Patricia J. Garcinuño (ALN).- Según las encuestas llevadas a cabo por el economista cubano Carmelo Mesa-Lago, el 80% de quienes no trabajan para el Gobierno en la isla está satisfecho con lo que hace. El 93% obtiene ganancias después de pagar impuestos.
Una amplia mayoría de los trabajadores del sector no estatal de Cuba se muestra optimista y satisfecha tanto con el dinero que gana como con lo que hace. Así lo relata el libro Voces de Cambio en Cuba (Iberoamericana), escrito por el economista cubano Carmelo Mesa-Lago y presentado en la Casa América de Madrid.
Tomando como base 80 entrevistas abiertas, Mesa-Lago dibuja la realidad de un colectivo de trabajadores que incluye varias figuras: autónomos, usufructuarios -campesinos a los que el Estado les da una parcela de tierra por un contrato de 10 años-, miembros de nuevas cooperativas, especialmente del sector servicios; y compradores y vendedores de viviendas privadas, una actividad prohibida hasta 2011. “Nos gustaría decir que es sector privado, pero en realidad no lo es. Siguen dependiendo en cierto modo del Estado”, afirmó el economista. Todos ellos representan aproximadamente un tercio de la población de la isla. Es decir, más de un millón de personas.
El 92% de los entrevistados dijo que le gustaría ampliar su negocio e instalarse en otras ciudades
El perfil del cubano que se dedica a este sector, según el economista, es el de un hombre de en torno a 41 años, de raza blanca y con buen nivel educativo, ya sea universitario o preuniversitario.
Al preguntar a estos emprendedores si estaban satisfechos con lo que hacían y con la remuneración que recibían, el 80% respondió con una puntuación de entre ocho y 10 (en una escala del uno al 10). Tan solo un 5% respondió otorgando un tres, un dos o uno. “Para nosotros fue una sorpresa, porque pensamos que la mayoría nos iba a decir que tenían problemas”, confesó Mesa-Lago. “Algunos nos dijeron, aunque no la mayoría, que estaban contentos con lo que hacían, pero no con lo que ganaban”, añadió.
De estas entrevistas también se extrajo que el 93% tiene ganancias después de pagar impuestos. De ese porcentaje, dos tercios optan por reinvertir todos los beneficios o combinar la inversión con el consumo. Solo un tercio dijo que lo dedicaría exclusivamente a gastos propios. “Hay, por lo tanto, una expectativa de crecimiento de negocio”, apuntó Mesa-Lago. Esta impresión se confirmó con las respuestas sobre el futuro de sus negocios: un 92% apuntó que quería expandirlo e instalarse en otras ciudades de la isla.
Cuando se preguntó por el personal que había contratado cada uno de estos ‘emprendedores’, como el propio economista los calificó, el 57% respondió que tenía entre uno y cinco empleados, lo que corresponde al perfil de una empresa pequeña.
El 57% de los ‘emprendedores’ cubanos tiene entre uno y cinco empleados
Asimismo, en torno a un 98% de los encuestados aseguró que paga impuestos. Principalmente, estos trabajadores deben hacerse cargo del tributo sobre la venta, el impuesto para pagar las pensiones y la Seguridad Social, y otro sobre el ingreso, además de un tipo de tasa que, en opinión del economista, “es un tanto estúpida”: un gravamen por contratar personal. “Cuantos más empleados contrates más impuestos pagas, lo cual es absurdo porque al Estado le interesa que haya más empleados en este sector. Están penalizando a quien les ayuda a erradicar un problema que tienen”.
Mesa-Lago aclaró que este retrato del trabajo alternativo en Cuba no pretendía ser un estudio científico porque eso sería prácticamente imposible. “Para ello habría que pedir permiso a las autoridades cubanas. Yo tengo colegas que consiguieron hacerlo, pero con un secuestro de la publicación de 10 años, y cuando salen los resultados ya son fiambre, ya son viejos. Así que simplemente decidimos hacer las entrevistas con absoluta libertad para los entrevistados”, concluyó.