Antonio José Chinchetru (ALN).- Francisco Muñoz es uno de los taxistas españoles que están en contra de la huelga contra Uber y Cabify. Es, además, uno de los pocos que se atreven a decirlo en voz alta y a denunciar algunas prácticas de los piquetes y las patrullas ‘parapoliciales’ creadas para impedir su trabajo. Expone su testimonio y argumentos en conversación con ALnavío.
No todos los taxistas españoles están de acuerdo con la huelga que protagoniza el sector exigiendo al Gobierno medidas contra Uber y Cabify. Francisco Muñoz es un profesional de Madrid que tiene su vehículo aparcado para evitar problemas con los compañeros. En conversación con ALnavío denuncia los episodios que tuvo que vivir este sábado cuando intentó trabajar con normalidad, lo que incluyó la acción de patrullas ‘parapoliciales’. Considera además que los actos de violencia que se han producido perjudican al conjunto de quienes se dedican a esta actividad.
“El sábado intenté trabajar y me tuve que volver a casa. La tensión en el ambiente era insoportable. En cada esquina había alguien chillándome insultos”, relata Muñoz a este diario. “La situación que estás viendo cuando intentas trabajar no te permite ni tan siquiera dar a tus clientes el trato que se merecen, porque vas muy mal”, añade. Dice que no llegó a sufrir un ataque violento, pero sí padeció otro tipo de episodios.
Patrullas ‘parapoliciales’ de taxistas
“Una cosa que han hecho los huelguistas es organizarse en patrullas, porque se abrogan un poder parapolicial para imponer lo que quieren. Como la Policía Nacional y la Policía Municipal se cruzan de brazos, ellos hacen de parapolicías. A mí me pararon varias veces en el rato que intenté trabajar el sábado”, comenta Muñoz.
Francisco Muñoz: “Una cosa que han hecho los huelguistas es organizarse en patrullas, porque se abrogan un poder parapolicial para imponer lo que quieren”
Relata un episodio vivido en el aeropuerto que le puede costar hasta 2.000 euros. Transportó a una familia china a la Terminal 4 (T4) de Barajas. “Como sabía lo que me iba a encontrar, les propuse que me pagaran justo antes de entrar y así ya entraba yo apagado. Estuvieron de acuerdo y lo hicimos”, explica el taxista a ALnavío. Cuando entró en la T4 le detuvo un miembro de los piquetes apostados en el lugar. Acto seguido, “llamó a un policía municipal para hacerle ver que voy con los clientes y que he entrado con la capilla apagada. Me enfrento posiblemente a una multa de 1.500 o 2.000 euros. Intentaré recurrirla, pero no sé qué pasará”.
Francisco Muñoz cuenta que intentó razonar con el policía. “Le dije que le entendía pero que yo iba en circunstancias extremas y que lo que pretendía era no llamar la atención y cumplir con mi deber. Ni más ni menos. Cuando me dijo que él no sabía si yo les había cobrado o no a los clientes, le enseñé la tarjeta con la hora y el cobro de 24 euros. Le demostré que era honesto, pero no cedió. Y, mientras tanto, estaban los policías nacionales de brazos cruzados, sin evitar que se me acercaran los otros taxistas”.
Este profesional del taxi de Madrid dice que “hay otros compañeros que han vivido episodios similares, pero callan. Estoy viendo en Twitter que hay alguno que está en contra de las protestas, pero lo dice de manera muy moderada”.
Añade que no todo el mundo “es descerebrado como ‘Peseto Loco’, gente como esa no me puede representar”. ‘Peseto Loco’ es un taxista conocido en Twitter por la virulencia de los mensajes que publica. Muñoz añade que se trata de un personaje de extrema derecha, “que ha tonteado con Hogar Social Madrid”, un conocido grupo ultra de la capital de España.
La guerra de los taxistas contra Uber y Cabify afecta uno de los pilares de la economía española
Afecta de forma directa al turismo, que aporta 12% del PIB.
Muñoz se muestra muy enfadado con los ataques a vehículos de Uber y Cabify, en ocasiones con conductores y clientes dentro, protagonizados por los sectores más radicales de los huelguistas. Defiende que los autores tienen que ser perseguidos por la Justicia y castigados. “Son delincuentes y como tales tienen que ser tratados”, afirma. Añade que a esto se suma que “están predisponiendo al público y dando la cara más salvaje de los taxistas”.
“Es brutalmente contraproducente. Mucha gente se plantea ‘qué tipo de salvajes son estos’ y se pierde la imagen de seguridad que transmitía el taxi y que los clientes valoraban”, asegura. “Es verdad que es una minoría, pero la imagen que dan es la peor de las posibles. Las asociaciones de taxis tendrían que condenar de forma más firme estos actos. Es verdad que son condenas políticas, pero hay que hacerlas”, agrega.
“Son posturas autoritarias”
No sólo critica los actos violentos, que le parecen lo más grave. También que los huelguistas estén cortando y paralizando la circulación en algunas de las vías más importantes de ciudades como Madrid y Barcelona. Sostiene que “es una coacción a terceros que no tienen nada que ver con el conflicto”.
