(EFE).- El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, llamó «hijos de perra de los imperialistas yanquis» a los siete aspirantes presidenciales de la oposición detenidos bajo cargos de «traición a la patria» y a los que evitó enfrentarse en las elecciones generales del domingo, en las que fue reelegido para su quinto mandato.
«Esos que están presos son los hijos de perra de los imperialistas yanquis», espetó el mandatario en un acto oficial transmitido en cadena televisiva y radial, un día después de los comicios que no han logrado el reconocimiento de la mayoría de la comunidad internacional, incluido Estados Unidos y la Unión Europea (UE), a los que también criticó.
Ortega sugirió que a los líderes opositores encarcelados «se los deberían de llevar para los Estados Unidos», porque, a su juicio, «no son nicaragüenses».
«Dejaron de ser nicaragüenses. No tienen patria. Debería de llevárseles para allá (EE.UU.)», continuó.
El exguerrillero, que el jueves cumple 76 años de edad y que retornó al poder en 2007 tras coordinar una Junta de Gobierno de 1979 a 1985 y presidir por primera vez el país de 1985 a 1990, fue reelegido junto con su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, con el 75,92 % de los votos en los comicios del domingo.
La sombra de Cristina Chamorro
Esas elecciones estuvieron marcadas por discrepancias sobre la participación y la ausencia de candidatos de la oposición, la mayoría de ellos encarcelados, entre ellas la independiente Cristiana Chamorro.
Chamorro, hija de la exmandataria Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997), quien derrotó en las urnas a los sandinistas y a Ortega en 1990, era la figura de la oposición que tenía mayor probabilidad de ganar las elecciones, según las encuestas.
También quedaron fuera de la carrera electoral por arrestos e investigaciones legales impulsadas por el Ejecutivo de Ortega, Arturo Cruz, un exembajador de Nicaragua en EE.UU que fue arrestado a su regreso de un viaje a Washington; Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro, el periodista Miguel Mora, el líder campesino Medardo Mairena y Noel Vidaurre.
Según Ortega, esos dirigentes opositores son «esclavos del imperio, traidores de la patria».
Mensaje a España y UE
Durante otra parte de su discurso, Ortega pidió «recapacitar» a «los gobernantes españoles», de quienes, dijo, «se están comportando como colonizadores».
El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, aseguró que lo del domingo en Nicaragua «no se puede llamar elecciones, han sido una burla» al pueblo, a la UE, la comunidad internacional y la democracia, y exigió la liberación de los opositores y periodistas detenidos.
Ortega también criticó a los países de la UE, «donde gobiernan partidos fascistas, los descendientes del franquismo» y Adolf Hitler, y dijo que la mayoría en el Parlamento Europeo «son fascistas».
«Es hora ya que Europa entienda una vez por todas que en estas tierras gobierna el pueblo nicaragüense y no los gobiernos europeos», agregó.
Carga contra EEUU
Según Ortega, Nicaragua está «bajo la amenaza y la agresión del imperio yanqui» y de la «colonización europea» que creen «somos una colonia de ellos» y «quieren dictar como debemos comportarnos» y «decidir qué tipo de democracia debemos de practicar».
«Siguen con sus prácticas colonialistas para dominar estos territorios para someterlos y explotarlos», agregó.
Asimismo, Ortega dijo que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, «debería de pedir perdón por los crímenes que han cometido en Nicaragua y en el mundo», tras acusar a Washington de contantes intervenciones al país centroamericano.
«Si alguien debería de estar en la Corte Penal Internacional, son los gobernantes norteamericanos», siguió.
Recordó que el expresidente Donald Trump declaró hace tres años a Nicaragua como amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos.
«Simplemente para tener herramientas, para estar hostigando, para estar aplicando sanciones, que no son más que agresiones», anotó.
Acusó a EE.UU. de hablar «nada más con el garrote» y considerar a Nicaragua su patio trasero.
Tilda de espías a periodistas
Durante el acto, Ortega agradeció a los más de 200 «acompañantes internacionales» que participaron en los comicios y de quienes dijo «no son sirvientes de Estados Unidos ni de la UE».
Asimismo, tildó de «sinvergüenzas» y espías a los periodistas de «las grandes corporaciones» que solicitaron acreditación para cubrir las elecciones, las que fueron negadas.
«Sabemos que son empleados de las agencias de inteligencia de Norteamérica. Esos no entran aquí», remarcó.
Sobre los comicios, Ortega dijo que «el pueblo nicaragüense se volcó votando por la paz» y que su Gobierno seguirá trabajando por la paz y por fortalecer la reconciliación.
Las cifras oficiales fijaron en el 65,34 % la participación en la jornada, lo que contrasta con cálculos independientes, que situaron la abstención en algo más del 80 %.