(EFE).- Un depredador sexual de Belfast (Irlanda del Norte), que actuaba online y llegó a provocar el suicidio de una niña de doce años, fue sentenciado este viernes a 20 años de cárcel en un tribunal norirlandés tras haber admitido 185 cargos por abusos a menores.
Se trata del estudiante de informática Alexander McCartney, de 26 años, que se hacía pasar por una adolescente para entablar amistad con jóvenes de entre 10 y 16 años en redes sociales como Snapchat antes de chantajearlas.
McCartney comenzaba pidiendo a las jóvenes que le enviaran fotografías antes de chantajearles exigiéndoles material sexual más gráfico.
Se cree que puede tratarse del mayor caso registrado hasta ahora en el Reino Unido de ‘catfishing’ (delitos en los que el agresor se hace pasar por otra persona para coaccionar a sus víctimas).
En el caso de la adolescente Cimarron Thomas, de solo 12 años, de West Virginia (Estados Unidos), los chantajes de McCartney la llevaron a quitarse la vida en mayo de 2018 para no tener que sucumbir a las exigencias del agresor, que le pedía involucrar a su hermana pequeña en actos sexuales.
Tan solo 18 meses después de su muerte, el padre de la niña, Ben Thomas, exveterano del Ejército de Estados Unidos, también se suicidó, incapaz de superar la tragedia.
Según se ha sabido en el proceso judicial, el imputado amenazó a otra menor con enviarle a su domicilio personas para que «la violaran» si esta no accedía a sus peticiones. En muchos casos, sus demandas implicaban involucrar a hermanos más pequeños de las víctimas.
McCartney, que se declaró culpable de homicidio involuntario con relación a la muerte de Cimarron, admitió además 59 cargos de chantaje, docenas de cargos relacionados con realización y distribución de fotografías indecentes y delitos por incitación a menores a participar en actividad sexual.
La policía le tildó de «pederasta cruel, temerario y peligroso» y señaló que puede haber unas 3.500 víctimas del depredador, que cometía los crímenes desde su dormitorio, por todo el mundo, en lugares como Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos.
El juez John Ailbe O’Hara, del tribunal de Belfast, consideró hoy que es «difícil» pensar en un «desviado sexual» que pueda representar un mayor riesgo que McCartney.
«Hasta donde yo sé, no ha habido un caso como el presente en el que un acusado haya empleado las redes sociales a escala industrial para infligir un daño tan terrible y catastrófico a niñas pequeñas, que incluyen la muerte de una niña de 12 años», señaló.
El magistrado lamentó que el agresor «no sintió remordimiento. Ignoró múltiples oportunidades de parar. Ignoró múltiples ruegos de piedad. Mintió y mintió y mintió y volvió a mentir».