Leticia Núñez (ALN).- Las elecciones presidenciales de Brasil dejaron varios derrotados. Lula da Silva, Dilma Rousseff y el Partido de los Trabajadores quedan muy golpeados. También el Partido de la Social Democracia Brasileña, que por primera vez desde 1994 no estará en la segunda vuelta. Y, por extensión, todo el sistema de partidos brasileño, que precisamente se sostenía en esas dos fuerzas. “Ha sido un terremoto a escala nacional”, dice un experto a ALnavío.
Adiós al mapa político de las últimas décadas en Brasil. Las dos formaciones tradicionales, el Partido de los Trabajadores (PT)y el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), perdieron espacio y puestos estratégicos tras las elecciones presidenciales celebradas este domingo. A ambos se les escaparon importantes reductos electorales. El contundente triunfo del ultraderechista Jair Bolsonaro en la primera vuelta, con 46% de apoyo (más de 49 millones de votos), dibuja un nuevo escenario.
“Ha sido un terremoto a escala nacional, que ha dejado muchos derrotados”, advierte de primeras Rogelio Núñez, investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), en declaraciones a ALnavío. Por su parte, Juan Vicente Bachiller, profesor de Políticas Públicas en la Universidad Federal Fluminense, habla del “derretimiento de la centro-derecha”.
Golpe a Lula, Rousseff y el PT
Vayamos por partes. El Partido de los Trabajadores registró este domingo su peor resultado desde 1998 en unas elecciones presidenciales. Entonces, un desconocido Luiz Inácio Lula da Silva obtuvo 31% de los votos. En esta ocasión, el partido liderado por Fernando Haddad logró 29% de los sufragios (31,2 millones de votos), muy lejos de la mejor cifra conseguida por el PT: 48,6% en 2006, también con Lula como candidato, según datos de Folha de Sao Paulo.
Haddad sólo se impuso en nueve de los 29 estados brasileños, mientras que Bolsonaro venció en 17
Haddad sólo se impuso en nueve de los 29 estados brasileños, mientras que Bolsonaro venció en 17. Es también la cifra más baja del PT desde hace muchos años. En el 2002, el candidato del Partido de los Trabajadores ganó en 23 estados, lo hizo en 16 en 2006, en 18 en 2010 y en 15 en 2014.
Es también una derrota para el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien no consiguió traspasar los votos que le adjudicaban las encuestas a Haddad, un desconocido para muchos brasileños. No fue sino hasta el pasado 11 de septiembre cuando Lula nombró a Haddad como sustituto. El límite era el día 12. Estiró al máximo el suspense y eso le ha pasado factura.
Otra de las grandes derrotadas es la expresidenta Dilma Rousseff, quien no consiguió escaño en el Senado por el estado de Minas Gerais. Quedó en cuarto lugar con 15,06% de los votos. Los dos escaños otorgados por ese estado serán para Rodrigo Pacheco (Demócratas) con 20,6% y para Carlos Viana, del Partido Humanista de la Solidaridad, con 20,2% (Ver más: Toda la familia Bolsonaro triunfó en las elecciones).
“La del PT es una derrota fortísima. El partido queda muy golpeado. Tiene un problema estructural, que es la enorme dependencia de Lula”, explica Núñez. En su opinión, “el PT ha quedado como una rémora, sin capacidad de autonomía para encarar una nueva etapa, que es lo que le hace falta”.
Según Núñez, ahora hay que ver si el PT “es capaz de alejarse de la influencia de Lula y puede continuar como un referente en la política brasileña”.
En lo que respecta a la elección de gobernadores, el PT ganó en Bahía, Ceará y Piauí. Pero por primera vez en 20 años, perdió la gobernación en el estado de Acre, uno de sus más antiguos reductos electorales.
De todas formas, no será sino hasta la segunda vuelta -el próximo 28 de octubre- cuando se decidan los gobiernos de 13 estados. No obstante, no habrá candidato del PT en los estados de Río de Janeiro ni de Sao Paulo.
