Alonso Moleiro (ALN).- Hoy Báez es uno de los símbolos de la lucha civil frente a la dictadura de Daniel Ortega. Concreta la afortunada paradoja en la cual la Iglesia Católica abandona su aburrida prudencia tradicional y demuestra que se puede –y se debe- ser irreverente frente a la sordidez, la corrupción y la injusticia.
Obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio José Báez es uno de los faros de la sociedad civil nicaragüense en la dura pugna que desarrolla con el gobierno sandinista de Daniel Ortega en demanda de libertades democráticas. Una crisis que ha provocado al menos 360 muertos y miles de heridos. Se ha derramado, además, en todos los despachos noticiosos internacionales y es objeto de un encendido debate en organismos multilaterales.
El papel del obispo, como el de otros actores de la vida nacional en Nicaragua, tiene un enorme significado simbólico y moral en una sociedad donde está muy extendida la fe católica. Pero no sólo eso. La labor de Silvio José Báez también es fundamental en los tiempos que corren porque los partidos políticos de la oposición –los que, en teoría, deberían estar conduciendo el traumático proceso político actual- tienen la credibilidad disuelta y la capacidad de convocatoria en un nivel cercano a cero.
El activismo del obispo Silvio José Báez engalana la causa nicaragüense por la democracia
En Nicaragua, Silvio José Báez recoge una cierta tradición respondona del clero frente al secular talante abusador del poder político. Esa misma pasión justiciera que hizo jugar un preponderante papel al cardenal Miguel Obando y Bravo en los años 80, también frente a Ortega, en la primera época del Frente Sandinista en el poder.
En el ámbito centroamericano toma el inolvidable testigo del obispo salvadoreño Arnulfo Romero.
La cuenta de Twitter de Báez es, en este momento, una especie de telediario, en la cual cualquiera podría hacer un cabal seguimiento de las demandas en Nicaragua frente a Ortega y el brutal proceso represivo del sandinismo.
El sacerdote Báez parece decidido a poner toda la carne en el asador de la crisis, aún a sabiendas de que los cuerpos represivos de Ortega han dado continuas muestras de no andar jugando con sus amenazas.
Un Estado no puede proclamarse victorioso sobre su propio pueblo al que ha oprimido y masacrado; un pueblo no debe sentirse derrotado cuando ha recuperado su dignidad y su protagonismo histórico para construir una nueva sociedad.
— Silvio José Báez (@silviojbaez) 19 de julio de 2018
Tuit tras tuit, Báez es el azote de Ortega. “Un Estado no puede proclamarse victorioso sobre su propio pueblo al que ha oprimido y masacrado”, le recuerda al dictador.
«Mi yugo es suave y mi carga ligera» (Mt 11,30). Jesús no tolera ningún yugo personal o social que deshumanice y oprima al ser humano. El “yugo” y la “carga” que nos ofrece es aceptar ser amados por el para poder amar como él a los demás. #EvangelioDeHoy #LeerYCreer
— Silvio José Báez (@silviojbaez) 19 de julio de 2018
Báez no usa los modales ecuménicos para decir las cosas a medias, para insinuarlas o aparentar neutralidad equidistante. No parece formar parte de la escuela de la prudencia, tan cara en el universo católico frente a los dilemas de la política.
Se enfrenta de forma resuelta a los tentáculos del poder de su país. En su buzón, Báez pone a circular contenidos de la Organización de Estados Americanos (OEA), de universidades en otros confines y de muchas conferencias episcopales del vecindario latinoamericano que se han solidarizado con la causa de Nicaragua.
En el video que presentó hoy Denis Moncada en el Consejo Permanenete de la OEA, orientado claramente contra la Iglesia, de repente se escuchó un grito acompañado de un titular escrito: «¡Báez, asesino!». Solo digo: “Perdónalos, Señor, que no saben lo que hacen!” (Lc 23,34).
— Silvio José Báez (@silviojbaez) 18 de julio de 2018
El activismo de Báez, que no ha sido muy usual en otros contextos políticos en situaciones similares, en lo que corresponde al clero, engalana la causa nicaragüense por la democracia. La vanguardia en la pugna contra Ortega parece desprovista de políticos notorios, y eso es todo un problema, pero está siendo asumida por personas de indudable influencia social y moral.
Siento mucho la detención de los líderes campesinos Medardo Mairena y Pedro Mena de parte del gobierno de Nicaragua. Pido a Dios intensamente por ellos, rogando que sean tratados con dignidad y liberados con prontitud. @OACNUDH @PauloAbrao @Almagro_OEA2015 @AmbCTrujillo
— Silvio José Báez (@silviojbaez) 18 de julio de 2018
Tuitero frecuente, en este momento Báez parece no tener otro tema en la cabeza que no sea la crisis de Nicaragua. El obispo no pierde el tiempo prometiendo plegarias, ni clamando porque “ambos bandos” se pongan de acuerdo. Báez denuncia, declama, desenmascara y planta cara a los desafueros del sandinismo. Tiene casi 100.000 seguidores.
Nicaragua: Fuerzas de Daniel Ortega arremeten contra comunidad indígena de Masaya. ¡Alto a la represión! Mi oración por este amado pueblo”, reportó este martes el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio José Báez. https://t.co/O2qYRneEN1
— Silvio José Báez (@silviojbaez) 18 de julio de 2018
¡Atacan Monimbó! Las balas están llegando hasta la parroquia María Magdalena, en donde está refugiado el sacerdote. ¡Que Daniel Ortega detenga la masacre! ¡A la gente de Monimbó les ruego, salven sus vidas! @Almagro_OEA2015 @CIDH @PauloAbrao @AmbCTrujillo @USAmbNicaragua @OACNUDH
— Silvio José Báez (@silviojbaez) 17 de julio de 2018
Su cuenta de Twitter, es, a su manera, un fidedigno relato del estremecimiento que vive Nicaragua.