(EFE).- Los empresarios venezolanos esperan que la apuesta del Gobierno de Nicolás Maduro por la integración regional, con su disposición a volver, tras 16 años de ausencia, a la Comunidad Andina (CAN), traiga también beneficios a la economía del país, en pleno crecimiento.
La idea surgió en la XXII Reunión del Consejo Presidencial Andino el pasado agosto, cuando el mandatario peruano, Pedro Castillo, y el presidente colombiano, Gustavo Petro -con apenas tres semanas de haber tomado posesión- mostraron su voluntad de trabajar en el retorno como socio pleno de Venezuela, además de Chile.
Tras evaluar la sugerencia de sus homólogos, Maduro anunció, a principios de noviembre, que el país caribeño volvería a la CAN -aunque todavía se desconoce la fecha en que se hará efectivo el regreso-, con el objetivo de apoyar en la construcción de «la Suramérica andina».
El coordinador de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV, Félix Arellano, dijo a EFE que la reincorporación representará para la nación «oportunidades, en particular para el sector productivo», que contará con mecanismos de salvaguardia, de defensa comercial y de solución de diferencias.
Sin embargo, señaló que su reingreso debe ser acordado de forma unánime por los países miembros -Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú-, por lo que puede encontrarse con un obstáculo: el Gobierno del presidente Guillermo Lasso, uno de los pocos que aún reconoce al opositor Juan Guaidó como «mandatario interino» de Venezuela.
BENEFICIOS PARA UNOS Y PARA OTROS
El país abandonó el organismo en 2006, cuando el entonces presidente Hugo Chávez anunció el retiro bajo el argumento de que la CAN estaba «herida de muerte» por las negociaciones de acuerdos de libre comercio que emprendieron Colombia y Perú con Estados Unidos.
La Venezuela que hoy, 16 años después, vuelve a tocar las puertas de la CAN dista mucho de la de entonces, cuando contaba con una «chequera petrolera» que catapultó su economía, que luego, desde el 2013, perdió un 80 % de su tamaño, según estimaciones independientes.
Esta caída se detuvo el año pasado, fruto del cambio en las políticas del Gobierno, que se abrió al dólar y redujo los controles y las intervenciones a empresas, que ven con buenos ojos el regreso.
El presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), Luigi Pisella, dijo a EFE que representará un «beneficio para los empresarios y sus industrias» el reingreso al organismo, que tiene un «mecanismo de protección para los países que no estén en situación de igualdad y que necesiten un tiempo para equilibrarse con el resto».
Además, para el presidente de la Cámara de Integración Económica Venezolano Colombiana (Cavecol), Luis Alberto Russián, facilitará y acelerará el proceso de reinstitucionalización de la relación de Venezuela con Colombia, en pleno restablecimiento de sus relaciones en todos los ámbitos, así como con los demás países andinos.
Al mismo tiempo, contribuirá en la recuperación de Venezuela, un «socio económico importante en la región», que podrá participar en espacios de encuentros donde se lleguen a acuerdos en materia de políticas públicas dentro del esquema de integración.
Mientras tanto, para Miraflores -sede del Gobierno venezolano-, políticamente hablando, la reincorporación «conlleva, fundamentalmente, legitimidad» y «reconocimiento», afirmó Arellano.
«En la medida en que pueda ingresar a cualquier organización, lo va a intentar, lo acaba de realizar en la reunión de la crisis climática en Egipto, porque son foros donde Miraflores asume que está logrando legitimidad y reconocimiento», señaló.
No obstante, advirtió que no hay «ninguna garantía» de que, tras la reincorporación, el Gobierno cumpla con las condiciones y normativas de la CAN, lo que acarrearía su suspensión, como le ocurrió al país en 2016 en el Mercado Común del Sur (Mercosur), por incumplir con algunas obligaciones de la alianza.