Juan Carlos Zapata (ALN).- El régimen de Maduro corre el riesgo de destapar una caja de Pandora en Portugal. La arremetida contra la línea aérea TAP y contra el gobierno de Lisboa trae viejos recuerdos. Olvidados en algunos casos. Latentes en otros. Entrar en polémica con la empresa y el Ejecutivo no debe caerle bien al embajador de Maduro, general Lucas Rincón Romero, acostumbrado al bajo perfil. Tampoco a su segunda y muy cercana en la embajada en Portugal. Los nervios están de punta.
Para arremeter contra Juan Guaidó acusaron a su tío de portar explosivo C-4. Juan José Márquez viajaba igual que el Presidente Encargado de Venezuela, en TAP, en el vuelo Lisboa-Caracas. Guaidó regresaba Venezuela luego de la gira internacional que lo llevó por Colombia, Reino Unido, Europa, Canadá y Estados Unidos.
El general Lucas Rincón Romero ha guardado silencio. Estricto silencio. Es de poco hablar. Sus frases más célebres han sido hasta ahora para anunciar la renuncia de Hugo Chávez al poder el 11 de abril de 2002. La otra frase célebre es que pasados los acontecimientos, vuelto Chávez al poder, confesó que después de la declaración junto al Alto Mando Militar, se había ido a dormir. El general Rincón Romero no quiere estar en la polémica. El problema con TAP le puede jugar una carambola.
El régimen de Maduro acaba de suspender las operaciones de TAP en el aeropuerto internacional de Maiquetía, el que asiste a Caracas. La suspensión es por 90 días. Suspensión y apertura de una investigación. El régimen señala que TAP permitió que Guaidó viajara con nombre supuesto, Antonio Márquez. Antes, la Cancillería de Maduro había reclamado investigar el asunto del transporte de presuntos explosivos. “Venezuela exige a las autoridades portuguesas las explicaciones correspondientes y la apertura de una rigurosa investigación en relación con estos hechos, toda vez que ambas situaciones sólo han podido desarrollarse con la anuencia de las autoridades policiales de ese país. En función de lo expuesto, Venezuela objeta y considera ligeras y sin fundamento las declaraciones del ministro de Negocios Extranjeros de la República Portuguesa, Augusto Santos Silva, al pretender minimizar tan grave situación y desconocer los riesgos para la seguridad de los pasajeros y para la paz del pueblo venezolano”.
PDVSA le debe al país una explicación de sus operaciones con el Banco Espirito Santo de Portugal
En Portugal, se le ha seguido la pista a Lucas Rincón Romero. Desde que la caída del Banco Espirito Santo, BES, destapó un entramado de corrupción entre PDVSA, el gobierno de Hugo Chávez, el gobierno de Nicolás Maduro y, por supuesto, la embajada de Venezuela en Portugal. Las investigaciones apuntan al exZar de PDVSA, Rafael Ramírez, y a presuntos testaferros de este; al entonces presidente del BES, Ricardo Salgado; a exfuncionarios de empresas de Venezuela como Corpoelec, La Electricidad de Caracas, Electricidad del Caroní, Carbozulia, el Banco del Tesoro y el Banco de Desarrollo, Bandes. Todas estas instituciones colocaron dinero tanto en Banco Espirito Santo, BES, como en el Grupo Espirito Santo, GES, y mucha de esa plata se perdió. Las trasferencias se hicieron cuando ya el BES confrontaba problemas. Consta que en abril de 2014 el BES logró que PDVSA aprobara transferir recursos del Fondo de Pensiones. Se calcula que más de 8.000 millones de dólares provenientes de distintos entes de Venezuela pasaron por el BES. Cuidado si mucho más. De allí los 1.200 millones de dólares que aún quedaban en Novo Banco y que afortunadamente fueron bloqueados en 2019 para que el régimen de Maduro no dispusiera de ellos. Si se observan las empresas depositantes, destacan las eléctricas, uno de los sectores que colapsó en Venezuela. Para que las operaciones ocurrieran, hubo comisiones de por medio, y por ello es que se apunta a los presuntos testaferros de Ramírez y se apunta hacia la embajada de Lucas Rincón Romero. Las comisiones se estiman en más de 100 millones de dólares.
