Redacción (ALN).- Desde su puesto como decano de la Escuela de Derecho, Ciencias Políticas y Criminología de la Universidad de Los Andes (ULA) el politólogo, José Antonio Rivas, insiste en defender la institución del voto como el arma de los ciudadanos en los regímenes democráticos.
“El voto es el fusil que tienen los demócratas”, dice Rivas, autor de varios libros sobre la arena política de Venezuela. Sus palabras cobran relevancia en medio de la división entre abstencionistas y proparticipación en el seno de la oposición, que comanda la dirigente María Corina Machado.
La líder del partido Vente Venezuela declara en público que el país no debe acudir a nuevos comicios hasta que no se respete el triunfo que, asegura, obtuvo el opositor Edmundo González en las presidenciales del 28 de julio.
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Pero el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó a Nicolás Maduro como ganador con más de 51 % de los votos, un resultado que convalidaron los demás poderes del Estado venezolano y que, de acuerdo con Rivas, sirve como caldo de cultivo para la abstención el 25 de mayo.
A continuación, la entrevista que el analista ofreció:
¿Cómo ve el panorama político tras el llamado del CNE a nuevas elecciones?
El tema aquí es que no tenemos claridad, vamos a ir a una elección en la que no tememos claridad desde el punto de vista de la directriz de los partidos políticos opositores. Hay que entender que la población venezolana, en este momento está manifestando no solamente un agotamiento, está manifestando, además, un cuestionamiento del árbitro electoral y de una historia electoral reciente que está marcada por inconsistencias.
Entonces, hay una desconfianza en el árbitro electoral y una división en la oposición y parte de la tragedia de Venezuela tiene que ver con la orfandad de su clase política, pero no es fácil para los dirigentes llamar a participar en los distintos procesos electorales que vamos a tener en 2025 cuando el antecedente más cercano es la elección del 28 de julio y la juramentación de Nicolás Maduro del 10 de enero sin que se hayan mostrado las actas de su triunfo. Ese es un elemento que, naturalmente, está generando un proceso de desmotivación, de indiferencia y de abstencionismo.
¿Es el venezolano un animal político o apático ante elecciones?
El venezolano ha manifestado durante décadas ser un ciudadano politizado, su naturaleza es participar. De hecho, el venezolano ha ido a elecciones en condiciones muy asimétricas, irregulares, en condiciones donde no hemos tenido suficientes garantías para participar.
Pero esta vez es diferente porque no hay consenso en los partidos, un grupo de la oposición está llamado a participar y otro grupo de la oposición, a su vez, está llamado a no participar como un mecanismo para deslegitimar el proceso electoral.
Dice que esta elección es diferente. Desde su percepción ¿Por qué está desmotivado el elector opositor?
Lo primero es que estamos yendo a un proceso electoral donde la oposición no tiene claridad en su estrategia, pero además hay desconfianza en el árbitro electoral después de las denuncias de fraude en las elecciones del 28 de julio.
También hay desconfianza en los dirigentes y partidos opositores porque después de tanto tiempo el elector sigue sin ver satisfechos sus anhelos.
¿Y cuáles son estos anhelos?
Los venezolanos tienen anhelos de cambio, de transición política, anhelos de tener un país diferente con mejores indicadores de vida. Pero los procesos de transición política que se han observado en la historia reciente coinciden en liderazgo claro y unidad de las fuerzas. Y eso no es lo que se ve ahora en Venezuela. La oposición viene arrastrando tropiezos, errores que se traducen en que el chavismo siga siendo Gobierno y salga siempre fortalecidos de las crisis.
¿Cuál es el papel del voto en situaciones como las de Venezuela?
El voto es el fusil que tienen los demócratas, el voto es la herramienta más importante que tenemos los ciudadanos para, en un momento dado, premiar o castigar un gobierno. Es la herramienta para producir un proceso de cambio.
¿Entonces el voto puede producir una transición política en Venezuela?
Sí, pero los procesos de transición a través de elecciones requieren ciertas condiciones, ciertas certezas, y nosotros tenemos una larga experiencia de haber ido a procesos electorales sin garantías mínimas.
Por supuesto, los resultados han sido catastróficos. Por ejemplo, hoy día por no tener independencia de los poderes públicos y por el papel opaco del CNE el 28 de julio Maduro es presidente sin haber mostrado las actas que certifican su triunfo.
¿Cuáles son estas garantías mínimas a las que usted hace referencia?
Lo primero es depurar el registro electoral, no puede haber dudas de quienes son los votantes. Después, es importante que se permita la participación de la diáspora, de nuestros venezolanos en el exterior. Además, debe cumplirse el cronograma electoral y el horario de la jornada electoral. No se pueden ofrecer prórrogas.
Pero lo más importante es que se cumpla con las auditorías antes, durante y después de las elecciones, algo que no se hizo en las presidenciales del 28 de julio.
¿Cree que los venezolanos finalmente no acudan a votar?
Todo depende de cómo se desarrollen las cosas, de lo que ocurra en las próximas semanas. Los próximos dos meses van a ser fundamentales porque se pudiera despertar una participación masiva de la población venezolana en la medida que se ofrezcan ciertas condiciones, ciertas garantías de la elección como las que ya mencionamos.
Pero nosotros tenemos sobre nuestras cabezas la sombra cercana de la elección del 28 de de julio, es decir, tuvimos una población que masivamente participó y que cree que ocurrió un fraude.
Tenemos alrededor de tres meses y no sabemos qué ocurrirá, y no me refiero solo al contexto interno, sino al contexto internacional.
¿Qué significan estas elecciones para la oposición como bloque?
Son una prueba de fuego para la oposición en el entendido de que los líderes deben tomar una decisión unitaria de ir a votar o asumir la abstención masivamente como un mecanismo de protesta para deslegitimar a la elección.
El voto siempre requiere movilización y tener expectativas, pero la oposición sigue dividida en torno a votar o abstenerse. Por eso el Gobierno precipita la elección, porque sabe que la oposición está dividida.
¿Y eso no ocurre del lado del Gobierno?
Allí también hay mucha molestia e incomodidad, pero ahora que son minoría logran movilizar mejor a sus simpatizantes.
Si las elecciones fueran mañana ¿Usted iría a votar?
Yo nunca, más allá de mi formación de politólogo, he dejado de votar. Ni en las condiciones más asimétricas, ni con falta de garantías. Pero he visto que esa no es la condición de la mayoría de los venezolanos.
Y esto tiene que ver con la salud de los partidos, hoy las agendas de los partidos, viejos y nuevos, están lejos de lo que quiere el ciudadano.
¿La oposición se abstiene de forma masiva el 25 de mayo?
Sería catastrófico que el chavismo cope todos los espacios, porque el renacer de Venezuela va a pasar, necesariamente, por una recuperación de los espacios locales como alcaldías y gobernaciones. Es fundamental el papel que tienen los espacios locales en un sistema federal como el definido en la Constitución de Venezuela.
Tomado de CU.