Daniel Gómez (ALN).- ¿Cómo poner a salvo un bitcoin? Xapo tiene la respuesta: en búnkeres. Esta empresa cuenta con acorazados dispersos por tres continentes en los que protege inversiones de la famosa moneda. Inversiones que equivalen a 10.000 millones de dólares. La iniciativa, insólita en todos los sentidos, es del empresario argentino que fundó Patagon.com, Wenceslao Casares.
Una web de negocios en tiempo real, con información financiera actualizada, un sistema de compraventa de acciones y, también, productos bancarios, como hipotecas, seguros y fondos de inversión.
Aunque cueste creerlo, la idea surgió hace más de 20 años, cuando dos jóvenes argentinos crearon Patagon.com. Era 1997 y Wenceslao Casares y Constancio Larguía invirtieron todos sus ahorros (300.000 dólares) para sacarlo adelante. Una vez montado, buscaron apoyo financiero para seguir desarrollando la idea.
En dos años, Patagon recaudó ocho millones de dólares. Por aquel entonces ya contaba con un cuartel general enMiami y sucursales en Argentina, Brasil, México y Venezuela. Entonces llegó el 2000. Ese año, Casares, máximo responsable de la web, viajó a Madrid, se compró un traje –hasta ese momento no tenía ninguno-, y acudió a las oficinas de Banco Santander.
Contó el periódico argentino Clarín que ese día hizo historia. Con 24 años, un portátil y en 15 minutos convenció a la cúpula de Santander de que por Patagon pasaba el futuro de la banca. Por eso el banco compró el 75% de la web por 538 millones de dólares.
Fue una transacción histórica que finalmente terminó en fracaso al estallar la burbuja de las puntocom. En fracaso para Santander, no para Casares, quien se embolsó 50 millones de dólares por la operación. Además, el tiempo lo ha demostrado: no se equivocaba, Patagon era el futuro de la banca. Hoy toda entidad cuenta con una web como Patagon. Lo que pasa es que en el 2000 todavía no era el momento.
La fortaleza del bitcoin
Casares, de 44 años, nacido en Esquel, Argentina, es un hombre de pocas palabras al que le gusta vestir con zapatillas y camisa. Por eso no tenía traje cuando visitó Madrid. Como empresario, da importancia a lo económico, pero para él la visión es lo fundamental.
Está empeñado en cambiar el mundo. Y lo quiere hacer por medio de las finanzas. Ya anticipó la era de la banca digital, y ahora piensa que el futuro del dinero es virtual. Por eso vive en Silicon Valley, una ciudad de apenas un millón de habitantes, ubicada al norte de California, conocida por ser la meca del emprendimiento mundial. Allí lanzó Xapo.
Xapo nació en 2013 coincidiendo con el auge del bitcoin. Casares, aprovechando la fama de la cotizada moneda, montó un almacén, con todo tipo de medidas de seguridad, para esta nueva forma de inversión. La idea gustó y hoy su empresa almacena 10.000 millones de dólares en bitcoins, según fuentes citadas por la agencia Bloomberg.
En ese reportaje, Bloomberg narra cómo Casares ha pasado los últimos años acercándose a multimillonarios. Persuadiéndoles de que las criptomonedas han venido para quedarse. De que así será el dinero del futuro. Les dice que la mejor forma de almacenar sus fortunas es en un monedero de bitcoins. En el monedero de Xapo. Aunque quizá aquí lo de monedero se quede corto.
Xapo es toda una fortaleza. Literal. No sólo usa la criptografía para proteger los bitcoins. También posee búnkeres, dispersos por tres continentes, en los que almacena los datos de los clientes. Ninguna empresa contempla algo así. Al menos de forma pública. Lo más parecido es lo que hacen los mormones en las montañas de Utah, donde, a 200 metros de profundidad, digitalizan archivos secretos de su religión: la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Este guardián del bitcoin también cuenta con una coraza jurídica. Informa Bloomberg que Xapo posee una delegación en Delaware registrada en la Red de Control de Delitos Financieros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. A través de ella controlan cualquier tipo de actividad ilícita relacionada con el bitcoin.
Una de las fortalezas de Xapo se ubica en Suiza, en una montaña de los Alpes. Detalla el portal inmobiliario Idealistaque se trata de un acorazado de la Segunda Guerra Mundial con paredes de hormigón, pesadas bóvedas, una red electrónica de seguridad, personal de vigilancia, e incluso satélites que captan todo lo que ocurre en los aledaños.
Por si no fuera suficiente, la información de los clientes de Xapo se almacena en potentes bases de datos fuera de línea. Es decir, en superordenadores que jamás tuvieron ni tendrán acceso a internet. Y pese a toda la parafernalia, en apenas dos días los clientes pueden contar con sus bitcoins si es que pretenden venderlos.
En esto del bitcoin, cualquier medida de seguridad importa. Hay cibercriminales, los mal llamados hackers, que burlan por internet las contraseñas de las carteras digitales. Uno de los ataques más famosos fue el que sufrió Coincheck, una casa de cambio de Japón a la que robaron 500 millones de dólares en criptomonedas.
Al igual que los monederos en línea, otro sistema vulnerable es el de las herramientas de almacenamiento en frío. Estos son una especie de pendrive que protege las contraseñas de los ciberataques. Si bien es cierto que este método es bueno para pequeñas inversiones, no lo es para grandes fortunas, como las que administra Xapo.
Clientes y amigos
Según Bloomberg, en la firma de Casares hay clientes notorios como Ryan Radoff, director de CoinShares; Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn; y Michael Novogratz, un veterano corredor de Bolsa, quien, además, figura en la lista de billonarios por criptomonedas que elaboró Forbes. La revista le calcula un patrimonio de 1.000 millones de dólares, por lo que ocupa el décimo lugar. El primer puesto es para Chris Larsen, jefe y fundador de la criptomoneda ripple, con 8.000 millones de dólares.
Xapo ha levantado 40 millones de dólares en rondas de financiación en estos cinco años. Entre sus socios estáRibbitCapital, un fondo de capital de riesgo que administran varios ejecutivos, entre los que figura Meyer Malka, un viejo amigo de Casares.
Malka, más conocido como Micky, dirigió Patagon Venezuela y destacó por ser uno de los cerebros tecnológicos de aquella empresa. Cuando estalló el negocio de las puntocom, Malka hizo como Casares y se marchó a Silicon Valley. Desde allí lanzaron otros proyectos millonarios. Como Lemon Wallet, una cartera digital de tarjetas de crédito que en 2013 vendieron por 50 millones de dólares a Lifelock.
Y como de viejos amigos va la cosa, seguro que Santander está muy pendiente de lo que está haciendo Casares. Ana Botín, actual presidenta del banco, presenció el fracaso de su padre con Patagon. Hoy, la infraestructura de todo aquello se llama OpenBank, la banca digital de Santander que Botín quiere resucitar.
En busca de nuevos impulsos, la banquera está estrechando vínculos con Silicon Valley, fichando a nuevos directivos y acercándose al universo de las criptomonedas a través de inversiones en Ripple, la empresa que sostiene la nueva plataforma de pagos internacionales de Santander. Por eso no es de extrañar que, en los viajes a California, Botín se haya interesado por Casares, el guardián del bitcoin.