Leticia Núñez (ALN).- El Salvador tiene una economía estable y dolarizada. Para 2018, el Fondo Monetario Internacional prevé que crecerá un 2,3%. Cuenta con una posición estratégica, en el corazón de Centroamérica, y con reformas económicas orientadas al mercado. Sin embargo, el comercio con España aún es modesto. Quieren dar la vuelta a la situación. ¿Sus argumentos? Una mano de obra calificada y laboriosa, estabilidad monetaria y costos competitivos.
La de la baja inversión pública en El Salvador es una historia sin fin. Se mantiene por debajo del promedio regional y sus mejores años se remontan a los ya lejanos 1992, cuando se firmaron los acuerdos de paz, y 1995, cuando alcanzó un 20% del PIB. No le fue mal tampoco en 1998 (17,6% del PIB) tras culminar el proceso de privatización de las telecomunicaciones y la venta de varios bancos que pasaron a manos de extranjeros.
En lo que respecta a inversión extranjera directa (IED), el panorama también presenta altibajos. En 2016, El Salvador apenas recibió el 3,2% de todo el flujo de IED que ingresó a Centroamérica, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Sin embargo, 2017 dejó mejores noticias. En el primer semestre, “las entradas brutas” de inversión extranjera crecieron un 35% y el Gobierno calcula que 2017 se cerró con la cifra más alta de los últimos cinco años, 987 millones de dólares, algo que aún está por confirmarse. Para 2018, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que crecerá un 2,8%.
Con el objetivo de dar continuidad a esa tendencia, el Organismo Promotor de Exportaciones e Inversiones de El Salvador (Proesa) se presentó en Madrid. Buscan inversiones. Que el comercio entre ambos países deje de estar acompañado por el calificativo de modesto. “Podría ser mucho más. Le compramos a España una relación 3 a 1. Cada tres euros que compramos, le vendemos un euro”, señaló el presidente de Proesa, Sigfrido Reyes, en un acto en la Cámara de Comercio.
Hasta noviembre de 2017, según datos de Proesa, el intercambio comercial entre El Salvador y España apenas fue de 130 millones de dólares. En 2016, registró 155 millones de dólares. De ellos, 40,4 millones corresponden a exportaciones del país centroamericano hacia España y los 114 millones restantes a importaciones. “Le vendemos a España lomos de atún, atún en conserva, gasolina de avión… Y le compramos medicamentos, alambrón de cobre, estructuras, aluminio…”, explicó Reyes.
Para dar la vuelta a esta situación, el organismo salvadoreño llegó cargado de argumentos. Que si el corazón más grande del mundo, la raza que siempre lucha por sus ideales, la grandeza de lo inexplorado. Los mejores atardeceres… ¿Y en lo económico? Una idea clave: “Somos la gente más trabajadora de toda América Latina”. Según Reyes, cada año salen al mercado 20.000 profesionales en un país con una población de 6,5 millones de habitantes y otros tres millones en EEUU, Europa y Australia.
“Hay talento humano”, insistió, destacando su laboriosidad, eficiencia y ética de trabajo. Según Reyes, El Salvador “es un país tan grande como nuestra gente. Y aunque no tenemos grandes recursos naturales, aún no hemos explorado petróleo, hay talento humano para las empresas”.
“Estamos en el corazón de Centroamérica, eso significa acceso rápido a mercados como Estados Unidos”
En su opinión, los costos laborales son “bastante competitivos”. De acuerdo con la revista de inversión FDI Intelligence, que publica Financial Times, es el país más efectivo en costos y lo posiciona en el puesto número uno de Centroamérica en los últimos años.
Entre los argumentos ofrecidos por Reyes también se encontró la estabilidad monetaria. El Salvador dolarizó su economía en el año 2001, eliminando, por tanto, el riesgo cambiario. Además, la inflación se mantiene en niveles bajos, cerrando 2017 en el 2%. “Algunos lo atribuyen al dólar, pero Ecuador también tiene el dólar y una inflación que es tres veces la de El Salvador. Esto habla de la disciplina fiscal con la que nuestro país se maneja. Es una estabilidad de precios impresionante”, dijo el presidente de Proesa.
“Posición estratégica”
A todo esto se suma una infraestructura bastante desarrollada, que el Foro Económico Mundial posiciona entre las más competitivas de América Latina y como la mejor de la región centroamericana. Unido a ello se encuentra la ubicación “estratégica” del país. “Estamos en el corazón de Centroamérica, eso significa acceso rápido a mercados como Estados Unidos, con dos horas de vuelo a Miami, también a Bogotá, La Habana y Santo Domingo. Tenemos entre dos y cinco horas casi a cualquier ciudad de Norteamérica, el Caribe y Suramérica”, destacó Reyes. El Salvador comparte la misma zona horaria que la zona central de EEUU.
Tampoco se olvidó el presidente de Proesa de los incentivos fiscales para las empresas que se instalen allí, así como de los múltiples acuerdos comerciales que el país tiene firmados y que dan acceso a más de 1.200 millones de consumidores en 43 países del mundo, incluyendo Chile, Colombia, Cuba y EEUU. En estos momentos, El Salvador trabaja en una unión aduanera con Guatemala y Honduras que debería ser una realidad este año. Además, el próximo mes firmarán un acuerdo Centroamérica-Corea del Sur en Seúl en lo que supone “una entrada importante al mercado asiático”.
La suma de todos estos elementos hace del país “un semillero de grandes oportunidades”, según Proesa. El Salvador está “muy abierto” a inversión extranjera directa, y especialmente española. Les interesa, sobre todo, la participación de las empresas energéticas de España.
Según Reyes, hay “un boom” de energías renovables y ésta sería “una gran oportunidad” para las firmas españolas. Aunque no ofreció más detalles en este apartado, sí dijo que serán el primer país en la región en tener una planta de gas natural licuado.