Reinaldo Iturbe (ALN).- El grupo de partidos que lidera Juan Guaidó ha suscrito un pacto publicado durante la noche del martes que, en esencia, dice lo mismo que los anteriores: rearmar la coalición y “reencontrarse” con la sociedad civil, divorciada de los polos en disputa.
Las organizaciones políticas más grandes de la oposición venezolana suscribieron un pacto que acuerda la “reconfiguración” de la alianza para alcanzar el objetivo de “elecciones libres” y ayuda humanitaria para el país.
El acuerdo reafirma que la oposición venezolana no tiene hoja de ruta para enfrentar a Nicolás Maduro. Sin posibilidad alguna de retomar concentraciones y caminatas de calle -tanto por la pandemia como por el desgaste de la estrategia en sí misma- y cargando con el fracaso del mantra del cese de la usurpación, de las insurrecciones y de la Consulta Popular, el bloque ha optado por reeditar y reciclar pactos de años anteriores:
“Acordamos la reconfiguración de la alianza de partidos políticos, tanto en su dirección como en su toma de decisiones para hacerla más útil, amplia, operativa y alcanzar los objetivos”, dice el comunicado que fue hecho público en la cuenta de Twitter de la prensa de Juan Guaidó.
La reconfiguración de la alianza y la reformulación de la toma de decisiones son una promesa que data desde el fallecimiento de la Mesa de la Unidad Democrática (cuyo éxito fue llevar a la oposición a controlar dos tercios de los escaños en el Parlamento de 2015). Luego se transformó en el Frente Amplio Venezuela Libre, que no tuvo mayor acogida. Más tarde, el Frente se diluyó más de lo que estaba con la jura de Guaidó como presidente encargado, cuyo partido, Voluntad Popular, se apoderó de la toma de decisiones en el seno opositor.
Ya en septiembre de 2020 hubo otro pacto, que pretendía involucrar a “todos” los sectores ajenos al gobierno y promover la Consulta Popular: la oposición lleva rato atomizada y fragmentada en pequeños bloques. Uno de ellos terminó, abiertamente, coludido con el chavismo.
“Los invito a reencontrarnos y a reconocer el trabajo de los héroes de la salud en la calle. Para cruzar la meta debemos invitar a todos, incluso a los que disienten hoy. La puerta está abierta para todos. Participar en el fraude y fomentar la desunión sólo favorece a la dictadura. Quizá lo que faltó con la Fuerza Armada fue generar confianza. ¿Saben qué es imprescindible?, la unión, la determinación, la confianza y la esperanza. Suscriban este Pacto Unitario y hagan las críticas”, fue lo que dijo textualmente Guaidó el 7 de septiembre, según cita de la prensa local.
El “nuevo” pacto también reedita aquello del encuentro con la sociedad civil. La amplitud. Los gremios. Y los estudiantes, igualmente venidos a menos como bloque de presión contra el gobierno. Casi desaparecidos de la escena política:
“Acordamos salir al encuentro con los sectores democráticos de la sociedad civil para la construcción colectiva de una plataforma sólida e incluyente que permita la articulación de la mayor cantidad de organizaciones, liderazgos y sectores de la sociedad civil. Asumimos el compromiso de contactar al Frente Amplio, a los organizadores de la Consulta Popular, estudiantes, gremios, sindicatos y demás sectores que coincidan en la necesidad de alinear esfuerzos para salvar a Venezuela”, se lee al final del texto.
Sin un plan a la vista camino de las próximas “megaelecciones” en el país y tras abstenerse de participar en los comicios legislativos de diciembre pasado, la oposición intenta detener lo que desde hace tiempo es un salto al vacío: la sociedad civil ya se divorció de los polos en disputa de un sector y de otro según todos los sondeos de opinión; Maduro conserva el poder y el control de la Fuerza Armada, y el liderazgo de Guaidó se diluye entre pactos reeditados y un interinato de fantasía que trajo un saldo negativo en cuenta corriente de la balanza de pagos opositora.