David Placer (ALN).- El régimen venezolano asienta sus grupos civiles en Madrid para amedrentar y agredir a la disidencia. El más reciente episodio en un centro municipal en Madrid contra un disidente opositor y contra la prensa obliga a la alcaldía a evaluar una posible restricción de los actos chavistas.
Los colectivos violentos del régimen venezolano se despliegan en España para proteger a los portavoces del chavismo que intentan vender la imagen de un gobierno preocupado por los pobres en sus necesidades más básicas.
Los grupos de intimidación compuestos por venezolanos y jóvenes españoles de grupos de la izquierda radical que persiguen y atacan a la disidencia venezolana y la prensa suelen trabajar en eventos organizados o apoyados por la embajada de Mario Isea.
El 23 de marzo pasado, un grupo de venezolanos fue expulsado del Colegio de Arquitectos de Galicia, en Vigo, al enfrentarse al cónsul, el periodista Martín Pacheco, en un acto titulado “Manos fuera de Venezuela” que negaba la responsabilidad del gobierno de Maduro en la actual crisis. Los disidentes, que refutaron la intervención de los dirigentes de la dictadura, fueron rodeados por colectivos chavistas en Vigo, en un acto que terminó con la intervención de la policía y la Guardia Civil. Los representantes de las asociaciones de venezolanos denunciaron agresiones.
Y la última acción de los colectivos defensores de Maduro en España ocurrió el jueves pasado en Madrid. El régimen volvió a activar a sus colectivos en el acto “Vivienda en Lucha” organizado por agrupaciones de la izquierda radical bajo el paraguas del Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE) e Izquierda Unida, que defienden con vehemencia al régimen de Maduro.
Otra manifestación de venezolanos en San Sebastián contra Maduro, el 1 de mayo, terminó disuelta después de las amenazas de grupos de la izquierda abertzale simpatizantes de los regímenes de Daniel Ortega y Nicolás Maduro que se presentaron en el acto para amedrentar a los manifestantes.
Y la última acción de los colectivos defensores de Maduro en España ocurrió el jueves pasado en Madrid. El régimen volvió a activar a sus colectivos en el acto “Vivienda en Lucha” organizado por agrupaciones de la izquierda radical bajo el paraguas del Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE) e Izquierda Unida, que defienden con vehemencia al régimen de Maduro en todas las instituciones.
El acto, organizado por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Madrid y Leganés, tuvo un invitado estrella: Farruco Sesto, exministro para la transformación de la Gran Caracas y quien fue responsable de la Gran Misión Vivienda, que repartió contratos millonarios a constructoras chinas, rusas e iraníes, según confesó el propio Sesto ante una cincuentena de asistentes.
Los representantes de las organizaciones españolas afectadas por la pérdida de sus viviendas, producidas por los impagos de la hipoteca, describieron una nefasta realidad para los españoles sin recursos que han perdido su techo. Culparon al sistema capitalista y a los banqueros por el drama sufrido por miles de familias españolas que perdieron sus casas en la crisis iniciada hace una década. Acusaron a los políticos, de derechas y de izquierdas, a los bancos y hasta a los periodistas mediáticos del momento en España, Antonio García Ferreras e Iñaki López, de la cadena de televisión La Sexta, con una clara línea editorial de izquierdas, de ser cómplices (o indiferentes en el mejor de los casos) del drama de la vivienda en España.
El evento fue convocado en el Centro Cultural Buena Vista, un espacio público y municipal, gestionado por el Ayuntamiento de Madrid, antes bajo la alcaldía de Manuela Carmena, apoyada por Podemos, y que ahora acaba de ser conquistado por el Partido Popular, con el apoyo de Ciudadanos y Vox. Allí, los activistas españoles mostraron imágenes de familias desahuciadas por la policía tras los impagos de las cuotas de la hipoteca. Con música clásica de fondo, se mostraba a las madres llorando, a la policía entrando a las casas para ejecutar las órdenes judiciales. La música de fondo, trágica, conmovedora, compungía al público que exige más viviendas públicas en España.
Pero la realidad trágica mostrada en el evento fue contrastada con otra realidad feliz, en color, encabezada por un gobierno que, según los organizadores, sí está preocupado por los problemas de los pobres. Era el turno de la propaganda. Comenzaba la exposición para el público español de “los enormes logros” de la “Gran Misión Vivienda Venezuela”.
Sesto, el arquitecto amigo de Hugo Chávez, mostró innumerables fotografías regalando viviendas con el fallecido mandatario, entregando viviendas a los pobres, haciéndose las fotos en los terrenos en los que supuestamente se construirían los más de dos millones de viviendas que asegura el régimen que ha levantado, aunque las propias cifras del Banco Central de Venezuela desmienten tales números.
