Redacción (ALN).- El Titanic se hundió hace más de 100 años, pero su leyenda se vuelve cada día más valiosa. Así lo demuestra una campaña que varios museos británicos lanzaron en su oportunidad para recaudar dinero con el objetivo de comprar la colección de 5.500 objetos recuperados del transatlántico, que se hundió el 14 de abril 1912.
Cabe recordar, que El Titanic, conocido como el “insumergible,” se hundió en su viaje inaugural tras chocar con un iceberg, dejando una huella imborrable en la historia marítima.
Desde entonces, los restos del Titanic han sido objeto de exploraciones y descubrimientos fascinantes, pero pocos hallazgos han capturado tanto la imaginación de los compradores.
¿Qué contiene la colección?
Entre los 5.500 objetos que conforman la colección están las pertenencias de los pasajeros que murieron en el accidente. Desde anillos, collares, pendientes, relojes, broches, corbatas, cinturones, medallas, zapatos, peines, espejos y anteojos, hasta botellas de vino.
Estos hallazgos representan un pedazo de historia, así como los objetos más valiosos asociados con el trágico naufragio de 1912.
Uno de esos objetos que fue subastado recientemente por la asombrosa suma de 1.4 millones de dólares, ha sido una botella de vino.
La venta de esta botella no solo refleja su rareza, sino también el profundo interés y la fascinación continua que despierta el Titanic.
Esta botella, que ha permanecido bajo el agua durante más de un siglo, fue recuperada por un equipo de exploradores que han dedicado años a investigar el sitio del naufragio.
La subasta, que atrajo a coleccionistas de todo el mundo, subraya el valor histórico y emocional de los objetos asociados con el Titanic.
El vino dentro de la botella ha sido objeto de especulación. A pesar de su antigüedad, la botella se encuentra en condiciones sorprendentemente buenas, gracias a la temperatura fría y constante del fondo del océano.
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Sin embargo, nadie puede decir con certeza a qué sabe el vino, ya que abrir la botella podría comprometer su integridad y valor.
El comprador anónimo de la botella ha decidido conservarla como una pieza de exhibición, respetando su importancia histórica. Este gesto asegura que la botella permanezca intacta y continúe siendo un símbolo del lujo y la tragedia que rodearon al Titanic.
En conclusión, la botella de vino subastada por 1.4 millones de dólares es más que un simple objeto; es un testimonio de la fascinación y el respeto que el Titanic sigue inspirando en todo el mundo.
Este hallazgo, rescatado de las profundidades del océano, nos permite vislumbrar un pasado lejano y mantener viva la memoria de aquellos que viajaron a bordo del insumergible Titanic.
Con información de Sabelo