Daniel Gómez (ALN).- Aldous Huxley describe en ‘Un mundo feliz’ un planeta sin guerras ni enfermedades. Todos son felices, pero lo son a cambio de la ciencia, de la cultura y, en definitiva, de la realidad. Algo similar ocurre en la Venezuela turística que se promocionó en Fitur. “Nosotros garantizamos que los destinos que promocionamos son totalmente seguros”, dijo al diario ALnavío Vladimir Molina, director de Posicionamiento Internacional del Ministerio de Turismo.
Venezuela como destino de sol y playa. De naturaleza y montaña. El encanto caribeño de Isla Margarita. Un lugar para perderse, aseguran. Luego está el avistamiento de aves en los llanos. El parque nacional Canaima con sus ríos. La vegetación y los acantilados. Sus caídas de agua de más de 1.000 metros.
Venezuela también como paraíso para el turista. Un lugar donde no faltarán arepas, ron ni pernil. Donde no habrá robos, homicidios, ni hiperinflación.
Así fue la promoción del gobierno de Nicolás Maduro en Fitur, la Feria Internacional de Turismo que se celebró la semana pasada en Madrid. Un mundo feliz, como el que da nombre a la novela más famosa de Aldous Huxley.
El potencial turístico de Venezuela es indudable. También lo es la debacle en la que está sumergida. El país sufre un colapso político y financiero. La hiperinflación llega a los cuatro dígitos y los precios no paran de subir. También la violencia, los robos y los homicidios. Hay escasez. No hay comida, ni champú, ni medicinas.
El panorama es desalentador. Un espanto para cualquiera que desee visitar Venezuela y para cualquier operador que busque hacer negocios en esos lugares paradisíacos. De ahí que su stand en Fitur estuviera casi siempre vacío.
A propósito de esto, Vladimir Molina, director de Posicionamiento Internacional del Ministerio del Poder Popular para el Turismo, dijo al diario ALnavío: “La realidad se describe, se entiende y se cree desde la perspectiva en la que yo la enfoco. Vamos a tomarlo como metáfora de la forma en la que vemos la realidad”.
La declaración no podía venir más a cuento. Un mundo feliz aborda el problema de la percepción. En la novela, Huxley describe un universo sin guerras ni enfermedades. Ahí todos son felices. Pero son felices a cambio de la ciencia, de la historia y de la cultura. A cambio de la realidad. Lo mismo ocurre en la Venezuela turística de Nicolás Maduro.
– ¿Es Venezuela un país seguro para el turista?
– Lo es. La realidad de la seguridad en Venezuela no es diferente a la de otros países que reciben millones de turistas al año. En el caso venezolano hay una campaña sistemática en la que se presenta a Venezuela como un lugar al borde de la guerra civil. Así nos han presentado durante años. Entonces la información que del país se recibe es esa. Que es un país al borde siempre de un cataclismo.
– ¿Entonces usted dice que no es así?
– No es que no existan dificultades. Existen dificultades a nivel estructural, incluso. Eso no impide que sigamos promocionando Venezuela como un destino turístico viable, que es lo importante. Nosotros garantizamos que los destinos que promocionamos son destinos totalmente seguros. Tanto la conectividad como la seguridad personal están garantizadas. Si un turista fuera asesinado, creo que todos nos hubiéramos enterado. De eso no se ha dicho nada porque no ha ocurrido. Pero insisto, hay un problema en el caso de la seguridad que debe ser resuelto. Un problema estructural desde mi punto de vista. Un problema de años, de muchísimos años, pero los destinos turísticos que se ofertan y se promocionan están en zonas en las que se garantiza la seguridad de los visitantes.
– En Venezuela el índice de precios sube a diario. ¿Está el turista protegido o su dinero perderá valor con el paso del tiempo?
– Eso depende. Hay una tasa oficial de cambio de dólares a bolívares que no ha sufrido cambios desde hace muchos meses. Eso hace inviable para los operadores y para las casas de cambio hacer transacciones de esa naturaleza. Una casa de cambio que no pueda hacer un cambio de moneda porque no tiene el valor de referencia es una cuestión absurda, pero es una de las debilidades a las que tiene que enfrentarse en Venezuela. Nosotros lo que recomendamos es que el turista que vaya a Venezuela contrate a través de una agencia de viajes todo el producto turístico, y luego la agencia cobrará en dólares o en euros. Sobre el tipo y el tema cambiario, si es que el turista requiere bolívares, algunos operadores están autorizados a realizar esos cambios.
– ¿Cómo le afecta al turista la escasez?
– El año pasado hubo severas deficiencias en la distribución de muchísimos productos de primera necesidad. Incluso en materia de medicinas. Reconocemos que esas deficiencias se mantienen en el tiempo. Pero también reconocemos que nuestros operadores turísticos están bien dotados para ofrecer el servicio completo. En este sentido no hay nada de lo que preocuparse.
– ¿No preocupa que sí haya alimentos y medicinas para los turistas, pero no para los venezolanos?
– Sí. Pero hay otras implicaciones. Esa es la realidad. Que yo vaya al hotel, a una posada y encuentre unos artículos con los que parte de la población no cuenta. Esto parte de una matriz multifactorial. Como nosotros decimos, aquí venimos a hablar de turismo. Ya del porqué, eso debería discutirse en otras instancias. Yo discuto en materia de turismo.
– En comparación con el resto de stands, el de Venezuela está vacío…
– Si lo comparas con México, por ejemplo, ese es un destino mucho más consolidado. ¿Cuántos turistas recibe México? 30 millones. ¿Cuántos recibe Venezuela?
– ¿Cuántos recibe Venezuela?
– Alrededor de 700.000. Esta situación (a propósito del stand vacío) tiene mucho que ver con las campañas que hay en televisión y en prensa. Si yo busco Venezuela en internet lo que se dicen son cosas terribles sobre el país. Y habría que hacer un análisis más político, más profundo, que no me compete porque no es mi área. Pero también hay otra realidad. Venezuela tiene un gran potencial turístico.
Si durante años el país ha sido monoproductor, dependiente del petróleo, tanto el turismo como otras actividades económicas han sido históricamente relegadas. Ahorita es cuando está tomando algo de impulso. Pero bueno, ha estado vacío. La realidad se describe, se entiende y se cree desde la perspectiva en la que yo la enfoco. Tú has venido en un momento en el que hay poca gente. Como ahora. Hubieses venido ayer en la tarde y esto era una locura. Todos los operadores turísticos tenían una persona atendiendo e incluso yo en lo personal tenía hasta cola para atender. Entonces, vamos a tomarlo como metáfora de la forma en la que vemos la realidad.