Juan Carlos Zapata (ALN).- Al Pollo Carvajal no le gusta un relato. El de la DEA. Opina que se trata de un invento. El general Hugo Armando Carvajal Barrios, exjefe de Inteligencia y Contrainteligencia Militar de Hugo Chávez, ha insistido que la DEA montó una historia sólo con el propósito de llevarlo a Estados Unidos y obligarlo a declarar y a que aporte información. El Pollo niega la acusación de conspirar para introducir cocaína en los Estados Unidos, o que vendieron cocaína incautada a narcotraficantes, o que ayudaron a las FARC. En fin, la acusación de conspiración y terrorismo. Para el Pollo Carvajal, no hay pruebas. El relato es un invento.
En la sentencia de la Audiencia Nacional, Sala de lo Penal, que decidió que Hugo Carvajal podía ser extraditado a los Estados Unidos, se hace un resumen de ese relato de la DEA. Y se comienza por señalar que el Pollo se integró al llamado Cartel de los Soles. Y ponen fecha, que el acusado se “integró” a esa organización criminal “(desde 1999 hasta 2019)”. El paréntesis confunde pero cabe señalar que:
Si la fecha se refiere al Cartel de los Soles, este no existía en 1999.
Si la fecha se refiere al Cartel de los Soles, no hay constancia que haya desaparecido en 2019.
Si la fecha se refiere al Pollo Carvajal, en 1999 no estaba ubicado en una posición relevante.
Además, el mismo documento señala más adelante que el Pollo “se involucró en estos delitos mientras ejercía en los niveles más altos del gobierno de Venezuela, al haber ostentado entre 2004 y 2011 el cargo de Director de la División de Inteligencia Militar”. Ya por aquí aparece esta imprecisión.
¿Pero a qué delitos se refiere el escrito? Siempre siguiendo el relato de la DEA, apunta que los objetivos criminales del Cartel de los Soles eran:
El enriquecimiento personal.
El uso de la cocaína como arma contra los EEUU. En este punto el escrito admite que hay detalles, reuniones y conciliábulos. Que lo cuentan los testigos.
Señala que la fuente de aprovisionamiento de la droga era las FARC, un grupo narcoterrorista. Y con este grupo colaboraban. Que a las FARC le prestaron apoyo logístico y apoyo de seguridad. Con esa ayuda eran llevados cargamentos de drogas a EEUU.
En concreto se afirma que los miembros del Cartel -militares, funcionarios civiles- ayudaron a que el gobierno de Hugo Chávez expulsara a la DEA en 2005. Que tuvieron participación directa en cargamentos de cocaína, el más conocido uno que sumaba 5,6 toneladas, que iba para Estados Unidos, y que fue descubierto en México. Que facilitaban información confidencial de inteligencia, la especialidad del Pollo Carvajal. Que “interfirieron en las investigaciones de tráfico y casos penales pendientes en Venezuela y otros lugares”. Y que conspiraron “para introducir cocaína en los EEUU adquirida a las FARC”.
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Es la declaración jurada de un agente de la DEA la que siempre se cita. Y es esta declaración la que le otorga un papel relevante al Pollo Carvajal. Porque más que en la actividad directa de tráfico, el Pollo:
Asumió la coordinación de las operaciones. Y en este punto cabe el testimonio del testigo 1 que, no se dice en el auto, pero se sabe, no sería otro que el exmagistrado del Tribunal Supremo de Justicia, Eladio Aponte Aponte, quien prestó declaración a las autoridades de los EEUU. Ese testigo 1 aporta, ya aquí citando el auto de la Audiencia Nacional, que el Pollo se reunía “con los cabecillas de las FARC… para determinar las rutas del tráfico de las drogas… división de ganancias… y el suministro de armas”.
La coordinación implicaba:
Entrevistas con las FARC.
Responsable de las rutas terrestres y marítimas de transporte de la droga.
Protección armada a los cargamentos.
Evitar interferencias o investigaciones a las FARC.
Entrega de armas a las FARC a cambio de droga.
Se le atribuye una “conducta continuada y organizada en relación al tráfico de drogas realizada durante veinte años”.
Un testigo 2 revela una reunión en el “rancho de Chávez” en la que al Pollo Carvajal se le ordenó entregar armas a las FARC. Un testigo 3 se hace eco de uno de los presuntos socios del Pollo que lo señala de ser “el responsable de establecer las rutas de drogas a través de América del Sur y que estuvo en reuniones con el propio Sr. Carvajal en abril de 2014 (ya gobernaba Nicolás Maduro) en las que se habló sobre las actividades de tráfico de drogas y suministro de armas”.
