(EFE).- El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, favorito para las elecciones de octubre próximo, dijo este miércoles que si llega otra vez al poder apostará por «jóvenes» y descartó alguna participación de la exmandataria Dilma Rousseff.
Lula todavía no ha confirmado que será nuevamente candidato a la Presidencia, aunque se da como un hecho, y lidera todos los sondeos desde hace meses, con una intención de voto en torno al 45 %, frente al máximo del 30 % que se le atribuye al actual gobernante y líder de la ultraderecha, Jair Bolsonaro.
En una entrevista con la radio CBN, Lula fue consultado sobre el papel que en su eventual Gobierno tendría Rousseff, a quien él mismo impuso como su sucesora en 2010, ganó las elecciones de ese año y fue reelegida en 2014, pero acabó destituida por irregularidades fiscales en 2016.
«El tiempo pasó, hay mucha gente nueva y yo pretendo montar mi Gobierno con mucha gente joven, mucha gente importante y también con experiencia», declaró Lula, de 76 años, sobre su antigua pupila en la política, que hoy tiene 74.
Lula, quien gobernó en dos períodos consecutivos entre 2003 y 2011, declaró que tiene el «más profundo respeto» y «cariño» por Rousseff, a quien consideró «una persona de una competencia extraordinaria».
Sin embargo, agregó que, en su opinión, Rousseff «se equivoca en la política» y carece de la «paciencia» necesaria para escuchar a quienes no coinciden con su pensamiento.
«Soy de aquellos políticos que, si un tipo cuenta un chiste que ya conozco, no le voy a decir que lo sé», le «pediré que lo cuente otra vez y, si fuera necesario, me voy a reír», dijo en una abierta confesión de su absoluto pragmatismo, que Rousseff nunca demostró en su vida pública.
Lula insistió en que sólo será candidato a la Presidencia si así lo decide en las próximas semanas el Partido de los Trabajadores (PT), que a su vez sostiene que no lo tendrá como abanderado si él mismo se niega.
Aún así, volvió a reconocer que su compañero de fórmula para las elecciones puede ser el exgobernador de Sao Paulo Geraldo Alckmin, quien acaba de desvincularse del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), un histórico adversario del PT.
Según Lula, eso dependerá de que Alckmin, un liberal que le puede aproximar a los mercados y contener la desconfianza que genera en el empresariado, se afilie a un partido del espectro progresista.
También agregó, en aparente referencia al resquemor que genera Alckmin en su propio partido y en la izquierda en general, que su deseo es que «el PT comprenda la necesidad de hacer alianzas» para enfrentar a la ultraderecha que encabeza Bolsonaro.