Leticia Núñez (ALN).- Que las manifestaciones no han sido atacadas. Que la violencia es ejercida por paramilitares que no controla el gobierno. Que hay una “normalización” en Nicaragua. Que los “disturbios” han cesado. Que no tiene ningún problema con la Iglesia Católica a la que tildó de golpista. Es el relato de Daniel Ortega. El relato de un régimen cuya represión ha dejado más de 360 muertos en sólo tres meses, pero que niega todas las acusaciones.
La sabiduría popular aconseja cuidarse del lobo con piel de oveja, que bajo un manto de aparente inocencia esconde su carácter violento. A ello juega Daniel Ortega. El presidente de Nicaragua no duda en hacerse pasar por una oveja más del rebaño. Lo que sucede es que ya ha afilado los colmillos y el mundo entero lo está viendo.
Este lunes, por primera vez en nueve años, concedió una entrevista a un medio de comunicación independiente: Fox News. En apenas tres meses, la represión de las fuerzas gubernamentales ha provocado más de 360 muertos y 2.100 heridos, según la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos. Pero Ortega negó las acusaciones de violencia y abusos que le imputan organismos internacionales, dibujó un panorama de “normalización” y rechazó adelantar las elecciones.
El mandatario aparenta vivir en una Nicaragua muy distinta a la real. En el relato que ofrece al mundo sin sonrojarse, el gobierno no reprime a los manifestantes que desde el pasado 18 de abril piden su dimisión. Asegura que la violencia es ejercida por paramilitares que no controla el Ejecutivo. “Ninguna de las manifestaciones pacíficas ha sido atacada. Los choques han sido provocados por estos grupos paramilitares que adversan al gobierno, que se han dedicado a atacar”, dijo.
Según Ortega, los grupos paramilitares “han organizado ataques contra el Estado, contra la policía y contra familias sandinistas”
Vestido con chaqueta negra y camisa blanca y con unas flores sobre la mesa y varias banderas de Nicaragua como decorado, Ortega contestó con respuestas cortas. El periodista Bret Baier dedicó gran parte de la conversación a intentar desentrañar quién está detrás de la violencia, pero sólo encontró negativas en el presidente. “Totalmente falso” fueron las palabras más recurrentes.
La primera pregunta no pudo ser más directa:
– Hay múltiples organizaciones de derechos humanos que hablan de 350 muertos en los últimos 80 días. ¿Por qué hay fuerzas paramilitares implicadas en acciones armadas contra la gente que protesta contra su gobierno?
Ortega sostuvo que desde hace una semana hay “una normalización” del país. Tras afirmar que todo empezó con la aprobación “imprescindible” de la reforma de la Seguridad Social, explicó que “primero fueron grupos pequeños los que protestaron, pero luego hubo manifestantes violentos y grupos paramilitares”. Es un “auténtico terrorismo”, apuntó acto seguido. En su opinión, “los disturbios han cesado”.
El mandatario negó tener ningún vínculo con tales grupos que, como dijo, “han organizado ataques contra el Estado, contra la policía, contra familias sandinistas, bloqueando todo el país, trancándolo”. Sin embargo, Naciones Unidas aseguró la semana pasada que “los elementos armados leales al gobierno están operando con el apoyo expreso o tácito, y en coordinación con la policía y otras autoridades estatales”.
Entonces, continuó el periodista, ¿quién controla a esos grupos paramilitares? Ahí Ortega aseguró que “son organizaciones políticas, unas están en la Asamblea Nacional con diputados, otras no han participado en elecciones”.
No quedó ahí la cosa. Baier insistió: “Si no está financiando y armando a estos grupos, ¿quién lo hace?”. El mandatario respondió que “unos se financian con el narcotráfico, otros a través de ciertos organismos que obtienen los fondos por determinados programas y luego se desvían a formar los paramilitares”.
“No hay un solo sacerdote agredido por el gobierno”
El papel de la Iglesia Católica fue otro de los temas a los que Ortega tuvo que responder. Baier fue claro: “Hemos visto imágenes. La Iglesia cree que está siendo atacada por fuerzas progubernamentales. El obispo auxiliar de Managua dijo en Twitter que el gobierno había cruzado el límite”. Sin embargo, en el relato del presidente “no hay persecuciones contra la Iglesia Católica, más bien los invitamos a que fuesen parte del diálogo”.
Ortega indicó que el discurso de monseñor Silvio José Báez –quien fue herido por simpatizantes de Ortega la semana pasada- no le sorprende. “No es nuevo ese discurso en él. Desde que llegó a Nicaragua tiene ese discurso. No hay un solo sacerdote que pueda decir que ha sido agredido por el gobierno. No tenemos ningún problema con la Iglesia”.
Por tanto, lanzó el periodista, ¿condenará estos ataques? Recibió otra negativa por respuesta. “No ha muerto ningún nicaragüense en una iglesia. Ni uno solo. Es totalmente falso”, remató Ortega.
El Episcopado ha denunciado que al menos siete templos han sufrido profanaciones desde que en junio pidió a Ortega adelantar las elecciones para acabar con la crisis. Además, un grupo de simpatizantes del régimen invadió un templo y agredió al cardenal Leopoldo Brenes y al nuncio apostólico, Stanislaw Waldemar Sommertag, así como a los sacerdotes Miguel Mántica y Edwin Román, además de Báez.
“Mi esposa es vicepresidenta por primera vez”
El periodista también le preguntó por su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, y sobre las acusaciones de montar una dinastía. Ortega contestó que Murillo “es vicepresidenta por primera vez”, que no lo había sido antes. ¿Acaso insinúa que la próxima vez será presidenta? Él, por si acaso, también lo negó: “Ni se me ocurre montar una dinastía”.
Dinastía no sólo en el plano político, también en el económico. Sus hijos tienen el monopolio de la televisión en Nicaragua. De nueve canales de señal abierta, ocho son controlados por la familia Ortega-Murillo. El 6 es gubernamental. Al cerrojo informativo del régimen de Ortega se suma que otros tres canales están administrados por el empresario Ángel González, afín al gobierno (Ver más: Los hijos de Ortega tienen el monopolio de la televisión en Nicaragua).
Finalmente, reafirmó que no dejará el poder. Su intención es concluir el período de gobierno, que finaliza en 2021. Rechazó adelantar elecciones porque hacerlo “empeoraría las cosas” y crearía “más inestabilidad e inseguridad”.
Ahí está el relato de Ortega. Su relato. Y esta vez no ante medios condescendientes como Telesur y Russia Today. Habló con el canal estadounidense de línea conservadora del que Donald Trump dijo que es el único que dice la verdad.