Leticia Núñez (ALN).- La politóloga ecuatoriana Angélica Abad Cisneros sostiene que el fallo de seis años de cárcel para el exvicepresidente Glas por vínculos con Odebrecht, así como “el reconocimiento de que existió corrupción en el gobierno de Rafael Correa han llevado a un cambio en la opinión pública que ha favorecido a Moreno”. En declaraciones a ALnavío, Abad cree que mientras el presidente “ha sabido sumar fuerzas”, el expresidente es percibido “como un líder desgastado”.
Dice la politóloga Angélica Abad Cisneros que 2017 ha sido un año de transiciones para Ecuador. En mayo, Lenín Moreno asumió la Presidencia en sustitución de Rafael Correa, quien se despidió del cargo tras una década en el poder. Ambos se distanciaron rápidamente. El divorcio saltó a la luz poco después. Hoy la pugna vive uno de los momentos más intensos, puesto que el próximo 4 de febrero, el país celebra un referéndum en el que se podría prohibir la reelección indefinida, lo que supondría sacar del escenario político a Correa. Por otro lado, Jorge Glas, quien fue vicepresidente tanto con Correa como con Moreno, fue condenado en diciembre a más de seis años de cárcel por asociación ilícita en la trama de corrupción Odebrecht.
Estos dos elementos “han fortalecido al gobierno de Moreno”, según la profesora de la Universidad de Cuenca. En una entrevista con ALnavío, Abad señala que “Correa se empieza a percibir como un líder desgastado, incapaz de admitir la serie de irregularidades que tuvo su gobierno”. Mientras, Moreno, gracias a un liderazgo “más conciliador”, ha conseguido “sumar fuerzas y ganarse el apoyo de la ciudadanía”.
– ¿Ha sido 2017 un año decisivo para Ecuador?
– Ha sido un año de transiciones. Habrá que esperar a 2018 para ver si realmente fue decisivo o no. De momento, no parece que se hayan concretado cambios sustanciales en lo económico y lo social. En cuanto a lo político, hemos observado las tensiones entre el gobierno y el ala correísta de Alianza País sin que estas hayan escalado al punto de bloquear a la Administración. De hecho, el gobierno de Moreno se ha visto fortalecido al finalizar el año gracias a la aprobación de la consulta popular y la condena al vicepresidente Jorge Glas.
– Por un lado, Rafael Correa se despidió de la Presidencia tras una década y, por otro, Lenín Moreno ganó las elecciones. ¿Cómo ha vivido el país el cambio de presidente?
– Depende de qué tan “correísta” sea la persona. Para aquellos que defienden a Correa y su gestión, Moreno ha traicionado la Revolución Ciudadana y denuncian 10 años de retroceso. Para los que se identifican con Moreno, el presidente ha buscado reconectarse con las bases de su partido y rescatar los principios fundadores de la Constitución de Montecristi al proponer la consulta popular, dialogar con los movimientos sociales, dejar de influir en la agenda de los medios públicos y facilitar la investigación de irregularidades por parte de los organismos de control.
“Las disputas entre los líderes históricos de los partidos y sus sucesores no son extrañas en Ecuador”
Quienes se encontraban en la oposición en el régimen anterior tienen una posición más ambigua. Por un lado, tienden a apoyar la consulta popular y agradecen el discurso moderado de Moreno. Pero, por otro, reclaman que no se rompan todos los vínculos con algunos miembros de la administración de Correa y que en el gobierno permanezcan figuras vinculadas con casos de corrupción.
También se reclama que las medidas económicas adoptadas por el gobierno (y vetadas por la mayoría oficialista en la Asamblea) no están dirigidas a reactivar la economía sino a incrementar los ingresos del fisco a costa de la productividad del país.
– ¿Considera que Lenín Moreno ha marcado un punto de inflexión en la manera de hacer política en Ecuador?
– Respecto de la última década, sí. Moreno ha ejercido un liderazgo más conciliador y menos imponente. A diferencia de Correa, el actual presidente no parece monopolizar toda la administración del Estado y tiene mucha menos exposición mediática al limitar el uso de cadenas nacionales y eliminar las sabatinas [el programa de televisión que Correa emitía cada sábado].
– Moreno y Correa se distanciaron rápidamente. ¿Cómo viven los ciudadanos una disputa tan notoria y tan a la vista del público? ¿Había sucedido algo así antes en Ecuador?
– Las disputas entre los líderes históricos de los partidos y sus sucesores no son extrañas en Ecuador. Uno de los casos más representativos fue el del primer gobierno electo después de la dictadura en 1979. La Confederación de Fuerzas Populares (CFP), liderada por Asaad Bucaram que, al no poder candidatearse para la Presidencia, decidió postular a su yerno, Jaime Roldós. Al poco tiempo de asumir el mando, Roldós y Bucaram rompieron relaciones. La consecuencia fue un bloqueo institucional que duró todo el periodo. Roldós falleció en un accidente aéreo en 1981. Le sucedió el vicepresidente, Oswaldo Hurtado.
Otros casos son el de León Febres-Cordero, líder histórico del Partido Social Cristiano y presidente entre 1984 y 1988, que se enfrentó a su sucesor Jaime Nebot, actual alcalde de Guayaquil. La disputa terminó en una escisión del partido. Nebot creó el Movimiento Cívico Madera de Guerrero. Aunque en la actualidad los dos partidos son aliados.
Luego está el caso de Sixto Durán, presidente entre 1992 y 1996, y uno de los líderes fundadores del Partido Social Cristiano. De cara a las elecciones de 1992, el PSC (Febres-Cordero) decidió postular a Jaime Nebot como candidato a la Presidencia, en contra de los deseos de Durán, que se desafilia del partido y se alía con el partido Conservador para postularse a dichas elecciones. El PSC fue la principal fuerza de oposición durante su mandato.
Según Abad, “Moreno ha sabido sumar fuerzas y ganarse el apoyo de la ciudadanía”
Y, finalmente, Jamil Mahuad, presidente entre 1998 y 2000, quien contaba con mayoría en el Congreso, hasta que el propio partido oficialista (Democracia Popular) se puso en su contra, apoyando el Golpe de Estado.
Respecto al enfrentamiento entre Moreno y Correa, creo que Moreno ha sabido sumar fuerzas y ganarse el apoyo de la mayor parte de la ciudadanía. Prueba de ello es el 60% de aprobación con el que cerró el año. Por otra parte, Correa se empieza a percibir como un líder desgastado, incapaz de admitir la serie de irregularidades que tuvo su gobierno.
– ¿Cuáles han sido los efectos en Ecuador del terremoto Odebrecht?
– La condena al vicepresidente Glas y el reconocimiento de que existió corrupción en el gobierno de Correa. Cosa que fue negada de forma incesante por la Administración anterior. Todo esto ha llevado a un cambio en la opinión pública que ha favorecido a Moreno.
– Mientras, el papel de la oposición no podía ser más cómodo…
– En parte sí, luego la oposición ha quedado desdibujada en la disputa entre Correa y Moreno. De alguna manera, el espacio de la oposición ha sido cooptado por Alianza País que se apoya y opone a sí misma. La oposición prácticamente ha quedado al margen del debate político. No sé qué tan “cómodo” sea eso.