Carlos Moreno (ALN).- Giuseppe Arlacchi, el europarlamentario italiano que Maduro armó de poder diplomático, causa revuelo puertas adentro de las delegaciones diplomáticas por el alto grado de confianza y libertad que se le ha dado. Fuentes de la Cancillería de Nicolás Maduro en Caracas, confirman al diario ALnavío que Arlacchi asiste de dos a tres veces por semana a la embajada de Roma, donde ya tiene instalada una oficina.
Giuseppe Arlacchi es el europarlamentario italiano al que Nicolás Maduro dotó de mucho poder como diplomático en Europa para conseguir que use su influencia y frene el torrente de sanciones que emitiría pronto la Unión Europea, apoyándose en el gobierno de Italia.
Y también como muro de contención a la muy probable activación de una Comisión de Investigación desde el Consejo de Derechos Humanos de la ONU luego de presentado el Informe Bachelet.
Según el canciller Jorge Arreaza, su nombramiento “no comprometerá ningún patrimonio de la República” por sus servicios como asesor. Así quedó publicado en la Gaceta Oficial 446.751 del 20 de junio pasado. Arlacchi es un asesor ad hoc. Lo dice el Ministerio de Relaciones Exteriores en el documento de designación.
Aún se desconoce la cifra exacta que cobrará Giuseppe Arlacchi por su misión de lavarle la cara al régimen en la UE y la ONU. Su fichaje es muy importante para el régimen de Maduro, que parece haber dejado de confiar en sus propios funcionarios para llevar adelante una campaña diplomática como la que puede diseñar Arlacchi.
Pero fuentes de la Cancillería de Maduro en Caracas consultadas por el diario ALnavío aseguran lo contrario y afirman que sí cobrará. Si existe una cifra aún no está confirmada.
Lo que sí es un hecho es que Arlacchi designó a un asistente que cobrará un sueldo de 10.000 euros al mes. Y ya opera desde una oficina que le acondicionaron en la embajada de Venezuela en Roma.
“Asiste de dos a tres veces por semana, apenas llega alguien sale corriendo a encender el aire acondicionado para que se instale a hacer llamadas y a reunirse con algún encargado de la embajada, especialmente con María Elena Uzzo, consejera”, dice al diario ALnavío una fuente de la Cancillería de Maduro en Caracas.
Y la misma fuente asegura que este hombre, que ha sido tildado por el personal diplomático como “supercanciller” de Maduro en Europa, causa polémica.
Los ingresos de su asistente contrastan con la situación que viven empleados locales y personal diplomático de las embajadas y consulados de Maduro en Europa y otros países, que suman varios meses sin recibir pagas por su trabajo.
Vale destacar la historia de Carlos Eduardo García García, encargado de negocios de la embajada de Maduro en el Vaticano, quien debió recurrir a la Orden de Malta, una organización religiosa dedicada a la asistencia médica, para pedir ayuda humanitaria y poder atender el parto de su esposa puesto que no tenía dinero como sufragar los gastos. El régimen no le ha pagado su sueldo y no tienen cómo vivir.
Giuseppe Arlacchi, exvicesecretario de Naciones Unidas, es como una “fuerza mercenaria” dice la fuente de Cancillería al diario ALnavío. “Cobra por su misión. Es una legión extranjera”.
Y Maduro lo ha tomado en serio porque un nombramiento de este tipo, en el que da riendas a un ciudadano de Italia para gestionar la diplomacia ante la Unión Europea y la ONU, quiere decir mucho, y ese mucho es que Maduro no confía en su gente para negociar a esos niveles. Puede que ni del mismo Jorge Arreaza, quien nombró a Arlacchi por orden de Maduro.
Pero la designación es un golpe bajo para la estructura diplomática del chavismo que se mantiene activa.
¿Por qué?
1. Hay oscuridad en cuanto a sus ingresos.
2. Lo que cobra su asistente es una afrenta hacia el personal de la diplomacia chavista.
3. Se entrega la confianza de una misión a un personaje extranjero que tal vez pueda realizar un funcionario venezolano.
Arlacchi tiene el poder de manejar negociaciones y en su misión está ser un lobista fundamental para la supervivencia del régimen. Por eso Arreaza ha dejado claro, en tres de los puntos definidos de la designación, el alcance de las funciones.
Arlacchi “promoverá el acercamiento del Estado venezolano con los países de la comunidad internacional, organismos multilaterales y foros especializados en la defensa de la posición soberana frente a los ataques políticos, económicos y sociales”.
Además, según el nombramiento firmado por Arreaza, “contribuirá a la reflexión de los organismos multilaterales, misiones diplomáticas, foros internacionales y medios de comunicación en cuanto a la complejidad de la situación que afecta a la República”.
El “supercanciller” también “promoverá la defensa y el respeto y la confianza de la República Bolivariana de Venezuela ante la comunidad internacional mediante el esclarecimiento y explicación objetiva, amplia y detallada de la situación venezolana, sus verdaderas causas y consecuencias”.
Giuseppe Arlacchi tiene mucha experiencia en foros internacionales, en la UE y por supuesto, en la ONU, un espacio donde puede ser clave para una misión en particular, detener la conformación de una Comisión de Investigación contra Maduro desde el Consejo de Derechos Humanos.
Para Nicolás Maduro este frente es neurálgico. El Informe Bachelet le hizo mucho daño de cara a la comunidad internacional, y quiere que Arlacchi le baje intensidad a la tormenta.
Maduro busca lavar su imagen y nombra un “supercanciller” en Roma
De salir adelante esa comisión, una petición que han hecho formalmente y por la que vienen trabajando ONGs como: Amnistía Internacional, Cofavic, Espacio Público, Global Centre Of Responsability to Protect, Human Rights Watch, Provea, Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello, Civilis Derechos Humanos, Comisión Internacional de Juristas y Cepaz, y delegados políticos como María Alejandra Aristiguieta, embajadora de Juan Guaidó en Suiza, y Lilian Tintori, esposa del líder opositor Leopoldo López, representaría un gran riesgo para Nicolás Maduro.
“Esto podría imprimir velocidad a un dictamen desde la Corte Penal Internacional (CPI) que lleve a detener a Maduro”, había adelantado al diario ALnavío hace una semana una de las fuentes de la Cancillería.
Ese sería el motivo principal de que Maduro no quiera asistir a la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
Arlacchi ya se había acercado a Nicolás Maduro en abril de este año. Sostuvo encuentros con la vicepresidenta Delcy Rodríguez para expresarle apoyo y para exponer sus tesis sobre los apagones en Venezuela.
El ahora diplomático del régimen decía en ese entonces que Venezuela era atacada cibernéticamente con un plan llamado Nitro Zeus, el mismo que empleaban desde Estados Unidos para atacar a Irán y paralizar toda su red eléctrica, las telecomunicaciones y las defensas aéreas de ese país.