Daniel Gómez (ALN).- Elon Musk asegura que los fondos para sacar a Tesla de Wall Street “están asegurados”. Y lo están a 420 dólares por acción, lo cual revalorizaría la compañía hasta 70.000-80.000 millones dólares. El magnate no soporta más el continuo escrutinio al que está sometido.
Lo de Elon Musk fue todo un golpe de efecto. Cuando las dudas ahogaban la empresa de coches que dirige,Tesla. Dudas sobre su viabilidad, su futuro, su capacidad de cumplir con las previsiones de los analistas. Cuando la incertidumbre incluso le afectaba en lo personal. Por su carácter, su polémica vida privada. Hasta lo compararon con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Cuando todo esto ocurría, entonces llegó un tuit: “Considero hacer privada Tesla”.
El anuncio fue una bomba. Muchos no le daban crédito. Se preguntaban si realmente era él. Si era Musk o un hacker que robó su cuenta. Tal fue el impacto que, como publica el diario The Wall Street Journal este jueves, la Comisión Nacional de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) examinó si la declaración era o no veraz.
Sin duda es un asunto delicado. Tesla, de acuerdo con la información publicada por Musk, pasaría a manos de inversores privados después de vender sus títulos a 420 dólares por acción. “Los fondos están asegurados”, dijo. De ser así, la valoración de la empresa rondaría los 70.000-80.000 millones de dólares.
A los funcionarios de la SEC les preocupa que Tesla no cuente con los fondos que Musk afirma tener. Al margen del tuit, Musk no adjuntó ningún documento que lo acredite. Y eso es lo que el regulador pretende verificar. Si no, como explica la agencia Reuters, la empresa tendría que hacer frente a un río de demandas por parte de los inversores.
Por su parte, Musk asegura que la salida no se ha acometido todavía porque el movimiento debe ser validado por los accionistas. Así lo expresó en un comunicado que publicó Tesla en su página web.
Mientras se espera a una resolución final, el magnate usa Twitter para demostrar la buena acogida de su acción. Un ejemplo es el retuit hecho hace unas horas. Fue la encuesta del medio digital Electrek, la cual apuntó que 85% de los lectores aprueban el movimiento de Tesla.
El martes, al instante de publicarse el tuit, el mercado también valoró positivamente el movimiento de Musk. Las acciones de Tesla subieron 11% en poco más de una hora hasta que la SEC paralizó la cotización. El miércoles, al reanudarse, los títulos perdieron 2,4% del acumulado el día anterior. Entonces se situaron en 370 dólares.
¿Por qué Musk hace este movimiento?
Comenta el magnate que retirar a Tesla de la Bolsa no tiene otro fin que hacer que la empresa funcione mejor. “Como empresa pública, estamos sujetos a cambios bruscos en el precio de nuestras acciones que pueden ser una gran distracción para todos los que trabajan en Tesla, todos los cuales son accionistas”, explicó Musk.
Otro motivo “es la enorme presión” que supone para la empresa la presentación trimestral de resultados. Según el directivo, el ciclo de presentaciones les obliga a tomar decisiones que son buenas para el trimestre, pero no tanto para el largo plazo.
“Esto no tiene nada que ver con la acumulación de control por mi parte”
Tesla, fundada en 2003, quiere revolucionar la industria del transporte. En los primeros años, sus esfuerzos fueron dirigidos a producir coches eléctricos de lujo. Para demostrar que los vehículos sin gasolina podían ser bonitos, elegantes y rápidos, al contrario de lo que ofrecía el mercado en esos momentos. Lo consiguió con el Roadster al producir unas 500 unidades al año.
El segundo paso fue mejorar el modelo de producción para abaratar el costo de los coches y competir en un mercado menos elitista. También lo logró con el Model S. El gran reto, no obstante, era penetrar en todos los públicos. Aumentar la producción a niveles más altos con la línea Model 3 y así lograr que Tesla fuera asequible. Entonces aparecieron los problemas.
El gran dolor de cabeza
La empresa de Musk no podía producir tantos Model 3 como prometió en 2016. 5.000 unidades por semana. Una cifra que tardó dos años en alcanzarse. Fue en julio de 2018 cuando salieron de las fábricas de Tesla 7.000 coches en siete días. El precio de todo eso, no obstante, fue más que cuestionable. Tesla despidió 9% de sus empleados y los que quedaron mantuvieron un ritmo de trabajo de 24 horas diarias. Las críticas, obviamente, no tardaron en llegar.
Musk no quiere esa presión. Ansía que la firma sea controlada por fondos de inversores con paciencia. Que entiendan que la innovación tecnológica requiere tiempo. Al respecto, el directivo señaló en su carta que Tesla es la empresa en la historia de Wall Street con más apuestas en corto plazo. Apuestas que se asocian a la especulación. “Ser público significa que hay un gran número de personas que tienen el incentivo para atacar a la compañía”, agregó.
Musk no especificó qué fondos tomarán la compañía. Sí aclaró que el movimiento no persigue, en ningún caso, un beneficio personal. “Esto no tiene nada que ver con la acumulación de control por mi parte”. En la actualidad, el directivo posee 20% de las acciones de Tesla y tras la venta el porcentaje “no será sustancialmente diferente”. Según la revista Forbes, el magnate acumula 22.000 millones de dólares de fortuna.
Por último, lo que Musk sí aclaró es que la estructura de Tesla será parecida a la de su otra compañía, la firma aeroespacial Space X. “Los accionistas externos y los accionistas de los empleados tienen la oportunidad de vender o comprar aproximadamente cada seis meses”.