderada comparada con la de otros inviernos.
Ya desde ayer por la tarde había avisos meteorológicos de una tormenta de nieve que dejaría una capa de hasta 3 pulgadas (siete centímetros), es decir una nevada inferior a la que a principios de esta semana cayó más al sur, en la ciudad de Washington y sus alrededores.
Las autoridades del estado han advertido sobre los riesgos de circular por las carreteras y han desaconsejado los viajes no necesarios, mientras que en la ciudad las máquinas quitanieves han trabajado durante toda la noche para despejar las principales calles al tráfico rodado.
Desde ayer ya se distribuyeron toneladas de sal en varios cruces de importancia y en las entradas de las estaciones de metro para evitar resbalones y accidentes.
Los aeropuertos de la región (La Guardia, Boston, JFK y Newark, por este orden), registran hoy el mayor número de cancelaciones en salida de todo el mundo, cerca de 600 vuelos, según el portal especializado Flight Aware, aunque se une en este caso también el impacto de la covid-19, que está golpeando duramente a todo el personal de las aerolíneas.
Sin embargo, las escuelas de la ciudad permanecen abiertas, lo que ha generado no pocas críticas, y el alcalde Eric Adams ha salido a justificar la medida: «No tenemos ni un día que perder, y el impacto a largo plazo de dejar a los niños en casa nos afectará durante años, algo a lo que no pienso contribuir», dijo.
Adams se refería de este modo a la decisión de la ciudad y del estado de mantener las escuelas abiertas también pese a la epidemia de coronavirus, con cifras que superaron los 80.000 casos positivos en el día de ayer, ante la experiencia que consideran fracasada de optar por la enseñanza a distancia en la primera fase de la pandemia.