Redacción (ALN).- No dice su nombre, pero tampoco importa que tenga uno. Es uno más de los miles de migrantes que se aventuran cada día en la selva del Darién, ese infierno verde que une los territorios de Colombia y Panamá.
Señas de identificación sí tiene: Es venezolano, ronda los 40 años y, lo más importante, es padre.
Cruzó el Darien junto a su esposa e hijo, un pequeño que tampoco dice su nombre y que ronda los 10 años. Pero solo el niño mantuvo el ritmo de la vanguardia. Los adultos, disminuidos físicamente por la penosa travesía, se quedaron atrás.
El pequeño siguió adelante por orden de sus padres, y a todos les consumía la incertidumbre. Nadie sabía si volverían a verse. El Darién devora sueños, pero también vidas. El Estado casi no tiene presencia y grupos como el Clan del Golfo controlan los pasos ilegales.
Pero horas después, la familia se reencuentra en un campamento de migrantes en Canaán Membrillo, una comunidad indígena del lado panameño de la selva.
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«Mucha irresponsabilidad mía traerme al niño por ahí», dice el hombre, con el nervio dibujado en el rostro, a la periodista Carolina Amoroso del canal argentino TN.
Sin embargo, no se atreve a soltar consejo a quiénes estén por atravesar el Darién junto a sus familias. «No les diría nada porque cada quien tiene que tomar sus decisiones y afrontar sus consecuencias», apunta.
Al hablar de los motivos que le lanzaron junto a su familia por el Darién, no duda en señalar que quiere «una mejor vida».
«No podemos estar en nuestro país porque el socialismo no sirve. A los americanos, lo último que nos queda es Estados Unidos», agrega.
Terror en el Darién: «La estamos pagando»
El hombre llora cuando recuerda que a los venezolanos les habían alertado sobre los peligros del socialismo encarnado por el fallecido presidente Hugo Chávez (1999 – 2013).
«En los años 90 muchos nos advirtieron, los cubanos y nosotros no hicimos caso a eso. Y la estamos pagando», dice conmovido hasta las lágrimas. Su hijo, sentado junto a él, lo abraza en un intento por reconfortarlo.
Cuando repone la compostura, este venezolano afirma que hablar de política es esencial en América Latina, donde los Gobiernos de izquierda se multiplican con cada justa electoral.
«Yo por eso hablo, hablo y hablo de política. Porque como dicen, hay una receta. No es que ‘era corrupto, no lo supieron implementar’. No, eso no sirve», dice sobre el socialismo. «¿Quieres hacer un tirano? Sigue a Marx, a Engels, a Fidel, al castrochavismo», prosigue.
Un camino difícil de seguir
Según el Ministerio de Seguridad Pública de Panamá, más de 46.000 migrantes han llegado a ese país en el último año, pero tienen como destino a Estados Unidos. Asimismo, se reporta que al menos 133.000 migrantes atravesaron la peligrosa selva del Darién en 2021. La mayoría de ellos son provenientes de Haití y Venezuela.
Las autoridades y diversas ONG defensoras de los derechos humanos hacen un llamado a los migrantes a no arriesgar su vida en estos caminos, que han cobrado la vida de muchos quienes emprenden el largo viaje en busca de oportunidades.
Atravesar la selva del Darién podría tomar hasta 20 días, si la persona no estuviera en buenas condiciones físicas. El trayecto está plagado de montañas, precipicios, caídas continuas y súbitas crecidas de ríos. Además, los migrantes deben cuidarse de los animales salvajes.
https://twitter.com/carola_amoroso/status/1546582492106428416
Con información de Efe y TN.