Redacción (ALN).- Estados Unidos está vigilando dos buques de la armada iraní que atraviesan el Atlántico y cuyo destino es hasta ahora desconocido. Funcionarios de inteligencia han dicho a medios estadounidenses que el Pentágono está monitoreando la situación y que es posible que se estén dirigiendo hacia Venezuela.
Se conoce el tipo de embarcaciones de que se trata y que avanzan por el Atlántico, pero ni su destino final ni lo que contienen ha sido indicado por el gobierno iraní o confirmado por reportes de medios.
Se trata de dos buques de guerra: el Makran, un buque petrolero convertido en una base naval y de inteligencia y el Sahand, una fragata de apoyo. Imágenes satelitales de la compañía Maxar, con fecha del 28 de abril, muestran a bordo del Markan siete naves de ataque con misiles de alta velocidad atadas a su cubierta, según un análisis de la organización independiente U.S. Naval Institute (USNI) Sin embargo, no se sabe si los misiles todavía están a bordo de la nave, que salió del sur de Irán en mayo, según confirmó en la televisión estatal iraní el subjefe del ejército, Habibollaah Sayyari, de acuerdo con un reporte de la agencia Associated Press.
Sayyari dijo que la travesía de los buques a través del Atlántico es la más larga y más complicada que ha hecho la armada iraní hasta ahora, pero no especificó su destino más allá de que no harán paradas en ningún puerto.
Los buques tienen las mismas características de las embarcaciones que usa el brazo naval de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (la IRGCN, por sus siglas en inglés) y que se encarga de la seguridad costera de Irán y del estrecho de Ormuz, según informó el U.S. Naval Institute.
El Makan tiene también capacidades de emitir y recibir señales de inteligencia, según dijo a la Voz de América Russ Dallen, director de la firma de corretaje Caracas Capital, que vigila actividad marítima cerca a Venezuela.
El buque podría ser utilizado para “enviar señales falsas” de ubicación de navíos, una estrategia que ha sido usada por compañías marítimas para engañar a los sistemas de seguimiento que funcionan con satélite, evadir ser detectados y esquivar las sanciones estadounidenses, aseguró Dallen, reseña VOA.