Daniel Gómez (ALN).- Ahora es Elliott Abrams, enviado especial de Donald Trump para Venezuela, quien tiende la mano al gobierno de Alberto Fernández, después del desplante de Mauricio Claver-Carone en su toma de posesión. Abrams le recuerda que Argentina “tiene una situación económica muy difícil”, recordándole así también que EEUU será clave en la renegociación con el FMI. Y ya adelantó el diario ALnavío que para lograr el apoyo de Washington la posición con Nicolas Maduro será fundamental.
Elliott Abrams, enviado especial para Venezuela del presidente Donald Trump, aseguró que la posición del gobierno de Alberto Fernández en Argentina y la de Estados Unidos en lo referente a Venezuela no es tan distante. Sobre todo después de lo ocurrido la semana pasada en la asunción del mandatario.
“Compartimos un deseo para elecciones libres y para una salida de la crisis en la que vive Venezuela por vía de elecciones”, declaró este domingo al diario Clarín. En esa entrevista también dijo:
“Argentina tiene una situación económica muy difícil. Desde nuestro punto de vista, con tensiones en muchos países sudamericanos, queremos una Argentina estable, creciendo y eso lo compartimos totalmente con su gobierno. Estamos trabajando para relaciones positivas”.
Este mensaje no se puede pasar por alto. Cuando Abrams señala a la economía, señala -sin decirlo- a la negociación que Alberto Fernández mantendrá con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para renegociar las condiciones del préstamo de 56.000 millones de dólares, que tal cual están las cosas, hoy Argentina no puede pagar.
Unas negociaciones en las que, como adelantó al diario el argentino Mario Weitz, exconsultor del FMI, la posición de Fernández con Maduro será fundamental. Y lo será para lograr el apoyo de EEUU en la renegociación del crédito con el FMI. El investigador principal para América Latina del Real Instituto Elcano, Carlos Malamud, también se expresó en este sentido.
La posición de Fernández con Maduro influirá en la negociación con el FMI
Por eso no es casualidad que Elliott Abrams, enviado especial para Venezuela, participara en la primera toma de contacto entre el gobierno de Trump y Alberto Fernández cuando este visitó México en noviembre para entre otros temas, abordar el asunto del Fondo.
Tampoco es casualidad que Elliott Abrams esté hablando ahora de la relación con Argentina, que ahora no atraviesa un buen momento. Y es que el pasado martes Alberto Fernández asumió la Presidencia e invitó al acto de asunción EEUU a Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación de Nicolás Maduro. Esto provocó que el enviado de Trump al evento, Mauricio Claver-Carone, asesor para América Latina, se molestara y abandonar el acto de forma airada. Cabe recordar que Mauricio Claver-Carone acompañó a Elliott Abrams en la reunión que mantuvo con Alberto Fernández en México.
“Queremos saber si Alberto Fernández va a ser un abogado de la democracia en la región o apologista de las dictaduras y caudillos de la región”, declaró Claver-Carone al marcharse.
“Queremos saber si Alberto Fernández va a ser un abogado de la democracia en la región o apologista de las dictaduras y caudillos de la región”, declaró Claver-Carone al marcharse.
Sobre este altercado, ahora Elliott Abrams dice. “Entre dos países siempre hay problemas o malentendidos. Pero mi impresión es que ambos gobiernos tienen una voluntad para establecer relaciones muy constructivas”
“Estamos mirando al futuro”, agregó en la entrevista con Clarín.
Es como si el gobierno de Trump estuviera jugando al policía bueno y al policía malo con Alberto Fernández. Por un lado, está Claver-Carone estableciendo la línea dura con Buenos Aires, y por otro está Abrams de pacificador. Esta es una estrategia clara en cualquier negociación. Y en este caso lo que EEUU persigue es que Argentina se desmarque de Maduro y le insista en convocar elecciones presidenciales libres.
No hay que olvidar que Alberto Fernández define a Nicolás Maduro como presidente de un régimen autoritario. Ya le lanzó un mensaje envenenado cuando este le felicitó por la victoria, diciendo que para que América Latina prospere es importante el pleno desarrollo de la democracia. Y eso, claro está, un régimen autoritario no lo cumple. Otro mensaje es que a la toma de posesión fue un ministro y no el propio Maduro.