En la única entrevista que el Pollo Carvajal ha concedido en estos tiempos de juicio y fuga en España, asegura que era el hombre en el que más confiaba Hugo Chávez. En esa entrevista, realizada en Madrid por la periodista Ybéyise Pacheco, dice que “toda Venezuela es ruta del narcotráfico”. La pregunta que salta es ¿por qué no lo dijo antes? ¿Por qué calló por tanto tiempo? Fue sancionado y acusado en 2008 por los Estados Unidos. Hugo Chávez murió en 2013. En 2014 Carvajal fue designado por Maduro cónsul en Aruba, cargo que no pudo ejercer, pues fue detenido y luego liberado y recibido por Maduro y Diosdado Cabello y la cúpula del gobierno y el partido de gobierno como un héroe. En 2015 resultó electo diputado a la Asamblea Nacional. Y ahora rompió con Maduro. ¿Si no hubiera roto con Maduro no estaría hablando? O dispuesto a hablar. Porque Carvajal quiere suministrarle información a los Estados Unidos. Pero no quiere llegar a este país en calidad de detenido sino de testigo. Por ello es que no le gusta el relato de la DEA. Dice que posee información vital contra el régimen. ¿Quién lo duda?
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Cuando la periodista le pregunta sobre el Cartel de los Soles, Carvajal responde: “He repetido que eso es un mito. Conozco muy bien a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, FANB, y te puedo asegurar que no está estructurada como un cartel. Lo que quiero decir, es que dentro del inmenso deterioro moral que existe, en la FANB se lucran del tráfico de droga y el Gobierno lo permite, es más lo estimula, aunque no necesariamente la institución opera como una estructura organizada. Repito, toda Venezuela está al servicio del narcotráfico porque la voluntad del Presidente no pasa por evitar la criminalidad. Ninguna exportación de drogas excluye la complicidad de funcionarios del Estado en puertos y aeropuertos. De eso se trata. Es la burocracia del Gobierno al servicio del delito. ¿Qué hace la autoridad aeronáutica que tiene la obligación de supervisar vuelos que salen y entran? ¿Y los jefes de seguridad? ¿Y las aduanas aéreas y marítimas? ¿Y la dirección antidrogas de la Guardia Nacional? Nadie ignora lo que allí sucede. Todos son cómplices. Se trata de operaciones delictivas puntuales en sectores claves. Es la multiplicación del delito que opera en cada lugar según su propia dinámica. No es que el director antidrogas de la Guardia Nacional instruya a su personal para actuar como socio del narcotráfico, pero los efectivos de ese componente –por el deterioro moral y económico- trabajan para que nada impida el tránsito de la droga por el país y para que sea enviada a distintas partes del mundo, transportada por los medios necesarios. Puedo asegurar que los jerarcas del régimen están al servicio del flagelo”.
Es curioso. El relato de Carvajal sobre el régimen de Maduro, el narcotráfico, la complicidad, etc., coincide con el relato de la DEA sobre él. Y hay que señalar que nadie ha dicho que la Fuerza Armada “está estructurada como un cartel”. Se ha dicho que el llamado Cartel de los Soles está integrado fundamentalmente por militares. Y curioso más aun cuando señala que “toda Venezuela está al servicio del narcotráfico”. Esta afirmación obliga a plantearse que esto no ha podido ocurrir, concretarse y asentarse sólo en los años de Maduro. Esa operación viene de atrás. De los tiempos de Chávez y desde los tiempos que el Pollo era el jerarca de la inteligencia y contrainteligencia y, como escribe Pacheco, es “el hombre que desde las vísceras de los servicios de inteligencia vigiló ¿o espió? Al país durante más de 10 años”. De los tiempos de Chávez es la aparición del primer capo de talla internacional, Walid Makled, a quien Chávez extraditó de Colombia para encerrarlo y no siguiera revelando el entramado cómplice con militares, ministros, gobernadores, etc., etc.
Llama todavía más la atención que el Pollo señale que “ninguna exportación de drogas excluye la complicidad de funcionarios del Estado en puertos y aeropuertos” y reclame:
“¿Qué hace la autoridad aeronáutica que tiene la obligación de supervisar vuelos que salen y entran?
¿Y los jefes de seguridad?
¿Y las aduanas aéreas y marítimas?
¿Y la dirección antidrogas de la Guardia Nacional?”.
Señala que “nadie ignora lo que allí sucede. Todos son cómplices”. Pero él formaba parte de este entramado. Hasta hace poco. Y en algo tiene razón, “nadie ignora lo que allí sucede”, que “todos son cómplices”, que de manera especial la Fuerza Armada ha sido “permeada por el crimen, las mafias, el narcotráfico y la guerrilla”. Si esto es así, por qué asombrarse de que exista el Cartel de los Soles.
A Hugo Carvajal le molesta el relato de la DEA. Y está escondido. Huyó para no ser extraditado a los Estados Unidos, tal como decidió la Audiencia Nacional de España. La fuga formará parte de ese relato. Pero su relato mismo no es otro relato. Todo es una misma historia. “En Estados Unidos primero te acusan y después, en función de lo que estés dispuesto a asumir y a contar, te van quitando pena”, dijo al diario El País la esposa de Carvajal, Angélica Flores. Las acusaciones contra el Pollo no son menores.