(EFE).- El jefe de microbiología del Hospital Vall d’Hebron, Tomàs Pumarola, se ha mostrado convencido de que el impacto del virus será mínimo entre los meses de diciembre y enero próximos, por lo que «a finales de año ya podremos decir que hemos salido de la pandemia».
Lo ha hecho este martes en declaraciones a RAC1, donde también ha explicado que para entonces prácticamente el 100 % de la población tendrá algún tipo de anticuerpos, ya sea porque se ha infectado o porque se ha vacunado.
Ha afirmado no conocer «ninguna pandemia que se haya alargado mucho más de dos años», por lo que prevé que esta de COVID-19, cuyo primer caso en España se detectó a finales de enero de 2020 en la isla de La Gomera, está llegando a su fin.
«Seguro que saldrá alguna variante que será más resistente a la vacuna y que puede ser más transmisible», ha advertido, aunque cree que ello no debe alarmar, ya que es algo que también ocurre con virus como la gripe, y «lo estamos provocando nosotros, con nuestra respuesta inmune», ha añadido.
IMÁGENES «ESCALOFRIANTES»
Pumarola se ha mostrado sorprendido y ha calificado como «escalofriantes» las imágenes que llegan de Reino Unido en el primer ‘día de libertad’, el primero sin restricciones desde el inicio de la pandemia, con discotecas y pubs llenos sin mascarillas y ningún tipo de distancia de seguridad.
Asegura que las consecuencias de la relajación de estas restricciones «se verán en un par de semanas», aunque apunta a que esto no se traducirá en una mayor mortalidad gracias a la eficacia de las vacunas: «Hay mucha transmisión, pero esto no tiene una traducción clara en los ingresos a los hospitales y la mortalidad, y esto es gracias a que tienen el 90 % de la población con una dosis y el 70 % con dos».
También ha opinado sobre el actual protocolo del Departamento de Salud respecto a las personas vacunadas, ya que actualmente quienes cuentan con la pauta completa no tienen que hacer cuarentena ni someterse a una prueba, aunque sean consideradas contacto estrecho de un positivo.
SEGUIR USANDO LA MASCARILLA
Pumarola considera que es un protocolo que debe ser revisado porque las personas vacunadas, a pesar de contar con una mayor protección, «también se pueden infectar y transmitir el virus, aunque sea en menor medida».
Sobre el uso de la mascarilla, opina que el fin de la obligatoriedad da una falsa «sensación de seguridad», dando a entender «que la pandemia se ha acabado».
Cree que «hay que ser consciente de los riesgos» a la hora de usar este elemento que nos acompaña desde el inicio de la pandemia, y ha recalcado que «ir paseando por la calle solo, sin mascarilla, no supone ningún riesgo».