Leticia Núñez (ALN).- El próximo 1 de abril los costarricenses tienen una nueva cita con las urnas. Elegirán presidente entre dos polos opuestos: el predicador Fabricio Alvarado, con un discurso conservador y a favor de los valores cristianos, y el candidato del oficialismo, Carlos Alvarado, el único que se ha mostrado 100% a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo. Lejos quedó la amenaza populista de Juan Diego Castro. El Donald Trump costarricense apenas logró 9,4% de los votos.
Costa Rica volverá a las urnas el próximo 1 de abril. Ese día tendrá que elegir al nuevo presidente entre el predicador evangélico Fabricio Alvarado, del Partido Restauración Nacional, y el exministro de Trabajo Carlos Alvarado, del oficialista Acción Ciudadana, después de que en las elecciones celebradas este domingo ninguno de los 13 candidatos obtuviera la mayoría necesaria para gobernar el país los próximos cuatro años.
Los Alvarado son ajenos al bipartidismo tradicional y totalmente antagónicos en lo que respecta al matrimonio entre personas del mismo sexo, el tema estrella que centró el cierre de la campaña electoral y que tiene dividida a la sociedad. El candidato evangélico se propuso convertir los comicios presidenciales en un referendo sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer y vaya si lo consiguió. El conservadurismo religioso ha pisado la arena política como nunca antes.
Según los últimos datos del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), con el 89% de las mesas escrutadas, Fabricio Alvarado quedó primero con el 24,79% de apoyos y Carlos Alvarado fue segundo con el 21,76% de los votos.
En tercer lugar, quedó Antonio Álvarez Desanti, de Liberación Nacional, con el 18,65% de los sufragios, por delante de Rodolfo Piza (Unidad Social Cristiana) con el 16,06%. Mientras, el populista Juan Diego Castro, del Partido Integración Nacional, se desplomó al quinto lugar con apenas el 9,48% de apoyos. “Un tercio de nuestros compatriotas decidieron hacer las del avestruz, meter la cabeza en la tierra y no votar, ahí es donde está el triunfo de los que hoy han ganado”, señaló Castro, reconociendo su derrota.
“No hay nada más progresista que defender la vida”, dijo Fabricio Alvarado este domingo
El Donald Trump costarricense llegó a figurar como primero en las encuestas, pero todo cambió a raíz de una decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El pasado 9 de enero ordenó a los países miembros que reconozcan derechos plenos a las parejas del mismo sexo. Nadie en Costa Rica se olvidará de ese día. El fallo marcó un antes y un después. Tanto, que la corrupción y la crisis económica quedaron opacadas por el matrimonio entre homosexuales.
La exacerbada defensa de los valores cristianos, de la familia tradicional, hizo que en menos de dos semanas Fabricio Alvarado disparase su popularidad hasta el punto de que este domingo ganó la primera vuelta. Lejos, eso sí, del 40% necesario para convertirse en presidente.
Tras los discursos de derrota de sus contrincantes, el evangélico, un periodista mediático de 43 años, dijo que el mensaje de este triunfo es que “nunca más se metan con la familia” y que “no hay nada más progresista que defender la vida”.
Ya lo había advertido al diario ALnavío Juan Carlos Hidalgo, analista sobre políticas públicas de América Latina en el Cato Institute de Washington. “Tenemos una crisis económica a la vuelta de la esquina y estamos discutiendo sobre el matrimonio igualitario, prima la guerra cultural sobre el matrimonio homosexual” (Leer más: Máxima incertidumbre ante las elecciones en Costa Rica).
Carlos Alvarado, por su parte, pronunció un mensaje de unidad: “Llenémonos hoy de optimismo, de esperanza, de amor por el país, llenémonos también de respeto, de entendimientos, seamos instrumentos de construcción democrática. Seamos positivos, tendamos la mano, eso es lo que pide hoy Costa Rica”. Es el polo opuesto a Fabricio Alvarado, puesto que defiende a ultranza las uniones entre gays y entre lesbianas. De hecho, él fue uno de los primeros en aplaudir la decisión de la CIDH.
Su apoyo es tal, que en la papeleta de candidatos a diputado por San José, la capital del país, colocó en cuarto lugar a una persona abiertamente gay, Enrique Sánchez, tal como recoge el periódico La Nación.
Los choques entre los Alvarado van más allá. Difieren en la implementación de guías sexuales en los colegios. Fabricio está en contra y Carlos, abiertamente a favor.
Pero ambos tienen también puntos en común: comparten profesión (son periodistas) y han experimentado un repunte similar en las encuestas. En diciembre, Fabricio Alvarado apenas registraba un apoyo de 3% y Carlos, de 5%, según el sondeo realizado por el Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica.
Sin embargo, el 24 de enero, dos semanas después de la decisión de la CIDH, una nueva encuesta de la universidad situó al candidato de Restauración Nacional en primer lugar, con un 16,9% de apoyos, y al oficialista en tercera posición, con un 10,6%. Después, la sociedad costarricense, dividida entre quienes están a favor del matrimonio igualitario y quienes se oponen, hizo el resto al elegir a los dos candidatos para el balotaje.
“Retos económicos inmediatos”
Más allá del matrimonio entre personas del mismo sexo, los Alvarado están de acuerdo en que es necesario aumentar los impuestos para enfrentar la “profunda” crisis fiscal del país, puesto este año, según estimaciones del Banco Central, llegaría a un 7% del Producto Interior Bruto (PIB) y en 2019, a un 7,9%.
“Construyamos puentes, porque les digo, tenemos retos económicos inmediatos que atender”, señaló Carlos Alvarado
Pese a que Costa Rica es uno de los países más estables de América Latina y de mayor solidez en su sistema institucional, la incertidumbre económica se cierne sobre el futuro más inmediato. Al reciente escándalo del Cementazo, una compleja trama de influencias políticas que ha afectado a los tres poderes de la República y ha salpicado al propio presidente, Luis Guillermo Solís, se suma la “delicada” situación fiscal de la nación (Leer más: El próximo presidente de Costa Rica tendrá que enfrentar una “profunda” crisis fiscal).
“Construyamos puentes, porque les digo, tenemos retos económicos inmediatos que atender, sólo juntos los lograremos atender, pero logrando eso, construiremos el piso firme de una economía sólida”, señaló Carlos Alvarado en su discurso de este domingo.
No obstante, en Costa Rica quien ‘ganó’ las elecciones fue la abstención. Un 33,8% de los costarricenses optó por quedarse en casa y no acudir a las urnas, uno de los mayores porcentajes de los últimos 65 años en la primera ronda, según los datos del TSE.