Redacción (ALN).- La Asociación Internacional del Transporte Aéreo prevé un beneficio de 700 millones de dólares para la industria aérea latinoamericana en 2017 y de 900 millones el próximo año. Asegura que la región mira a 2018 con optimismo por “la recuperación de la economía brasileña y un crecimiento razonable en México”.
La industria aérea de América Latina obtendrá el próximo año un beneficio de 900 millones de dólares (758 millones de euros), lo que representa un aumento de 28,6% frente a los 700 millones de dólares (590 millones de euros) previstos para este ejercicio, según las previsiones presentadas por la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), y recogidas por la agencia EFE.
Ello implica que las aerolíneas retendrán tres dólares (2,5 euros) por pasajero transportado, tal como indicó el vicepresidente regional para las Américas de la IATA, Peter Cerdá. Este monto es, sin embargo, muy inferior al rendimiento de 16 dólares (13,4 euros) por pasajero que obtienen las aerolíneas estadounidenses.
La demanda de pasajeros crecerá un 8% en 2018, superando el crecimiento de 7,5% de 2017 y el 4,5% de 2016.
La región se acerca a 2018 “con el impulso dado por una recuperación moderada en la economía brasileña, un crecimiento razonable en México y un dólar estadounidense más débil durante el año pasado”, señala la IATA.
Cerdá lamenta que algunos gobiernos en América Latina apliquen tasas demasiado elevadas sobre la aviación
El transporte aéreo es vital para América Latina y el Caribe y facilita el crecimiento, ya que genera 167.000 millones de dólares (140.756 millones de euros) en PIB y apoya 5,2 millones de empleos. La IATA prevé que el número de pasajeros se duplique en el año 2034, algo que “sólo ocurrirá si la industria es capaz de crecer sin obstáculos”, advirtió Cerdá.
El vicepresidente regional para las Américas de la IATA se refirió sobre todo a las regulaciones poco trasparentes o “no ortodoxas”, como en Brasil, que aplica una política de combustible que aumenta los costos para las aerolíneas en unos 600 millones de dólares (505 millones de euros) al año, y medidas que castigan a las líneas aéreas por retrasos o cancelaciones incluso cuando no es la culpa de la compañía.
También lamentó que algunos gobiernos en América Latina y el Caribe apliquen tasas y cargos demasiado elevados sobre la aviación que al final implican un aumento de los costos de los billetes de avión y frenan el tráfico internacional.
No obstante, avaló el ejemplo de Cartagena (Colombia), que ha reducido en más de un 50% su tasa aeroportuaria y donde el tráfico aéreo internacional ha aumentado un 38%.