Los organizadores del acto chavista de Madrid denunciados ante la policía aseguran que la agresión contra @manuelrodriguez1968 es un “invento”. El acto tuvo el apoyo de @izquierda_unida y de miembros (o ex miembros) de la PAH. Aquí, la primera agresión pic.twitter.com/6xBMt9rCi0
— David Placer (@dplacer) 27 de junio de 2019
El exministro Sesto se presentó en nombre de Mario Isea, que inicialmente había confirmado su asistencia, pero que se ausentó «por motivos diplomáticos». Sesto aparecía en cada fotografía, casi más que Chávez o Maduro. “Disculpen si mi presencia es excesiva en las fotos”, llegó a disculparse en medio del encuentro al percatarse de la retahíla de fotografías propagandísticas con su rostro en primer plano. Culpaba a la oligarquía venezolana del problema de la vivienda “porque no quieren invertir en el país”. Señaló al bloqueo económico y a Donald Trump de todos los problemas que vive Venezuela, y a la herencia de los gobiernos anteriores. Así, Sesto dibujaba la realidad del país como si el régimen chavista apenas tuviese días en el gobierno.
El público español se conmovió y aplaudió el momento en el que el exministro mostró la foto de él entregando la vivienda a una mujer que, según dijo, era indigente. Y ahora cuenta con una vivienda digna.
Tras la intervención en la que expuso el supuesto amor infinito del gobierno de Maduro a los pobres, un activista y dirigente político de la Causa R en España, Manuel Rodríguez, fue el primero en tomar la palabra en el turno de preguntas y respuestas. Rodríguez preguntó a los organizadores, en calidad de nieto de un fusilado por el franquismo e hijo de integrantes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), cómo las entidades de izquierdas en España pueden apoyar públicamente a una dictadura como la venezolana.
El comienzo de su intervención, que había levantado admiración entre la audiencia, rápidamente dio paso al odio más furibundo entre los oyentes. Los asistentes se levantaron al escuchar las primeras críticas contra el gobierno de Maduro. Un hombre le arrebató el micrófono. Luego lo acorralaron, lo empujaron y lo arrinconaron para expulsarlo de la sala.
Entre los empujones, los abucheos y la tensión, un hombre moreno con lentes se acerca a Rodríguez por la espalda y lo golpea en la cabeza. Intenta esconderse para no ser visto. Desde la mesa, uno de los ponentes da la orden a las cámaras presentes de cortar la grabación mientras hace señas con los dedos en forma de tijera. El guion había sido roto. Y la violencia había irrumpido en la sala encendida. Las cámaras debían apagarse.
Rodríguez, rodeado, reducido por los acérrimos defensores del régimen, se mantenía con la voz en alto, en contra del abucheo generalizado de un público que había acudido al centro cultural a escuchar elogios y propaganda al chavismo. Nadie esperaba una crítica. Ni la responsable de prensa de Mario Isea que, visiblemente nerviosa, intentaba hacerse con el control de la situación.
Entre los empujones, los abucheos y la tensión, un hombre moreno con lentes se acerca a Rodríguez por la espalda y lo golpea en la cabeza. Intenta esconderse para no ser visto. Desde la mesa, uno de los ponentes da la orden a las cámaras presentes de cortar la grabación mientras hace señas con los dedos en forma de tijera. El guion había sido roto. Y la violencia había irrumpido en la sala encendida. Las cámaras debían apagarse.
Una decena de personas rodea al crítico que recibe patadas y empujones. La víctima aseguró que uno de los expositores que denunció la violencia policial para desahuciar a las familias sin recursos de sus casas, terminó su exposición pacifista propinando patadas al venezolano crítico.
La escena de la agresión fue grabada por un periodista presente en el acto. Cuando los colectivos chavistas en Madrid se percataron de que grababa la escena, se dividieron de forma coordinada. Mientras unos empujaban y zarandeaban a Rodríguez, otros, de nacionalidad española, rodearon al periodista para quitarle el teléfono. “Tienes que borrar los videos”, exigía uno de los jóvenes mientras llama al resto de los colectivos.
Ante la negativa rotunda del periodista, el joven más agresivo, que apenas superará los 20 años, dio instrucciones al resto. “Ha grabado. Tiene videos. Hay que quitarle el teléfono”.
El joven se encara, hace el ademán de agredir. Exige al periodista la documentación oficial en España: el documento nacional de identidad. Actúan como si fuesen la autoridad absoluta. Se mueven como en Caracas o en cualquier otra ciudad de Venezuela donde los colectivos son la ley y los periodistas, los presuntos delincuentes. Algunos intimidan, alzan la voz y las exigencias. Otros empujan mientras continúan con la agresión a Rodríguez.
Los grandes números de la Gran Misión Vivienda nada tienen…
Cuando el periodista está completamente rodeado, sale corriendo con el video de las agresiones, la única prueba de la actuación de los colectivos del chavismo en Madrid. Una trabajadora del centro municipal intenta detenerle mientras los colectivos corren y gritan a todo pulmón que lo detengan.
En el tumulto de visitantes que asisten a otros actos en el centro, el periodista escapa por la puerta trasera. Buscaba huir de los colectivos. El final de la jornada terminó con un reconocimiento hospitalario y policial tanto del periodista como del activista político: traumatismos leves por agresión.
Tras la acción violenta, los medios de comunicación en España como la agencia Efe, La Razón o El Mundo, se hicieron eco de la trifulca. El Ayuntamiento de Madrid aseguró a los medios de comunicación que el gobierno de la ciudad estudiará la prohibición de actos de propaganda política en espacios destinados a fomentar la cultura. También aseguró que abriría una investigación para aclarar los hechos y determinar responsabilidades.
El activista político denunciará ahora a los organizadores por delitos de odio. El periodista, que retuvo los videos de las agresiones, es quien suscribe esta nota.