Daniel Gómez (ALN).- Dice a ALnavío un economista de BBVA que el nuevo tratado comercial de Norteamérica pone límites que antes, con el TLCAN, no había, por lo que se verán “productos menos competitivos”. Estos límites son las cuotas de contenido para automóviles, las condiciones salariales y las trabas de EEUU al acero y al aluminio.
“Es mejor tener uno que no tener ninguno. Pero el de ahora es peor que el que de hace un año”. Eso dice a ALnavío un economista de BBVA, el principal banco de México, sobre el nuevo acuerdo comercial que mantiene el país latinoamericano con Estados Unidos y Canadá.
El tratado, bautizado como USMCA (United States-Mexico-Canada Agreement), todavía no está vigente pues debe aprobarse en los Congresos de los tres países. Todo apunta a que así será. Y el simple hecho de que las partes hayan convenido sirve para “reducir la incertidumbre a nivel global”. Así lo apunta BBVA en un informe macroeconómico.
Esta incertidumbre la ocasionó Donald Trump con su llegada a la Casa Blanca. Nunca le gustó el TLCAN, siglas de Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Hasta amenazó con retirar a EEUU del acuerdo. Aunque eso fue al principio. Más tarde suavizó su postura y aceptó modernizar el TLCAN.
“El problema es que la modernización que buscaban se ha quedado un poco corta”, matiza el economista de BBVA. Agrega que el antiguo acuerdo, “daba mucha más libertad a Norteamérica y a sus socios comerciales” y el de ahora “pone límites que antes no tenía”.
Las limitaciones del nuevo acuerdo
Una de las restricciones citadas es la del contenido regional para la comercialización de coches. Según la nueva regla, 75% de los componentes de los vehículos fabricados en la región deberán venir de México, EEUU o Canadá. Y con el TLCAN, el mínimo era de 62,5%.
“Esta medida puede alterar las cadenas de valor. La parte de componentes que puedan comprar a China y Europa las empresas de la región es relativamente baja”, explica. Hoy, una tercera parte de las empresas de coches en México no cumplen la cuota de contenido, por lo que tendrán que modificar su estructura, dice el diario mexicano Expansión.
BBVA: “Veremos productos menos competitivos en Norteamérica”
Otras limitaciones citadas por el economista de BBVA tienen que ver con los salarios. El nuevo acuerdo establece que alrededor del 40-45% del contenido de los coches debe ser fabricado por trabajadores que ganen al menos 16 dólares por hora. Lo cual, en boca del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, exigirá un esfuerzo al país para lograr esa meta. A riesgo, incluso, de ser menos competitivos en un primer momento.
Otra restricción viene desde la Administración Trump. Con el TLCAN, México y Canadá estaban libres de los aranceles al aluminio y al acero que impuso al resto del mundo. Con el nuevo acuerdo, estas tarifas afectarán a sus socios comerciales en Norteamérica.
“Veremos productos menos competitivos en Norteamérica, y productos fabricados en la región que también serán menos competitivos”, sostiene la fuente.
Las partes positivas del acuerdo
Pero no todo son malas noticias. La fuente de BBVA celebra “la actualización del tratado en temas como el comercio electrónico”. El nuevo acuerdo inventiva el desarrollo de los servicios digitales en los tres países, prohíbe las restricciones a la transferencia de datos entre fronteras y protege a los autores de la piratería en internet.
Además, el hecho de que México, Estados Unidos y Canadá sigan bajo el mismo manto comercial es de celebrar. Ya lo hizo BBVA en agosto cuando el país latinoamericano y EEUU firmaron un principio de acuerdo bilateral.
Carlos Serrano, economista jefe de Bancomer, dijo que un acuerdo así es fundamental. Sobre todo, para México, que es el principal socio comercial de Estados Unidos. “Por EEUU pasa el 80% de las exportaciones mexicanas y de EEUU recibe la mitad de la inversión extranjera directa”.
En ese momento, Serrano advirtió que “aunque las reglas de origen sean más estrictas, la economía mexicana puede beneficiarse en el medio y largo plazo a través de una mayor integración de proveedores nacionales a las principales cadenas comerciales de valor”.