“Si estás en desacuerdo con una legislación que crees que te molesta, o que consideras que conculca algún tipo de derechos que creías que te eran propios, vete y rodea la Consejería, la Asamblea de Madrid y haz cosas más directas frente al que está impidiendo el desarrollo de esa concesión tal como te la vendieron. Sería discutible, pero al menos vas directamente contra el que ha hecho las cosas mal”, afirma.
“Lo que resulta intolerable es que conculques los derechos de cientos de miles de ciudadanos, les tengas como rehenes y tomes las calles como si fueran tuyas”
Muñoz tiene claro que “lo que resulta intolerable es que conculques los derechos de cientos de miles de ciudadanos, les tengas como rehenes y tomes las calles como si fueran tuyas. Son posturas autoritarias, anacrónicas, fascistas y todos los istas que quieras”.
Destacó que en buena medida lo que está pasando se debe a “una mezcla de personajes de extrema derecha y ultraizquierda”. Se refirió en concreto al papel de la organización Élite Taxi, una de las más activas y que en muchas de sus actividades resulta similar a los grupos ultra del fútbol. “Son una banda de macarras, es un batiburrillo donde tienes a fascistas mezclados con Podemos”, afirma Muñoz.
Atribuye a un miembro de la citada organización que las protestas se extendieran de la capital catalana a otros puntos del país. Según su relato, “en la T4 del Aeropuerto de Barajas, a las 3 de la tarde con las cabezas calientes, se le ocurrió a uno de Élite ‘vamos a sumarnos a la movida de Barcelona’. Se le ocurrió a uno, soliviantó a mil y ya ha fastidiado a toda España. Ahí empezó todo el viernes”.
Francisco Muñoz también destaca el papel que, desde su punto de vista, está jugando el partido de Pablo Iglesias. “Los de Podemos están alimentando todo esto”, afirma. “Pudimos ver a Pablo Echenique (secretario de organización de Podemos) pasando revista a las tropas en Barajas”, dice. Se refiere a la presencia de Echenique en una asamblea de taxistas en el aeropuerto de Madrid.
Las críticas se extienden a otras organizaciones de taxistas. Recuerda que en mayo del año pasado el presidente de la Asociación Nacional del Taxi, Julio Sanz, participó en un acto con Pablo Iglesias. Entonces, alguien le tiró un huevo y, según el relato de Muñoz, Sanz dijo “no os merecéis nada” y continuó como si nada hubiera pasado. “Ese ‘no os merecéis nada’ demuestra el carácter mesiánico de muchos dirigentes de las asociaciones. Se ven a sí mismos como intermediarios entre nosotros y los políticos y como unos personajes que deciden qué merecemos y qué no”.
Necesidad de adaptarse
Muñoz dice que “los taxistas han hecho muy poco para adaptarse, somos muy pocos los que tratamos de innovar. Por más que discuto con mis compañeros, quieren seguir anclados como cuando mi padre empezó en los años 60 con el monedero y Juanito Valderrama (intérprete de flamenco y copla muy popular en el franquismo) en la radio”.
En su opinión, “la mejor forma de enfrentarnos a Uber y Cabify es dar un servicio diferenciado. Las tarifas que usan Uber y Cabify se basan en las del taxi, para hacer descuentos o incrementarlos en función de la demanda. Nuestros precios, aunque regulados, se adaptan más o menos al mercado”.
Muñoz defiende el uso de aplicaciones móviles para ofrecer el servicio. Él está afiliado a la alemana MyTaxi, muy popular en Madrid. “En MyTaxi el cliente cataloga al taxista y al coche. Puntúa. Eso te obliga a ofrecer un trato diferenciado y un coche siempre limpio. Y eso los clientes lo saben”, explica. Calcula que más de 70% de su trabajo procede de esa aplicación, que además ofrece al usuario la posibilidad de elegir un taxista favorito si se encuentra cerca del lugar de recogida. “Muchos clientes me han dicho que cuando viajan fuera de España utilizan Uber y que cuando están en Madrid usan MyTaxi. Es porque funcionaba bien”, sentencia.
Describe cómo ha hecho con su vehículo para lograr diferenciarse y que los usuarios de MyTaxi siempre le valoren de forma positiva: “En mi taxi se va con lunas tintadas, por lo que no se ve a los clientes desde fuera; la temperatura es distinta detrás y delante del coche, ofrezco cables de todos los tipos para los teléfonos y el cliente elige la música que quiere, para lo que tengo Spotify”.
“La mejor forma de enfrentarnos a Uber y Cabify es dar un servicio diferenciado”
Muñoz habla además de uno de sus compañeros, al que se refiere tan sólo con su nombre de pila: “El mejor taxista de Madrid, Eduardo, ofrece a sus clientes una tablet configurada con íconos rápidos para leer el Financial Times, ver cómo van los vuelos de los aviones y los horarios de tren, así como para poner en Spotify lo que quieras. Eso no te lo ofrece ni un Uber ni un Cabify. El taxi de Eduardo es realmente único”.
“No hay que regular más el VTC, hay que desregular el taxi. O me haces funcionario, me pones el coche, un sueldo fijo y a las 3 le digo al cliente que ya no hago más servicios porque me voy a casa, o déjame en paz y no me regules tanto”, reclama a la administración.