Redacción (ALN).- Varias de las operaciones del empresario colombiano y señalado de ser testaferro del presidente Nicolás Maduro, Álex Saab, conducen a México.
Una trama ligada a Saab, que movió 64 millones de dólares en víveres a través de empresas fantasma, paraísos fiscales y —otra vez— compañías mexicanas, se destapó el pasado miércoles según una investigación de Mexicanos contra la Corrupción. Las revelaciones que han salido, y las que vendrán, amenazan con salpicar los círculos del poder político y económico del país, piezas clave en el engranaje de Saab.
De acuerdo con Mexicanos contra la Corrupción, se articuló una presunta red de empresas irregulares para enviar alimentos de México a Venezuela con presuntos vínculos con el Gobierno de Nicolás Maduro.
La investigación encontró ocho empresas que entre 2018 y 2019 aprovecharon una estructura de 13 importadoras creadas en Hong Kong, Panamá, Uruguay y las Islas Vírgenes Británicas para mandar comida a Venezuela por 64 millones de dólares, de acuerdo con registros de comercio exterior. La nueva red detectada por MCCI reemplazó a una estructura de importadoras que manejaban Saab y Samark López Bello, empresario venezolano que está acusado de narcotráfico por Estados Unidos.
El periodista Roberto Deniz, cuyo trabajo ha sido pionero en desvelar el poder en las sombras del empresario de 49 años, afirma en una tribuna publicada esta semana que el juicio de Saab apunta a ser un nuevo caso Odebrecht por la telaraña de políticos latinoamericanos implicados en sus negocios.
“Ahora no es Brasil, sino Venezuela, el eje de una trama de negociados oscuros con actores poderosos en varios países”, señaló Deniz, desde el exilio. El colombiano y sus negocios han sido investigados en Brasil, Ecuador, Colombia, Suiza y el Reino Unido, entre otros países.
En una acusación de la Corte del Distrito Sur de Florida contra cinco de sus socios, hecha pública el pasado 7 de octubre, se señalan transferencias por más de 70 millones de dólares a compañías mexicanas relacionadas en la trama de los CLAP. “Los co-conspiradores utilizaron numerosas empresas, que ellos controlaban, para adjudicarse contratos con el Gobierno venezolano para fabricar y exportar cajas de comida desde México y paquetes de medicinas desde varios países”, se lee en el documento.
En junio pasado, una investigación de EL PAÍS y el portal venezolano Armando.info destapó que las autoridades mexicanas fueron cruciales para que funcionara una red dirigida por Saab que movió millones de dólares por todo el mundo. Los negocios se basaban en un esquema que intercambiaba petróleo venezolano por alimentos producidos en México y se disfrazaron como acuerdos de ayuda humanitaria. Esos pactos nunca se hicieron públicos, pero se fraguaron con la intermediación de Maximiliano Reyes, subsecretario mexicano para América Latina y el Caribe, y con la participación de la empresa estatal Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), según documentos en poder de ambos medios y entrevistas con personas involucradas directamente en los tratos.
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