Otro cambio en el mapa político lo protagoniza el Movimiento Democrático Brasileño (MBD), del presidente Michel Temer. Se queda con una sola gobernación frente a las siete que consiguió en 2014.
“El PSDB no va a subsistir”
En el caso del PSDB, su líder, Geraldo Alckmin, apenas obtuvo 4,8% de apoyo, unos cinco millones de votos. La Social Democracia se diluye como azúcar. Precisamente en 1998 consiguió su mejor resultado con Fernando Henrique Cardoso, reelegido en primera vuelta con 53,1% de los votos. En Sao Paulo, por ejemplo, logró 1,7 millones de votos más que Lula, según datos de Folha de Sao Paulo.
De ahí “el derretimiento de la centro-derecha” del que habla el profesor Bachiller. En las elecciones de 2002, el PSDB obtuvo 23,2% de los votos; en 2006, 41,6%; en 2010, 32,6%; y en 2014, 33,5%.
A nivel regional, el resultado fue aún peor. El PSDB no consiguió ningún gobierno regional en primera vuelta tras haber logrado cinco en 2014.
Núñez considera que “el PSDB no va a subsistir. Es la primera vez desde 1994 que no va a estar en la segunda vuelta. No llegó ni al 5% de los votos. Es un desastre absoluto”. Asimismo, señala que Alckmin “no ha sido capaz de atraer el voto anti-PT, pese a que hoy el antipetismo es el sentimiento más fuerte que hay en Brasil”.
El PSDB no consiguió ningún gobierno regional en primera vuelta tras haber logrado cinco en 2014
Es decir, muchos brasileños votaron a Bolsonaro sólo por evitar el regreso al poder del PT. “Es un catalizador del odio en una sociedad que está muy afectada por la violencia”, subraya Bachiller en declaraciones a Televisión Española (TVE).
Este es un elemento que complica las opciones de Haddad de cara a la segunda vuelta. “Quien ha votado por Bolsonaro es anti-Lula y anti-PT. Entonces, ¿cómo se consigue que ahora ese electorado anti-PT vote al PT en segunda vuelta? Es difícil”, reconoce Núñez, aunque no da por imposible un triunfo de Haddad. Recuerda que en 2016 Pedro Pablo Kuczynski se impuso a Keiko Fujimori en el balotaje en Perú pese a que en la primera vuelta ella ganó con 18 puntos de diferencia.
Con todos estos elementos, Núñez tiene claro que no sólo Lula, Rousseff, el PT y el PSDB salieron derrotados este domingo. “También el sistema de partidos brasileño, que se sostenía precisamente en esas dos fuerzas”.
Fragmentación política
Un último elemento del nuevo mapa político es la fragmentación política que habrá tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados, donde el PT mantiene la mayoría con 56 diputados frente a 52 del Partido Social Liberal de Bolsonaro. Cabe recordar que este partido ultraderechista sólo obtuvo un representante en las elecciones de 2014.
Los mayores descensos en la Cámara de Diputados, sin embargo, los han sufrido el Movimiento Democrático Brasileño (MDB)y el PSDB, que han pasado de ser la segunda y la cuarta fuerza, respectivamente, a una zona media con 34 y 29 escaños, respectivamente.
En el Senado, el PSDB -por ahora- cae de 12 a ocho representantes y el PT de nueve a seis. El partido de Bolsonaro consiguió cuatro.
La Bolsa recibe con júbilo la victoria de Bolsonaro
Mientras se reconfigura el mapa político brasileño, el índice de Sao Paulo se disparó 6% en los primeros minutos. Los mercados reciben con optimismo el triunfo en primera vuelta de un Bolsonaro que ha propuesto la privatización de empresas públicas y un fuerte recorte del gasto público (Ver más: Quién es el banquero al que el ultraderechista Bolsonaro nombrará superministro).