Juan Carlos Zapata (ALN).- La situación estaba casi cantada. Lo dijimos este fin de semana aquí en el diario ALnavío. El petróleo le está anunciando al mundo que la crisis tiene dinámica propia. Lo ocurrido ayer con los precios del crudo de Texas es la confirmación. El mercado nada en petróleo, los inventarios están llenos y se avecina un periodo largo de precios realmente bajos.
El petróleo West Texas Intermediate, WTI, se derrumbó este lunes a precios en negativo. Lo nunca visto. Un derrumbe de más del 300%. El peor síntoma es que los productores tenían que pagar para que los clientes o inversionistas compraran un barril de petróleo. El Brent, marcador del Mar Norte, se mantenía en baja 8% con un precio de 20 dólares sin llegar a negativo.
Luego, no es lo mismo la multinacional con toda una historia de explotación petrolera a pequeñas y hasta medianas empresas que entraron en el negocio del fracking. Se hizo la burbuja y estalla la burbuja. A comienzos de este siglo, se hizo la burbuja de las punto com, y también estallo. En 2008, estalla la burbuja inmobiliaria que arrastra al sistema financiero mundial.
Porque aquí hay que hacer una diferencia. Al menos es lo que le dice un experto. El WTI se derrumba a niveles catastróficos por las condiciones especiales de los productores del petróleo fracking de Texas, Estados Unidos. Hay un WTI, por llamarlo de alguna manera, tradicional y el otro del fracking. Estados Unidos siempre ha sido el consumidor del WTI, su propio petróleo. Cuando se desarrolló el fracking a gran escala, Estados Unidos pasó a convertirse en el primer productor del mundo, y comenzó a exportar, aunque el ritmo de exportaciones que estaba en 4.000.000 de barriles diarios, ha decaído.
Luego, no es lo mismo la multinacional con toda una historia de explotación petrolera a pequeñas y hasta medianas empresas que entraron en el negocio del fracking. Se hizo la burbuja y estalla la burbuja. A comienzos de este siglo, se hizo la burbuja de las punto com, y también estalló. En 2008, estalla la burbuja inmobiliaria que arrastra al sistema financiero mundial.
Hecha la diferencia, ello explica por qué este martes, los mercados a futuro reaccionan y corrigen buena parte de las pérdidas. Lo de este martes fue algo inusitado. Ocurrió de manera tan rápida que a su vez provocó pánico con las sabidas consecuencias.
A las empresas del fracking se las está llevando la caída de la demanda que ocasionó el coronavirus. Hay una crisis mundial, y por ende menos consumo de crudo. Los precios bajaron, pero bajaron más cuando Rusia y Arabia Saudita se enfrascaron en una guerra. Rusia sabía que la caída de los precios iba a afectar el fracking. Y lo sabía Estados Unidos. Por ello Donald Trump se apresuró a que Rusia y Arabia Saudita y la OPEP llegaran a un recorte de la producción. Pactaron pero entonces el mal estaba hecho. El mercado ya estaba nervioso. Los productores de fracking también. Son empresas con deudas. Sin la capacidad de financiamiento y aguante como una de las multinacionales. Sin capacidad de almacenaje. Sin mayores recursos para la comercialización. Es este sector el que entró en crisis este lunes. Y era a este sector al que Trump quería auxiliar estimulando el recorte. Los cálculos indican que casi un 50% de las empresas ha dejado de operar. Un tema muy sensible en tiempos de reelección. Así que esta crisis sacó a flote las debilidades de la industria del fracking.
El problema es que en perspectiva no hay vaticinio de recuperación temprana. La demanda no se va a activar. Los especialistas señalan que no va a ocurrir la llamada reacción en V de la economía. La crisis económica es cambiante y muta con rapidez. El pronóstico es crisis en rango de Gran Depresión. La realidad es el bloqueo mundial. De modo que los inventarios están llenos o están llegando a plena capacidad. No habrá donde guardar el petróleo. Las refinerías bajan los pedidos. La situación de los inventarios es tal que se calcula que solo en 5 años se llegará a una situación normal de drenaje. No hay demanda que absorba el petróleo que inunda los mercados. El recorte anunciado entrará en vigencia en mayo. Pero, insuficiente desde el principio, obligará a que Trump haga algo más: que otros países se sumen al acuerdo de Rusia, OPEP y Arabia Saudita. Porque 10 millones de barriles diarios que salgan del mercado seguirá siendo insuficiente ante una demanda que la propia OPEP estima que caerá en 20 millones en los próximos meses. Este martes los futuros indicaban que hasta 2028 no habría mejora en la cotización.