María Rodríguez (ALN).- Jorge Glas en Ecuador, Roxana Baldetti en Guatemala, Amado Boudou en Argentina y Raúl Sendic en Uruguay. Todos fueron vicepresidentes y a todos la Justicia les condenó por corrupción. Ahora hay un nuevo caso. La dimisión de la vicepresidenta de Ecuador, María Alejandra Vicuña, en medio de una investigación por presuntos cobros de coimas.
Ecuador sale de nuevo a la palestra por un escándalo de corrupción que vincula a un vicepresidente en el cargo, María Alejandra Vicuña. La política presentó este martes su dimisión en medio de una investigación por presuntos cobros indebidos. Este caso se suma al del exvicepresidente Jorge Glas, apartado en agosto de 2017 por el presidente Lenín Moreno y condenado en diciembre de 2017 a seis años de prisión por corrupción. También hay ejemplos similares en Guatemala, Argentina y Uruguay.
La Fiscalía General de Ecuador investiga a Vicuña por presuntos cobros de coimas a cambio de mantener puestos de trabajo a asesores cuando era legisladora. Según recoge Europa Press, la denuncia la oficializó el exasambleísta Andrés Páez, después de que el abogado Ángel Sagbay, exasesor de Vicuña, declarara que la política le exigió supuestos pagos entre 300 y 1.400 dólares entre 2011 y 2013, para financiar el partido Alianza Bolivariana Alfarista. A cambio, lo mantenía en su cargo.
“El país no merece esta inestabilidad, por lo que presento la renuncia a mi cargo como vicepresidenta. No me voy a prestar a que se abone a rumores”, dijo este martes la ya exvicepresidenta de Ecuador en Twitter. Un día antes Moreno “liberó” de sus funciones a la política para ejercer “sin interferencias” una “legítima defensa”, según declaraciones del presidente recogidas por el diario El Telégrafo.
El país no merece esta inestabilidad por lo que presento la renuncia a mi cargo como Vicepresidenta, no me voy a prestar a que se abone a rumores de muerte cruzada, de renuncia del Presidente o de grave conmoción interna. ¡Toda acción es en beneficio de los ciudadanos! https://t.co/WlWYjJhQAg
— Ma. Alejandra Vicuña (@marialevicuna) 4 de diciembre de 2018
Hace un año, el exvicepresidente Jorge Glas fue condenado a seis años de prisión por haber recibido 13,5 millones de dólares de la constructora brasileña Odebrecht por la adjudicación de cinco contratos entre 2012 y 2016. En esos años Glas era vicepresidente de Rafael Correa. El exmandatario sigue defendiendo en redes sociales y en todos sus actos públicos la liberación de Glas, al que define como “preso político” (Leer más: Rafael Correa cree que tras la condena de su vicepresidente ahora irán por él).
Guatemala también se suma a la lista. Tal como publicó El País, la exvicepresidenta Roxana Baldetti fue condenada en octubre a 15 años y seis meses de cárcel en el primero de los tres casos judiciales a los que se enfrenta por delitos relacionados con corrupción. Según el veredicto alcanzado tras 16 horas de deliberación, Baldetti, que formó parte del gobierno de Otto Pérez Molina, y su hermano Mario Baldetti, son responsables de tráfico de influencias, fraude y asociación ilícita.
En Argentina Amado Boudou, exvicepresidente de Cristina Kirchner, fue condenado en agosto a cinco años y 10 meses de prisión por delitos de cohecho y negociaciones incompatibles con la función pública, tal como recogió el diario Clarín. Quiso quedarse con la empresa Ciccone con el fin de conseguir contratos del Estado para la impresión de billetes y documentación oficial. El tribunal le inhabilitó de por vida para ser funcionario público y le impuso una multa de más de 80.000 dólares, informó dicho diario.
En Uruguay, la Justicia procesó en mayo al exvicepresidente Raúl Sendic por haber cometido los delitos de abuso de funciones y peculado mientras presidió la petrolera estatal Ancap (Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland) en el gobierno de José Mujica (2010-2015). Sendic, sin embargo, no irá a prisión ya que la Fiscalía no solicitó esa pena.
Un caso diferente es el de Brasil. Antes de ser presidente, Michel Temer ocupó la Vicepresidencia del país (con Dilma Rousseff al frente). Tras el impeachment a Rousseff en 2016 ascendió a presidente. En junio de 2017 se convirtió en el primer mandatario de la historia de Brasil denunciado formalmente por cometer crímenes de corrupción.
Ni los destituidos Fernando Collor de Mello y Rousseff habían pasado por una situación igual. No obstante, unos meses después fue librado por la Cámara de Diputados de la destitución y de ser juzgado por el Tribunal Superior de Justicia por corrupción pasiva. La oposición no logró los 342 votos necesarios (dos tercios) para apartar a Temer del poder (Leer más: Nadie se acuerda que Michel Temer todavía es presidente de Brasil).