Daniel Gómez (ALN).- Los presidentes de Argentina y Estados Unidos son amigos. Se conocen desde los 70. Jugaban al golf. Con el padre de Mauricio Macri, Franco Macri, Donald Trump emprendió negocios. Ahora hace política con sus hijos. Cada uno defiende sus intereses, pero sin olvidar esa estrecha relación, la cual quedará en evidencia a primera hora de este viernes. En el marco del G-20, Mauricio Macri recibirá a Donald Trump.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se encontró con un amigo en Buenos Aires: Mauricio Macri. El presidente de Argentina lo recibió este viernes en la Casa Rosada a primera hora de la mañana (6:55 hora local). La reunión es más que un encuentro protocolario, porque está cargada de simbolismo y recuerdos comunes.
Finales de los años 70. El Grupo Macri, un conglomerado inmobiliario dirigido por el padre del presidente, Franco Macri, se alió con la Corporación Trump para hacer negocios en Nueva York. Juntos quisieron construir un edificio de 150 plantas en el lado oeste de Manhattan. El Lincoln West. Así bautizaron un proyecto que no prosperó, pero que estrechó lazos entre las familias.
Trump viajaba con frecuencia a Argentina, a las fincas de los Macri en Punta del Este y en las Malvinas. Allí coincidió con el joven heredero del imperio, quien hoy es el presidente argentino. Jugaban al golf. Eran competitivos. Por eso cuando se ven se saludan con un “My friend” y rememoran anécdotas de aquellas partidas. De aquellos tiempos.
“Conozco a Mauricio desde hace un largo tiempo, era un hombre muy joven y muy apuesto, hicimos negocios con su familia, con su padre. En la época en que yo era solamente un ciudadano civil, sin saber que su hijo, en un momento, se convertiría en presidente de Argentina. Y, creo que tú tampoco sabías que yo me iba a convertir en presidente de los Estados Unidos”, le dijo Trump a Macri en la Casa Rosada, reseñó el diario Clarín.
Fue un recibimiento lleno de gestos y de anécdotas. Como las otras tantas que han protagonizado.
Cuando Trump fue electo mandatario, Macri le felicitó por Twitter y más tarde le llamó. En ese telefonazo se prometieron “la más cercana relación”. Desde entonces hay línea directa entre Washington y Buenos Aires. Se han hecho públicas algunas llamadas recientes. Unas en relación con la crisis en Venezuela, otras respecto a la devaluación del peso argentino.
“Confío en el liderazgo del presidente Macri y respaldo con fuerza su acuerdo con el Fondo Monetario Internacional [FMI] para fortalecer la política fiscal y monetaria de Argentina, para afrontar los actuales desafíos económicos del país”.
Este espaldarazo de Trump a Macri fue en septiembre. Cuando el presidente argentino acudió de nuevo al FMI para calmar las turbulencias financieras. Hubo compañerismo, y en cierto modo interés.
El presidente de EEUU estaba pendiente del G-20. Ya se sabe de su influencia en Washington, donde también está la sede del FMI. Trump no podía consentir una Argentina patas arriba en la cumbre de líderes más importante y su mensaje, reseñado por la Casa Blanca, sirvió como elemento de presión a ver si Macri lograba el préstamo.
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Más que buenas palabras
La relación de ambos mandatarios también ha llegado a buenos términos en lo comercial. Este jueves se supo que, después de 17 años, EEUU volverá a comprar carne argentina. Otro punto llamativo es que Argentina se quedó fuera de los aranceles al acero y al aluminio que Trump impuso al mundo entero. Aunque esta medida, quizá, fue la compensación de aquella brutal subida impositiva, de más de 70%, a la importación de biodiésel argentino.
Y es que, si en algo discrepan Macri y Trump, es en filosofías comerciales. El presidente argentino apuesta por el libre comercio y el estadounidense por el proteccionismo. Y es esta lucha de ideologías el tema que más expectativas generará en el G-20. De ahí el Superclásico de la política entre EEUU y China. Un duelo en el que Argentina se mantendrá neutral. No le queda otra.
Pese a todo, Macri sigue siendo el presidente favorito de Trump. Con Emmanuel Macron se ha visto más veces, pero sus encuentros están marcados por encontronazos. Los reproches de Trump al mandatario francés por la Segunda Guerra Mundial este noviembre en París. Esos eternos apretones de manos… apretón de manos que nunca se dio con otra habitual en las reuniones que frecuenta Trump, la canciller alemana, Angela Merkel.
Con Macri no hay encontronazos. Hay abrazos, anécdotas y buenas palabras. “My friend”. Tampoco hay que olvidar que, por primera vez en sus dos años de mandato, Trump visita un país latinoamericano. Como no podía ser de otra manera, Argentina fue su elegida.