“Esto es completamente infundado e injustificado. No veo ningún tipo de justificación, ya sea por la historia de TAP en Venezuela, por lo que TAP ya ha dicho y porque no hay evidencia. No se han presentado pruebas para analizar de manera objetiva el caso, aparte de unas alegaciones”. Esto dijo este martes el ministro de Relaciones Exteriores de Portugal, Augusto Santos Silva. Dijo que la suspensión de TAP es “un acto hostil para Portugal, un país que se ha caracterizado por el equilibrio y la capacidad de hablar con todos y que no ha hecho nada más en la relación con Venezuela que contribuir para que los venezolanos puedan superar la crisis política y humanitaria en la que están inmersos. No hemos hecho nada más que buscar ayuda”, declaró el canciller, según recoge el medio portugués Observador.
Observador es por cierto el medio que siguió de cerca el derrumbe del BES y la conexión con el chavismo, PDVSA, y la embajada. Es en uno de los reportes de Observador que aparece Margarita Mendola Sánchez, exprocuradora de Venezuela y ministra Consejera de la embajada de Lucas Rincón Romero. Hay detalles en la investigación llevada a cabo por dos reporteros de Observador, usando documentos oficiales de la Fiscalía de Portugal. Que Mendola Sánchez recibió transferencias por más de 6,8 millones de dólares entre 2009 y 2012 en una cuenta de una sociedad abierta en Dubai.
“TAP no comprende las razones de esta suspensión, ya que cumple todos los requisitos legales y de seguridad exigidos por las autoridades tanto de Portugal como de Venezuela. Se trata de una medida gravosa que perjudica a nuestros pasajeros”, reportó Efe citando a una fuente de la empresa. La línea se quejó de que no tuvo derecho a réplica. Y el canciller de Portugal fue en la misma dirección. “En un Estado de derecho y en un Estado que quiere seguir el Estado de derecho” tomar una decisión “sin escuchar, en este caso, a la aerolínea penalizada, es inconcebible”.
Mendola Sánchez sigue en la embajada. Como Lucas Rincón Romero. Lleva 14 años siendo embajador en Portugal. Es el decano de los embajadores en Lisboa. El más antiguo. Dicen que guarda un secreto. La carta de renuncia de Hugo Chávez. Él lo niega. Dice que esa carta no existe. Pero Lucas Rincón Romero sabe mucho. Ha sido testigo de dos momentos. Cuando Chávez relanzó las relaciones con Portugal, una etapa en la que todo parecía brillar para las empresas portuguesas y el gobierno socialista de José Sócrates, más tarde acusado de delito fiscal y blanqueo de capitales. El otro momento es el de la visita de Nicolás Maduro a Lisboa en junio de 2013. Entonces empresas de Portugal participaban en la Gran Misión Vivienda, entonces se firmaron 14 nuevos acuerdos, entonces se hablaba de seis años de intensa cooperación, y por esas fechas, el BES se anunciaba como un banco que empezaba el día en Hong Kong y lo terminaba en Nueva York. En noviembre de 2013 se calculaba que el volumen de negocios había representado en seis años para las empresas de Portugal alrededor de 8.000 millones de euros. Como reportaba la revista Convenio Portugal-Venezuela: “Una cifra muy significativa para la economía lusitana”.
Se extiende la crisis del Banco Espirito Santo y PDVSA guarda silencio
La relación era tan estrecha que PDVSA llegó a manejar la caja de las exportaciones petroleras en el BES. Y eso era mucho dinero. Miles de millones de dólares. Los petrodólares de todo el país. Manejados en un banco que ya acusaba síntomas de riesgo. Bien tarde, PDVSA anunció que cambiaba las operaciones para el Citi Bank de China. En el BES perdieron dinero PDVSA y también miembros de la boliburguesía petrolera. Estaba el BES y estaba el holding que emitía papeles que eran comprados por inversionistas corporativos y particulares. La liquidez recogida se destinaba a financiar la expansión internacional del grupo. El holding también se fue a pique. Y los papeles perdieron todo su valor. En eso papeles PDVSA puso dinero, y pusieron dinero connotados miembros de la boliburguesía petrolera. Y todo comenzó con una orden de Hugo Chávez. Pero esta es otra historia, que también toca de manera directa a Lucas Rincón Romero.